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La conexión de alta velocidad con Navarra aflora las tensiones entre el PNV de Álava y de Gipuzkoa

El lehendakari, Imanol Pradales, con los tres diputados generales, Elixabete Etxanobe, Ramiro González y Eider Mendoza

Iker Rioja Andueza

Vitoria —

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Como el AVE es un tren que nunca llega, Euskadi continúa en 2024 con los mismos debates que tenía en 2018. ¿Por dónde conectar la 'Y vasca' hacia Pamplona y Barcelona? ¿Por Vitoria o por Ezkio/Itsaso? Es conocido que ambos recorridos tienen partidarios y detractores y que el asunto hace aflorar las diferencias internas en casi todos los partidos, pero los mensajes del Gobierno de España, que es el que financia y decide sobre la mayor infraestructura jamás ideada en suelo vasco, inclinando claramente una vez más la balanza a favor de Vitoria (algo que ya pasó hace seis años), han mostrado en las últimas semanas especialmente las tensiones existentes entre el PNV de Álava y el de Gipuzkoa.

El asunto merece contexto. La primera línea de AVE se inauguró en España para la Expo de Sevilla, celebrada en 1992. De aquella misma época son los primeros esbozos de lo que luego se vino en llamar la 'Y vasca', que se denomina así porque conecta las tres capitales de la comunidad autónoma con un trazado con esa forma que se conecta en el nudo de Bergara, en Gipuzkoa. Las obras arrancaron en 2006. Aquella primera planificación se hizo pensando en continuar hacia Navarra por un pequeño municipio que es la suma de dos pueblos, Ezkio/Itsaso, de apenas 600 habitantes, y que en estos años de disquisiciones han tenido tiempo de separarse (2016) y volverse a unir (2020) y hasta de dar un campeón de España de ciclismo, Álex Aranburu

Argumenta la diputada general de Gipuzkoa, del PNV, que es incomprensible plantear ahora una línea de Vitoria a Pamplona cuando no solamente estaba ya trazado el recorrido por Ezkio/Itsaso sino construida una estación de AVE en aquel lugar. Es la única planeada fuera de las grandes ciudades y su única motivación era, precisamente, la de ejercer de punto de transbordo para viajeros y mercancías. Es la primera estación de la red en haber sido finalizada. Lleva casi dos años y ya está empezando a ser vandalizada. Este periódico la visitó a comienzos de 2023. La estructura estaba rematada y la carretera de acceso asfaltada y pintada. Como no hay trenes aún, se optó por no amueblarla aún, por un mero criterio de prudencia.

Sin embargo, no es menos cierto que las obras de la estación de Ezkio/Itsaso se han realizado después de 2018. ¿Qué implica eso? Que el Gobierno vasco, que es quien gestiona los trabajos del ramal guipuzcoano de la 'Y vasca' por delegación del Estado, que sí que construye directamente los tramos de Bizkaia y de Álava, ha acometido esos trabajos después de que se presentara ya como mejor solución la conexión de Vitoria a Pamplona.

Porque eso ya ocurrió. Era enero de 2018 y aún gobernaba el PP. El ministro del ramo era entonces Íñigo de la Serna y, en un mismo día, visitó Vitoria y Pamplona y exhibió 'powerpoints' con los que justificaba que lo que los técnicos llaman solución 'V' es mejor que la solución 'H'. Aquel ministro empleó exactamente los mismos argumentos que ahora repite el actual, Óscar Puente. La línea de Vitoria a Pamplona es más barata. Es bastante más barata de construir, de hecho. Unos 1.000 millones, según cálculos de hace seis años.

Sí o sí, saliendo de Pamplona, el trazado irá por un mismo recorrido hasta Irurzun y luego hasta Alsasua. Es ahí donde se plantea la doble opción. La de Ezkio/Itsaso, de unos 55 kilómetros, implica tunelar la sierra de Aralar para tener un paso bitubo de 21 kilómetros, así como ocho pasos elevados sobre el río Arakil y viaductos en el Goierri. La de Vitoria consiste en poner vías de alta velocidad en paralelo al corredor convencional actual, unos 75 kilómetros.

Obviamente, una y otra fórmula implican cambios en los tiempos de viaje. Sobre todo entre Pamplona y Donostia, lo que une a políticos de ambas capitales en favor de la solución por Ezkio/Itsaso. En concreto, se pasaría de 44 a 62 minutos. Eso sí, es la mitad que los 127 minutos que tardó este sábado un servicio convencional de Renfe, según los horarios oficiales. Sería más rápido ir de la capital de Navarra a Bilbao (56 minutos) o incluso a Burgos (60 minutos) si el corredor elegido es el de Vitoria.

Por el contrario, la ruta de Vitoria a Pamplona pasaría de 30 a 36 minutos por Gipuzkoa y se retrasarían también las circulaciones de la capital vasca hacia Zaragoza, Barcelona y el resto del corredor mediterráneo. La capital vasca, que ya perdió un nudo ferroviario en favor de Miranda de Ebro en el siglo XIX, que nunca ha tenido servicio de Cercanías y que, por ejemplo, tampoco dispone de ruta directa a Bilbao, compite con un pequeño municipio por ser la referencia en la nueva red de alta velocidad, tanto para viajeros como para mercancías.

Los partidarios de Ezkio/Itsaso, por el contrario, esgrimen un informe del Gobierno vasco en relación a la propuesta de 2018 -elaborado por Arantxa Tapia, una consejera del PNV de Gipuzkoa- que avisaba ya de posible sobrecarga de tráfico en el nudo de Bergara si se mantenía Vitoria como punto de conexión hacia el corredor mediterráneo. En sentido contrario, se ha apuntado a que la conexión en Ezkio/Itsaso no sería técnicamente tan sencilla porque los convoyes tendrían que maniobrar para cambiar el sentido de la marcha.

Los últimos años dejan también argumentos para una cosa y para la contraria. Sí, en el Parlamento Europeo se votó en 2023 un mapa de líneas que preveía la conexión por Ezkio/Itsaso y con apoyo del PNV. Pero, sí, los presupuestos del Estado han incorporado por sistema año tras año previsiones de que se iba a hacer por Álava también con el apoyo del PNV.

En efecto, el PNV lleva defendiendo una cosa y la contraria en Álava y en Gipuzkoa hace tiempo. Internamente se asume casi con naturalidad. Aunque hay mensajes que duelen más que otros. La dirigente María Eugenia Arrizabalaga, una referencia guipuzcoana, escribió en redes sociales que defender la opción de Vitoria no era de “buenos abertzales” ya que implicaba “aislar” Navarra “de Europa”. Añadió que no se pueden “demonizar” los túneles y sostiene que eso implica menos afección que las rutas en superficie. La portavocía del partido en el Parlamento ha saltado precisamente de Gipuzkoa a Álava en esta legislatura, con Joseba Díez Antxustegi. En medio, el lehendakari, Imanol Pradales, se ha puesto de perfil y ha indicado que la última palabra es del Estado, que para eso es su infraestructura.

Pero no es un problema privativo de este partido. Le ocurre también al PP, firme defensor de Ezkio/Itsaso en Navarra, por ejemplo, mientras buscar desgastar al diputado general de Álava, Ramiro González, por sus diferencias con Gipuzkoa. O a los socialistas, que finalmente optaron como opción salomónica por hacer nuevos estudios en la sierra de Aralar y esperar a las conclusiones cuando llevaban en su programa Ezkio/Itsaso.

Este debate, sin embargo, no tapa otras dudas que arroja la 'Y vasca'. ¿Cuándo acabarán las obras? ¿Y cuándo circularán los trenes? Se da por hecho que el estreno será sin que estén listos los accesos a las dos principales ciudades, Bilbao y Vitoria. 2033 se ha lanzado como fecha de referencia, pero hasta ahora todas las demás han fallado.

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