Oliver Stone, el francotirador cinematográfico
La filmografía de Oliver Stone, plena de fuerza y excesos, atrapa al espectador en una avalancha de imágenes poderosas y grandes historias, que convierten el visionado de sus películas en una experiencia audiovisual de primer nivel. Stone dispara desde la pantalla al estómago, al cerebro y al corazón de quienes se aproximan a su obra; y lo hace empleando con gran eficacia todo el arsenal de recursos del arte cinematográfico.
En los trabajos del director neoyorquino, el guión es un apartado especialmente cuidado; no en vano el director afirma que, ante todo, sus películas son “dramas sobre individuos involucrados en luchas personales”, y se considera “un dramaturgo antes que un cineasta político”. Pero no por ello el resto de aspectos que componen un film quedan descuidados por Stone; la dirección de fotografía, de la que se ha encargado en numerosas ocasiones el también estadounidense Robert Richardson, alcanza un alto grado de brillantez que contribuye decisivamente a que los espectadores se sumerjan en las atmósferas de las historias planteadas por Stone. Su colaboración comienza en 'Salvador' y, por el momento, concluye en 'Giro al infierno'; desde 'Kill Bill' Richardson se ha encargado de la imagen de las películas de Quentin Tarantino, con quien Stone mantuvo fuertes desencuentros por la adaptación del guión de 'Asesinos natos'. También ha seguido trabajando habitualmente con Scorsese.
En cuanto a la música, bien sea fruto de su trabajo en común con compositores de renombre como el japonés Kitaro, o con editores musicales que proponen temas ya publicados para su inclusión en sus películas; el cineasta neoyorquino utiliza este importante elemento narrativo de forma ejemplar. En este apartado, es especialmente destacable el encuentro de John Williams con Stone en la monumental 'JFK: caso abierto', que está entre lo mejor la extensa y multipremiada trayectoria del que es el músico imprescindible para Steven Spielberg; y en general, de la música compuesta para cine. Pero es que en 'JFK: caso abierto' es prácticamente misión imposible encontrar algo que desde el punto de vista estrictamente cinematográfico desentone; y uno de los aspectos que más sorprende y fascina del film, es el modo que está montado. Planos de fracciones de segundo, múltiples formatos de grabación y la manera deslumbrante en que están cocinados todos los ingredientes en el resultado final; conduce con facilidad a la lógica conclusión de estar ante una cinta en la que se concentran todas las virtudes del cine de Stone y de, hasta ahora, su cima artística.
Dentro de las principales herramientas de expresión cinematográfica, el mimo del campo interpretativo es otro de los puntos fuertes en el cine de Oliver Stone. El director americano, empuja a sus intérpretes al límite en una dirección opuesta a la que están acostumbrados; para ello se empeña en “no permitirles que saquen los mismos ases de debajo de la manga”. Como ejemplos de lo anterior se puede señalar el tormento que padeció Tom Cruise en la preparación de 'Nacido el 4 de julio'; donde a instancias de Stone se le inyectó al actor un fármaco que de manera temporal provocaba la paralización de sus piernas; con el fin de favorecer su calidad interpretativa. También es curioso el caso de Anthony Hopkins y su labor en 'Nixon', de la cual el actor galés se llevó de recuerdo una lesión de espalda tras el rodaje, debido a la postura encorvada que adoptó interpretando al presidente estadounidense del caso Watergate, Vietnam y la “mayoría silenciosa”.
Orígenes
William Oliver Stone nació en Nueva York el 15 de septiembre de 1946. Su padre, Lou Stone, era un corredor de Bolsa judío-norteamericano que conoció a la francesa Jacqueline Goddet en la Francia de la Segunda Guerra Mundial como oficial del ejército. Sus padres no podían ser más distintos entre sí; Lou Stone era un hombre conservador y que enfocaba todos sus esfuerzos hacia el dinero y Jacqueline era una mujer liberal. La separación de sus progenitores supuso un gran impacto emocional para el futuro director que estudió en un internado elitista; así lo recuerda: “Un día tenía una familia, y al siguiente, no”.
Antes de pensar en la posibilidad de convertirse en cineasta, Oliver Stone quiso ser escritor. A los 19 años escribe la novela 'El sueño de un niño' que terminaría siendo publicada en 1998. El libro, de corte autobiográfico, resulta polémico pues se interpreta como una confesión de una relación incestuosa mantenida con su madre. Se ha referido en diversas oportunidades a su afición por las prostitutas de lujo, tras la primera experiencia de ese tipo proporcionada por su padre con el objetivo de que lograra vencer su timidez juvenil.
La película 'Wall Street' está dedicada a su padre mientras que 'El cielo y la tierra' lo está a su madre. Tras su fracaso inicial en el mundo literario, abandona sus estudios universitarios y se alista en el ejército en una experiencia que marca su existencia.
Vietnam
“Fui a la guerra siendo de derechas y regresé siendo de izquierdas”, confiesa el cineasta estadounidense. Sin duda, su servicio en la Guerra de Vietnam tiene varias consecuencias. Es condecorado, herido en dos ocasiones y vuelve a Estados Unidos con una adicción a varias drogas. Pero lo más relevante es que sus vivencias bélicas van a conformar gran parte de las obsesiones que plasma en su obra.
De su experiencia en combate recuerda haber empleado “todos los sentidos al máximo de su capacidad”; y que al estar allí se da cuenta de “cuál era la verdad del mundo”. Al regresar a Estados Unidos, deja apartada la literatura al intuir que el cine va a ser el arte dominante y estudia cine en la universidad. En ella tiene a Martin Scorsese como tutor, aunque no llega a licenciarse.
Primera etapa en el cine
Oliver Stone dirige el cortometraje 'Last year in Vietnam' como estudiante de cine. En esta primera aproximación al cine del oscarizado director, la guerra y la angustia provocada por ésta en el regreso de un veterano a su país, es el tema que ocupa el metraje del primer proyecto cinematográfico de Stone.
En 1974 consigue dirigir 'Seizure', su primer largometraje. Se trata de una película de terror bizarro de bajísimo presupuesto y rodada en Canadá sobre los fantasmas de un escritor y la pesadilla real que sufren sus allegados. Salvo el gusto por la violencia en la pantalla, no hay en ella ningún rasgo distintivo de la futura filmografía de Stone. Como detalle reseñable, aparece en la película Hervé Villechaize, que ha participado en películas de James Bond pero que en España es conocido por imitar a Felipe González en el programa de TVE 'Viaje con nosotros'. En 1978 el director americano, se encarga de la adaptación a la pantalla grande de la biografía de Billy Hayes; que da lugar a la película 'El expreso de medianoche'. Stone recibe un Oscar y su nombre empieza a ser conocido. La película logra un éxito y reconocimiento mundial con argumentos para ello. El terror que consigue provocar Spielberg hacia los tiburones en las playas de todo el mundo, lo repite Alan Parker dirigiendo 'El expreso de medianoche', pero esta vez, con las prisiones del tercer mundo. En 1979 Stone dirige de nuevo un cortometraje titulado 'Mad man of Martinique' y en 1981 se vuelve poner tras las cámaras para dirigir una nueva película de terror con Michael Caine como protagonista, 'La mano'.
La película obtiene escasa repercusión, en cambio su carrera como guionista vive momentos excelentes. En 1982 participa en el guión que hace de Arnold Schwarzenegger una estrella, 'Conan, el bárbaro', film que se rueda en España. En 1983 se le requiere para escribir el guión del 'remake' de 'Scarface' dirigido originalmente por Howard Hawks en 1932 y en 1983 por Brian De Palma. En esta película sí se empieza a ver con claridad la mano más reconocible de Stone, muy bien potenciada por De Palma. Violencia, excesos y una visión a gran escala sobre el narcotráfico en una película intensa, terrorífica y llena de matices que en su momento fue mal recibida.
Conquistando la meca del cine
En 1986 arranca una etapa frenética de creación para Oliver Stone y en la que se producen las películas sobre las que se asienta su leyenda. La primera de ellas es 'Salvador', la historia de periodistas involucrados en los problemas del “patio trasero de Estados Unidos”. Estilo electrizante tanto en los diálogos como en el ritmo al que se desarrolla la historia. Con 'Salvador', Stone obtiene un gran prestigio y viaja por varios festivales de cine, entre ellos el de San Sebastián. Su película se proyecta en el Velódromo de Anoeta que le parece la “pantalla más grande del mundo”. También es nominado al Oscar en la categoría de Mejor Guión Original.
Pero la consagración cinematográfica para Stone llega con 'Platoon', película que el cineasta neoyorquino lleva en sus entrañas desde que comenzó a hacer cine pero que la repercusión en los años 70 de films como 'Apocalipsis Now', de Francis Ford Coppola o 'El cazador' de Michael Cimino, postergaron hasta los años 80. Curiosamente 'Platoon' casi coincide con 'La chaqueta metálica' de Stanley Kubrick. 'Platoon' tiene numerosos atractivos: un grupo de actores en su mejor momento, un drama intenso basado en el desencanto con los ideales patrióticos, escenas imborrables como la destrucción del poblado, un final operístico etc...Stone se lleva su primer Oscar como Mejor Director.
Al año siguiente, Stone añade otro título memorable y de plena actualidad, entonces y ahora, con 'Wall Street'. Michael Douglas borda su papel como ejecutivo desalmado y diablo de rascacielos que juega con la avaricia los pobres mortales mientras sacia la propia. Tras un rodaje anormalmente corto para una producción media de 'Hollywood', Stone completa 'Hablando con la muerte', película basada en una obra de teatro de Eric Bogosian que protagoniza la película y escribe el guión junto al director. Es una interesantísima propuesta que pasa injustamente inadvertida en su estreno, quizás por la magnitud del calibre de las demás películas que Stone encadenaba en ese periodo. En todo caso, es un film a recuperar para disfrutar con la historia de un locutor de radio extremista y la reacciones que genera en su audicencia.
Su siguiente película es 'Nacido el 4 de julio' en la que Stone continúa reflexionando sobre su experiencia en Vietnam. Tom Cruise como nunca había sido visto hasta entonces, se pone por completo al servicio de Stone para recrear la historia del veterano de guerra Ron Kovic, que vuelve en una silla de ruedas a su hogar. Durante su estancia militar en Vietnam, Stone se siente fascinado e identificado con las letras de 'The Doors' “porque tratan sobre la muerte” y a ellos, en especial a Jim Morrison, dedica y centra su siguiente película que no es bien recibida a pesar de poseer cuantiosas virtudes. Pero nada de eso ocurre con 'JFK: caso abierto'; película con que Stone obtiene el mayor éxito posible, y lo que es más importante, es un triunfo para el cine como arte, industria y deleite de los espectadores. Además, la película superó las barreras de lo puramente cinematográfico pues provocó que se desclasificaran documentos secretos en torno a las circunstancias del magnicidio de John Fitzgerald Kennedy. 'JFK: caso abierto es de esas cintas que engrandecen el cine.
En 1993, Stone vuele al tema de Vietnam en 'El cielo y la tierra', pero lo hace desde una óptica distinta: la de una campesina vietnamita en medio del horror y que se enamora de un soldado estadounidense. Película bellísima a nivel formal, e intensa y de gran dramatismo en su contenido. Muy recomendable.
Tiempos violentos
Con 'Asesinos natos' comienza una fase en la carrera de Stone en la que la violencia ocupa un primerísimo plano. 'Asesinos natos' se ha recibido, y el propio director a realizado sus propias comparaciones , como 'La naranja mecánica' de los 90. Basada en un guión de Quentin Tarantino del que Stone prácticamente desecha casi en su totalidad, salvo el argumento; muestra las andanzas de dos asesinos en serie demenciales por medio de los cuales pretende satirizar la mercantilización de la violencia en la sociedad moderna por parte de los medios de comunicación. “Los medios son como el clima, pero un clima manejado por el hombre”, se escucha en un momento del film. La película es duramente criticada en el momento de su estreno por su extrema violencia pero el público acude en masa a los cines por ese mismo motivo. 'Nixon' es el siguiente trabajo de Stone, una obra colosal con una arquitectura dramática compleja que profundiza en la psique del que fuera presidente de los Estados Unidos.
En 'Giro al infierno', su siguiente película, Stone se da un descanso respecto a los grandes temas. Una vez le dijo a Quentin Tarantino que él, a diferencia de Scorsese o el propio Tarantino, hace filmes “y no peliculitas que tratan sobre otras peliculitas”. 'Giro al infierno' es la peliculita de Oliver Stone; una cinta violenta y llena de humor negro que cuenta con música de Ennio Morricone. En 1999 vuelve al primer plano cinematográfico con 'Un domingo cualquiera', donde Stone lleva la guerra y el análisis de la sociedad occidental al fútbol americano. El personaje interpretado por Al Pacino se revela como un trasunto del propio Stone.
En los años siguientes realiza los documentales 'Comandante' y 'Looking for Fidel' mediante a largas entrevistas a Fidel Castro; y con una indisimulada admiración hacia su figura. 'Persona non grata' es un documental que le lleva a Palestina para obtener de primera mano una visión sobre el aparentemente eterno conflicto de oriente medio.
Stone vuelve a la épica con un proyecto largamente deseado en su 'Alejandro Magno'. La película no logra enganchar con el público estadounidense pero en el resto del mundo consigue una gran repercusión. En 'World trade center' dirige sus objetivos al 11-S pero no lo hace de la forma previsible en él, pues deja a un lado los aspectos políticos y pone el foco en el conflicto humano de los servicios de emergencia y policías que trabajan sobre el terreno de la zona cero. 'W.' es el ajuste de cuentas personal de Stone con el presidente estadounidense George W. Bush; pero en ese terreno esta vez le gana la partida Michael Moore y su 'Farenheit 9/11'. La película de Stone resulta demasiado plana para lo que en él es habitual. Parece haberle cogido el gusto a los documentales y en 2009 realiza uno sobre Hugo Chávez titulado 'Al sur de la frontera', que se estrena en el festival de Venecia. El resultado es tan controvertido como el que fuera presidente de Venezuela. También realiza 'Fidel Castro en invierno'; cuando el dirigente cubano ya no está al frente de la isla caribeña. El formato es otra larga serie de entrevistas. En cuanto al género documental, su última aportación es la serie para televisión 'La historia no contada de Estados unidos'; una obra que pone en duda la forma en que los acontecimientos históricos estadounidenses han sido difundidos.
En cuanto a la ficción, en 2010 regresa muy oportunamente a al mundo de la Bolsa en 'Wall Street, el dinero nunca duerme'; pero esta vez Stone no consigue conectar ni una mínima parte con el público como lo hiciera en los años 80. La película resulta soporífera y parece dirigida por cualquier otro realizador; sin huellas de la “marca Stone”. 'Salvajes', basada en la novela de Don Winslow, resulta prometedora en su planteamiento pues su tema es el narcotráfico y es inevitable recordar el gran resultado de Stone en 'El precio del poder'. Pero a la cinta le falta mucho para estar a la altura de sus mejores trabajos, incluyendo en ellos 'Giro al infierno'. Está la violencia y la realización más que competente pero falta la magia.
De un tiempo a esta parte, se ha considerado que Stone se halla cinematográficamente algo perdido. Algo de eso puede haber, aunque alguna de sus películas vale más que filmografías enteras de otros autores, pero de lo que no cabe ninguna duda es que merece la pena acercarse a sus nuevos trabajos pues es uno de los cineastas con más entidad de los que existen en el cine de hoy. Su próximo proyecto, la adpatación al cine de la historia de Snowden, se ajusta como un guante a su sensibilidad.