La nueva consejera de Educación, Begoña Pedrosa, ha pasado absolutamente de puntillas sobre la dicotomía entre la escuela pública y la privada en Euskadi, la comunidad con más peso de la concertada con casi un 50% de alumnado matriculado. En su intervención de estreno en el Parlamento Vasco para la presentación del programa de legislatura, de casi una hora, simplemente ha hecho una mención al “marco de gratuidad” que ha de regir en todos los colegios que reciben recursos públicos, es decir, también en las ikastolas, religiosas y cooperativas privadas. No ha explicado las medidas concretas para hacer desaparecer las cuotas que aún se abonan y que son ilegales desde hace años. Tampoco ha mencionado que está ya tomada la decisión de modificar la ley de presupuestos de 2024 para aportarles 68 millones de euros a las patronales concertadas para que equiparen los salarios de sus profesorados con los de la pública con el aparente objetivo de repercutir menos costes a los usuarios, como publicó en agosto este periódico.
Desde la oposición, Sumar le ha afeado precisamente esta cuestión a Pedrosa. El único parlamentario de la coalición, que es de IU, Jon Hernández, ha lamentado que Euskadi tiene “uno de los sistemas más privatizados de toda Europa”. También EH Bildu le ha preguntado por ello. En la réplica, la consejera solamente ha realizado consideraciones genéricas: “Vamos a dar pasos adelante de manera progresiva”. Sí ha insistido en que toca mantener la política de “ajuste” de las matrículas, aplicada desde 2023 y que consiste en obligar también a la concertada a aceptar un mínimo de alumnado vulnerable para no guetizar la red pública.
Pedrosa, que fue viceconsejera con el anterior titular de Educación, Jokin Bildarratz, y que no es afiliada al PNV, ha realizado una larga exposición en castellano y en euskera en la que ha desgranado un puñado de iniciativas para mejorar el sistema educativo. Su cartera ha perdido en esta legislatura las competencias sobre Universidad pero sí retiene las de Formación Profesional (FP), para lo que se ha designado a un nuevo viceconsejero, Jon Labaka, que ha relevado al veterano Jorge Arévalo. La consejera ha señalado que la reciente ley de Educación, de finales de 2023, tendrá que continuar su desarrollo e implementación, pero ha tenido un guiño a EH Bildu, que se descolgó a última hora de esa negociación, indicando que tomará también como referencia el pacto previo, de primavera de 2022. De hecho, Ikoitz Arrese ha recogido el guante y ha pedido retomar ese consenso de cara a los próximos años y “enmendar” la ruptura que se produjo con la ley.
Como filosofía general, Pedrosa se ha dicho “preparada” para afrontar el reto de dirigir la segunda cartera con más presupuesto después de Salud. “Somos muy conscientes de la enorme responsabilidad”, ha señalado. Ha puesto en valor también la diversidad de la Euskadi forjada décadas atrás por inmigrantes del resto de España -“sus hijos e hijos y sus nietos y nietas formamos parte de la Euskadi que conocemos”- y ha apelado a que se mantenga ese espíritu ahora con la inmigración extranjera, cuyos idiomas y culturas han de impregnar las aulas actuales.
Eso sí, ha enfatizado que la educación vasca ha de caminar hacia un “marco plurilingüe” con el euskera como eje. La lengua vasca tiene que ser reforzada tanto en la enseñanza como en patios y extraescolares, ha venido a decir al apelar a los ámbitos “formales” e “informales”. Más tarde ha dado por “superados” los modelos A en castellano, D en euskera y B mixto sin que el socio de Gobierno, un PSE-EE que hizo bandera de su defensa en la negociación de la nueva ley, haya dicho nada al respecto. “Compartimos la reflexión esencial”, ha llegado a manifestar incluso Estíbaliz Canto sobre el conjunto de la intervención.
Entre el catálogo de medidas, sin entrar en concreto en los malos resultados de evaluaciones como PISA, ha presentado un plan piloto llamado E-Librum de fomento de la lectura en veinte centros escolares. Se les proporcionará una biblioteca virtual con títulos infantiles y juveniles y que, desde la “gamificación” -dar aspecto lúdico a una actividad-, atraiga nuevos públicos. Euskadi quiere “formar buenos y competentes lectores” que “comprendan” textos y sean capaces de “discriminar” lo importante y “transmitir mensajes”. “La cultura lectora es una oportunidad educativa. Queremos fomentar el hábito lector; frenar la desafección a la lectura y reducir su abandono en la adolescencia”, ha señalado Pedrosa, que ha bromeado que el pasado año tuvo contacto con jóvenes lectores que se sentían “frikis” en un entorno sin libros ni hábitos lectores.
Pedrosa ha explicado igualmente la necesidad de mejorar la educación sexual en las aulas y de enseñar a los jóvenes a navegar con seguridad en las redes sociales y plataformas. Y también ha anunciado planes para ir encarando el reto de la inteligencia artificial. “No podemos mirar a otro lado. Hay que entrenarles para usar la tecnología de modo seguro, también a los profesores. Necesitamos una alfabetización básica en inteligencia artificial, entender cómo funciona”, ha señalado. Para ello, se colaborará con Elhuyar. La consejera ha aludido también a un compromiso para mejorar la capacidad pedagógica de los comedores y la calidad de sus menús, aunque no ha llegado hasta el punto de anunciar un cambio del modelo de contratas de empresas de catering a cocinas en cada centro. En cuanto a los contratos de transporte escolar, en respuesta a preguntas del PP, ha recalcado que “se ha cumplido” el objetivo de garantizar el servicio tras los problemas con las adjudicaciones de años anteriores.
En materia de personal, además de comprometer retomar todas las mesas de negociación con los sindicatos, ha explicado el deseo de reducir la interinidad de la plantilla (de la pública) del 8% al 5% y de reforzar el personal que atiende a los estudiantes que llegan durante el recurso. Cae la natalidad pero suben en 600 los profesores contratados, ha indicado Pedrosa. También ha anunciado que las inversiones en reformas de los centros escolares (públicos) serán de 800 millones de euros. En cuanto a Formación Profesional, el Gobierno vasco aspira a que la red vasca, enteramente dual en su modelo de enseñanza con prácticas en empresas, sea “referente mundial”.
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