La consejera Sagardui insiste en sus críticas a la ministra García por la imposición de las mascarillas
En un hecho sin apenas precedentes en el Parlamento Vasco, la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, ha respondido a una pregunta escrita en cuestión de días. Cuando lo habitual es una demora de un mes o incluso de más tiempo mediante prórrogas, Salud ha atendido ya un requerimiento del PP realizado este viernes y que pasó por la Mesa este martes. Y lo ha hecho con un objetivo muy claro: volver a criticar las formas de la nueva ministra de Sanidad, Mónica García, en su plan para imponer a las comunidades autónomas la obligatoriedad del uso de las mascarillas en hospitales y centros de salud para combatir tanto la gripe A como la COVID-19 y otras infecciones respiratorias.
En el documento de Sagardui, que fue registrado incluso antes de recibir el requerimiento oficial firmado por García y que ahora será recurrido ante la Justicia por el Gobierno vasco, se insiste en que el Gobierno central ha actuado pasando por encima de las competencias vascas y sin argumentos técnicos. “No se alcanzó ningún acuerdo”, recalca la titular de Salud ante la pregunta del portavoz 'popular', Carmelo Barrio, que planteó la iniciativa cuando se conoció la convocatoria del Consejo Interterritorial que sienta al Ministerio y a las comunidades para analizar el incremento de contagios.
Indica la consejera que “no hubo análisis previo” en los órganos técnicos de apoyo al Consejo Interterritorial, como son la ponencia de alertas y la comisión de salud pública. “Las comunidades autónomas conocieron las propuestas del Ministerio de Sanidad en la reunión del propio consejo”, sostiene la consejera, que asegura tener la misma posición que “gran parte” del resto de autonomías.
“En Euskadi, todos los años, desde el inicio de la campaña de vacunación contra la gripe ya se difunden y aplican las recomendaciones sanitarias destinadas a reducir la extensión de las enfermedades respiratorias agudas entre profesionales de la salud y entre la población en general. [Son] Medidas tales como la recomendación del uso de las mascarillas, evitar aglomeraciones, ventilar los lugares en los que se acumulan muchas personas, extremar la precaución ante personas vulnerables, especialmente en las residencias de personas mayores, la aplicación de planes de contingencia ante el incremento de casos que acuden a centros de salud u hospitales, etc”, explica Sagardui.
La consejera, en este momento, no comparte para nada que las mascarillas sean obligatorias en centros sanitarios. “El Ministerio de Sanidad no aportó datos sobre incidencia de enfermedades respiratorias, tampoco evidencias científicas sobre la eficacia de las medidas propuestas, ni informe alguno para sustentas sus propuestas [...]. Desde el Gobierno vasco mantenemos que cualquier propuesta debería, en primer lugar, respetar las competencias de Euskadi en materia de salud y, en segundo lugar, venir avalada por la ponencia de alertas y la comisión de salud pública, órganos técnicos de participación de las comunidades autónomas”, abunda.
Con todo, Euskadi está acatando la normativa. En los centros de Osakidetza se han recuperado los carteles para recordar a los usuarios de que el uso de protecciones es preceptivo. En un edificio hospitalario de Vitoria, por ejemplo, el personal de seguridad era el encargado de avisar a los pocos que no acudían con ella puesta. Se ofrecían mascarillas para esos casos. También se ha extendido a centros sanitarios privados. El recurso aún no ha sido interpuesto. Caben dos posibilidades, una interna ante el propio Ministerio y otra ante la Audiencia Nacional.
Esta semana han subido las tasas acumuladas de todas las infecciones respiratorias. En concreto, han pasado de 555 casos por cada 100.000 habitantes a 637, conforme a los datos actualizados este miércoles. También los ingresos pasan de 29 a 33 por cada 100.000 habitantes, lo que se traduce unas 700 camas ocupadas. Osakidetza, eso sí, estima que la gripe A, que es casi la única en circulación, crece menos que otras semanas, que la COVID-19 presenta un repunte “moderado” y que la bronquiolitis -que afecta sobre todo a niños- continúa su desescalada. Se achaca la alta circulación de virus a la “bajada de temperaturas” y a la “proliferación de reuniones sociales”, ya que estos datos incluyen el final del período navideño y las cabalgatas, por ejemplo.
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