La revolución digital ha sacudido la forma de relacionarse y de acceder a la información y a los contenidos audiovisuales, pero también a los productos financieros. Superadas las reticencias iniciales sobre su fiabilidad, la banca electrónica es una fórmula cada vez más utilizada y aceptada por los usuarios como un elemento de control en la gestión del dinero. Y este acceso cada vez más extendido a herramientas financieras online ha supuesto un auge en otra fórmula: la solicitud de créditos a través de la Red.
Esta fórmula, muy extendida en los países anglosajones y EE UU, ha experimentado un auge en España en los últimos años. Una vez que los consumidores se han familiarizado con las compras por Internet de manera que se ha convertido en una realidad en la vida cotidiana de las familias, el acceso a créditos por esta vía ha ganado también clientes.
La crisis crediticia y la falta de liquidez han convertido así a los créditos online en una oportunidad de conseguir dinero de una manera rápida y fácil. Con la solicitud de los préstamos online los usuarios buscan una solución para pequeños problemas financieros domésticos, como sufragar compras urgentes como los billetes de avión, afrontar un imprevisto con el coche o la adquisición de un electrodoméstico. Esta herramienta es también una solución para aquellos emprendedores que necesitan una cantidad de dinero urgente para hacer frente al pago de una factura. Situaciones cotidianas que habitualmente precisan de una respuesta rápida y que no la encontraban en la fórmula tradicional.
La facilidad para acceder al préstamo y la capacidad del usuario de elegir la cantidad y el plazo de devolución son tres elementos clave que han empujado esta opción frente a la banca tradicional inmersa en una crisis crediticia que ha endurecido sus condiciones para el préstamo.
El acceso online a un préstamo tiene una serie de características que la han convertido en una opción atractiva frente a las ofertas de la banca tradicional. Así los créditos rápidos se han convertido en una oportunidad para obtener una pequeña cantidad de dinero sin la necesidad de pasar por trámites o papeleos y sin tener que solicitar ningún tipo de aval o tener que dar ninguna explicación. Para completar el proceso, el usuario deberá rellenar un cuestionario online en que se establece la cantidad de dinero que quiere percibir y establece el plazo de devolución, a la vez que se calcula el interés.
De esta manera, las condiciones para recibir el préstamo se simplifican y se agiliza el plazo para recibir el crédito -en solo 15 minutos es posible obtener la concesión del mismo-, frente a los requisitos y plazos que establece la banca tradicional.
Otra de las características que definen a los créditos online es la capacidad de decisión del cliente. El usuario decide cuánto dinero quiere solicitar, y establece también el plazo máximo para su devolución. Estos plazos oscilan entre uno y 30 días y la cantidad de dinero va desde los 50 a los 1.500 euros que habitualmente se utilizan para solventar un problema puntual.
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