Denis Itxaso, consejero vasco de Vivienda: “Ya no es posible alquilar un piso por menos de 600 euros en Donostia”

Denis Itxaso (Donostia, 1975) es el nuevo consejero de Vivienda del Gobierno vasco. Es uno de los cinco representantes de la cuota socialista del Ejecutivo de Imanol Pradales, del PNV. Itxaso ve plenamente justificado haber creado una cartera propia para esta materia social y pide que no se critique hasta el final de la legislatura -y si no se cumplen los objetivos- que el actual sea el gabinete más extenso de la historia de Euskadi, lo que ha llevado a hacer obras para darle cabida en el Parlamento o en los despachos de la sede de Lakua, así como a adquirir más coches oficiales.

Itxaso, que antes fue delegado del Gobierno de Pedro Sánchez desde 2020 y antes edil en Donostia o diputado en Gipuzkoa, recibe a este periódico en una sala de reuniones junto a su despacho. La preside un mapa de la comunidad autónoma -con Treviño anexionado- y tres banderas en sus mástiles. La española parece más grande que la ikurriña y la europea y, de hecho, se llega a arrastrar por el suelo. Pide unos folios para acompañarle durante la entrevista y, en ellos, va apuntando algunas cifras.

¿Qué cifras? Itxaso compromete 7.000 viviendas más en la legislatura sumadas las construidas, las captadas con los programas existentes (Bizigune o ASAP) y las vacías privadas que se puedan ir comprando, una nueva iniciativa que -concede- tendrá efectos limitados. Añade también que los suelos no movilizados permitirían disponer de 75.000 casas más. Admite que en el pasado a adjudicatarios de pisos protegidos les tocó la “lotería” porque luego pudieron revenderlos; y también admite que acotar las nuevas promociones al alquiler tras la normativa autonómica de 2015 limita la captación de recursos de la venta para construir más rápido. Donostia -su ciudad- es claramente el lugar con los precios más disparados y apela a poder tener la misma colaboración que en Bilbao y en Vitoria para poder activar planes de choque. Defiende la normativa estatal y la declaración de zonas tensionadas y demanda a los municipios parcelas y rebajas fiscales para activar ya planes constructivos.

“Que nadie espere milagros, pero sí una actitud de combate”. Ésta fue la frase con la que se presentó en sociedad como consejero a finales de junio. ¿Tan grave es el problema de la vivienda?

Claro. Y somos conscientes de esa gravedad. Fíjese: desde que hice esas declaraciones hasta hoy sólo he visto datos que han corroborado ese diagnóstico. Pero no sólo en Euskadi, también en el conjunto de España y en el mundo occidental. Las grandes metrópolis europeas están tensionadas y se está produciendo un fenómeno demográfico acelerado ante el que la respuesta va mucho más lenta. Hacen falta más casas para mantener un mismo nivel de población. Casi todo el mundo occidental va por detrás en la oferta y con una demanda desbocada.

El piso más barato que he encontrado en el centro de Donostia es un bajo de 30 metros cuadrados por 210.000 euros. Una casa nueva en la calle de Prim, con 120 metros cuadrados, cuesta 1,5 millones de euros. ¿Esto es normal?

No, claro que no. No son precios para un bien de primera necesidad. Son precios de un mercado. Lamentablemente, esto no es nuevo. La vivienda forma parte de un mercado inmobiliario con el que se especula. Es algo así como un activo financiero. Los precios tienen unas oscilaciones propias de un mercado de esas características. Si a eso se le añade una regla muy sencilla, que hay poca oferta y mucha demanda, es la tormenta perfecta. Claro que no es normal. Por eso hacen falta políticas muy audaces, muy decididas, muy ambiciosas y todo lo más rápidas que sea posible.

En el Parlamento dijo que la colaboración con el Ayuntamiento de Donostia no era precisamente la mejor. ¿Por qué?

Hay que reconocer que San Sebastián tiene un problema de escasez de suelo. Siempre lo ha tenido y más en zona llana. La vega del Urumea, la única zona llana que tiene la ciudad, tiene poco suelo. Hay que reconocer también que han hecho un esfuerzo financiero de primera magnitud con la compra de los cuarteles [de Loiola]. Y hay que reconocer también que San Sebastián siempre ha tenido un ecosistema combativo por la propia sociología de la ciudad. Todas las operaciones han tenido siempre contestación; siempre ha habido una tendencia social al rechazo. Entiendo que ésa es una realidad con la que convive el Ayuntamiento. Pero tenemos que colaborar de forma más intensa. Tenemos hablada ya con el propio alcalde la constitución de una mesa en la que poder imprimir ritmo a una colaboración más intensa. Ellos nos han respondido estos días diciéndonos que la producción de vivienda del Gobierno vasco era cero en San Sebastián. Y tienen razón. En Vitoria es mucho más. Y en Bilbao. Necesitamos intensificar la colaboración, encontrar los suelos, pactar desarrollos e ir a expedientes más ambiciosos. Me pongo a la entera disposición del Ayuntamiento para que eso lo podamos plasmar en breve plazo.

¿En qué medida afecta el turismo al problema de la vivienda? Hay ejemplos de alquileres que se acaban en junio y que se retoman en septiembre.

Es un problema añadido. Si se quiere, es la gota que colma el vaso. Quiero creer que en Euskadi, precisamente, este problema se vio venir con tiempo y se ha embridado de una forma bastante razonable. Se exigen una serie de garantías por parte del Gobierno vasco para que se pueda inscribir una vivienda turística. Muchos ayuntamientos han logrado limitaciones vía ordenanzas municipales o vía planeamiento urbanístico. Estamos en unos umbrales que creo que no representen el problema principal de la vivienda. Pero es innegable que añade un elemento más de presión. A medio y largo plazo hemos de ser conscientes de que puede ir a más, sobre todo en zonas de Bizkaia y Gipuzkoa densamente pobladas. Estar en una zona como el Cantábrico, con un clima más benigno, puede generar efecto-llamada. Insisto mucho en que el poco suelo que tenemos hay que activarlo con tiempo suficiente para que produzca mucha vivienda. Por eso hablo también de densidad edificatoria.

¿Cuántas viviendas podemos esperar en esta legislatura?

Estamos hablando de puesta a disposición de 7.000 nuevas viviendas, todas en régimen de alquiler. La cifra es un 'mix'. En mayor medida son de construcción. He heredado un departamento donde hay mucho trabajo en marcha. Hay convenios suscritos, planificados y presupuestados en Vitoria o en Bilbao con cantidades nada desdeñables de vivienda. Pero, además, estamos pensando en otras alternativas. Queremos captar más vivienda para Bizigune. Es una manera de sumar más viviendas. Y pensamos también en compras. Como he dicho en más de una ocasión, queremos ir al mercado libre pagando a precios de VPO.

"Tenemos que colaborar de forma más intensa con San Sebastián. Tenemos hablada ya con el propio alcalde la constitución de una mesa. Ellos nos han respondido estos días diciéndonos que la producción de vivienda del Gobierno vasco era cero. Y tienen razón. En Vitoria es mucho más. Y en Bilbao. Necesitamos intensificar la colaboración, encontrar los suelos, pactar desarrollos e ir a expedientes más ambiciosos"

Siguen pensando entonces en la compra de esas viviendas que puedan salir al mercado...

Sí. Sé que ha llamado mucho la atención y que ha merecido grandes titulares. Tampoco quiero echar un jarro de agua fría, pero es verdad que no va a ser la principal medida. Tenemos que ir grano a grano, sabiendo que todo suma. Pero sabemos distinguir perfectamente aquellas políticas que tienen un gran impacto, como los nuevos desarrollos de miles de viviendas. Pero queremos activarlo, sí.

¿Cuántas?

Euskadi es uno de los territorios que menos vivienda vacía tiene. Pero tenemos que ir a por las viviendas vacías que están en las zonas donde hay demanda. ¿Eso cuántos es? Pues, mire, hablamos de 43.000 viviendas vacías en Euskadi, de las cuales 25.000 estaban en zonas donde hay demanda. Una cifra muy importante requiere de una intervención de rehabilitación también importante. Nos gustaría poder abordar en colaboración con los ayuntamientos la detección de esos pisos para poder comprarlos, poder rehabilitarlos y, si son de una gran superficie, poder segregarlos. Es decir, donde haya un piso de 200 metros en el centro de San Sebastián, de Bilbao o de Vitoria poder tener tres de 60 metros que se asemejan más a la demanda de estos momentos. A veces son herencias, pisos vacíos de personas mayores que murieron y llevan ahí cerrados mucho tiempo. A veces incluso son personas que han muerto solas, que no han dejado descendientes y quedan en manos del Estado, pero con un proceloso procedimiento burocrático que lleva años. Queremos entrar en ese tipo de subastas y herencias yacentes y resolverlas siempre a precios de VPO. Porque el Gobierno no se puede permitir el lujo de entrar al al mercado libre a comprar al precio del mercado, porque estaríamos contribuyendo a su calentamiento.

Citaba Bizigune. También existe ASAP. [Son servicios del Gobierno vasco para que un propietario le ceda su casa a cambio de un canon para que éste, a su vez, lo ponga en alquiler social]. ¿Funcionan estos programas?

El problema es que el precio está creciendo a tal velocidad que es fácil que la Administración se quede en ofrecimientos de precios fuera del mercado. Nosotros tenemos unos umbrales [675 euros de canon]. Pero lo que le damos a un propietario que quiere poner su casa en el mercado de alquiler son garantías. Le vamos a devolver la vivienda en el mismo estado de revista en el que se nos entregó y va a cobrar puntualmente la renta. Pero nos supone un 'gap', que es la diferencia con lo que le estamos cobrando a nuestro arrendado, que normalmente son familias que no pagan más de 300 euros, como mucho. Con todo, queremos incrementar el umbral: empieza a quedarse ya lejos de lo que ese propietario estima que puede cobrar en el mercado libre. Y también necesitamos reforzar Alokabide [sociedad pública dedicada al alquiler] para esa labor de captación de vivienda. Todo este programa de intermediación requiere de mucho esfuerzo de un personal que se deja los cuernos buscando las pocas viviendas que hay en oferta. Cada vez es más difícil encontrar propietarios que quieran que tengan posibilidad de poner en en en el mercado su vivienda.

¿La VPO para compra se ha desterrado ya?

Es una pregunta muy interesante. Hay vivienda protegida en venta todavía y me parece que es un segmento que no hay que desdeñar. Por cultura y por capacidad económica, afortunadamente, hay muchas familias que se lo pueden permitir. Es lo que buscan. Por otro lado, es muy importante entender que todos los agentes que estamos operando en este campo de la vivienda protegida somos necesarios. Tenemos que activar mucho suelo privado que está calificado como protegido. La suma de los suelos privados y públicos calificados como protegidos y que están parados en estos momentos permitiría que se construyeran hasta 75.000 viviendas en Euskadi. Es mucho. Y añado una segunda reflexión: tenemos una ley de vivienda de 2015 muy progresista que establece que todo lo que hagan los poderes públicos en materia de vivienda protegida debe ser en alquiler. Pero hemos de ser todos conscientes de que las capacidades de la Administración pública para hacer vivienda protegida han mermado como consecuencia de esa decisión. ¿Por qué? Cuando también se hacía vivienda en venta o en derecho de superficie a 75 años, se podían hacer muchas más. Antes, con el mismo presupuesto, se hacían muchas más viviendas porque el retorno de la venta llegaba inmediatamente. Hacer vivienda protegida ahora lo es mucho más porque estás difiriendo en el tiempo el retorno, si es que se produce alguna vez. Porque, repito, nos están pagando unas rentas de 300 euros. El coste es mucho mayor por haber decidido que sólo vamos al alquiler.

Añado yo otra reflexión: ¿cree que se ha dilapidado patrimonio público al vender a precios de saldo una o más VPO a personas o parejas que, objetivamente, no reunían los requisitos?

Somos herederos de políticas que se han hecho en décadas anteriores y que hoy en día no compartimos. Todos vemos con claridad que no se debieron de haber llevado a cabo. Fueron políticas que en aquel momento todos veían con buenos ojos. Y le daré un dato: hasta hace muy poquito, el número de viviendas calificadas como protegidas totales del parque público de vivienda ha ido disminuyendo. No ha ido aumentando porque eran más las que se desclasificaban porque eran anteriores a la ley actual, anteriores a 2003, que las que la Administración era capaz de construir. Nadie acepta ya que las viviendas protegidas puedan perder su calificación nunca. Pero, claro, hubo gente a la que le tocó la lotería. Literalmente. Cuando en la década de 1980 se hacían sorteos, no se baremaba. Ahora hay una lista de Etxebide [Servicio Vasco de Vivienda] que no es una lista de espera al uso. Usted llega y en función de la ponderación que se haga de su estado de umbral de ingresos, de su necesidad social y de otros elementos sociales (mujeres maltratadas y otro tipo de situaciones que puedan añadir riesgo de vulnerabilidad) suma puntos. En aquellos tiempos se hacían sorteos y a los 20, 30 ó 40 años, cuando perdían la calificación de vivienda protegida, lo podían vender en el mercado privado. Les tocó la lotería literalmente.

Gaztelagun y Emantzipa son dos programas de ayudas para jóvenes, uno de cada partido que compone el Gobierno vasco. ¿Cómo encajan? ¿Se están solapando?

Todo ayuda. Todo lo que represente una ayuda a los jóvenes para que se puedan emancipar, sea una ayuda universal o una más específica en función de la renta, ayuda. La situación es de tal gravedad que yo no desdeñaría ninguna. Evidentemente hay que coordinarse y hay que intercambiar datos para que nadie que no lo merezca esté sobrefinanciado. Pero no creo que ése sea el problema en estos momentos.

La cuantía de ambas es de 300 euros. ¿Va a subir en 2025?

Nuestro objetivo no es tanto que se incremente. Eso habrá que valorarlo a lo largo de la legislatura. El objetivo es recrecer el tope de los pisos para acceder. Conozco gente que no puede acceder a la ayuda en Donostia porque no hay ningún piso que esté por debajo del umbral que hemos establecido como tope. No hay ningún piso por debajo de los 700 o de los 600 euros en San Sebastián.

Al calor de la ley estatal, 43 municipios podrían acogerse a esa figura de “zonas tensionadas” en Euskadi. Es el 68% de la población. ¿Qué consecuencias prácticas tendría para esos municipios?

La más inmediata es la relativa al tope de los alquileres. La ley establece que en aquellas zonas que sean declaradas tensionadas se ha acreditado que hay un umbral de renta insoportable para los ciudadanos y que ha habido unos incrementos. Se limitan esos incrementos y se establecen medidas reforzadas para los grandes tenedores. Aquí esas medidas dependen muy mucho de que finalmente las Haciendas forales remitan los precios de referencia al Ministerio de Vivienda para que se incorporen a los precios de referencia al conjunto de España. Sólo de esa manera se podrán aplicar medidas reforzadas de protección a los inquilinos que estén en manos de grandes tenedores. Y estoy pensando en fondos buitre como el de San Sebastián, que tiene 245 inquilinos. Se le podrán establecer unas limitaciones muy reforzadas o incluso extinguir los alquileres.

¿No están colaborando las Haciendas forales?

Confío en que sí y que simplemente la transmisión de datos sea más compleja y lenta de lo que uno quisiera. Creo que la limitación de los precios desbocados del alquiler nos une a todos. Estoy convencido de que eso se arreglará cuanto antes. En todo caso, más allá de los grandes titulares que ha merecido la ley lo inmediato es que en el momento en que un municipio que se declare zona tensionada se empiezan a limitar esos incrementos. Y hay otras cosas en las que yo siempre pongo el acento. Aquel municipio que voluntariamente quiera declararse zona tensionada -porque no tiene ninguna obligación- está reconociendo que tiene un problema de primera magnitud con la vivienda. Lo que estamos diciendo es que, en consecuencia, hay que aprobar planes plurianuales de acción y de choque para ir frenando poco a poco ese calentamiento del mercado. Eso se hace actuando sobre la oferta. Para actuar sobre la demanda tenemos todas las ayudas económicas, pero queremos intensificar modelos de relación que hemos visto que están funcionando en Vitoria o en Bilbao: cesión gratuita de suelos por parte del Ayuntamiento al Gobierno y descuento del 95% del impuesto de construcciones para que nosotros podamos entrar y construir. Y agilización de todos los planes urbanísticos que sean necesarios. He sido concejal y sé lo importante que son en las arcas municipales los ingresos urbanísticos. El problema está en que hemos financiado un montón de servicios públicos con cargo al suelo. Es importante hacer ese tipo de cesiones gratuitas para que nosotros podamos hacer más casas en más sitios. Si tuviésemos que comprar suelos ahora de inmediato... Este modelo está funcionando en Bilbao y en Vitoria y va a empezar a funcionar en Irún pronto. Es el que queremos extender al conjunto de Euskadi porque nos va a permitir hacer más vivienda.

¿Están resueltas ya las tiranteces políticas con el PNV por la ley estatal de Vivienda?

Yo creo que sí. Yo creo que sí. El programa de Gobierno lo que hace es descansar sobre una futura sentencia del Constitucional. La primera sentencia respecto de un recurso que denunciaba invasión competencial, el del Gobierno andaluz, ha sido desestimatoria. En los meses que llevo como sailburu no veo por ningún lado esa tensión. Más bien veo una casa común, empezando por el propio lehendakari, Imanol Pradales, que ha asumido la dimensión social de este problema.

¿Aceptaría usted como consejero que su propio Gobierno interpusiera un recurso de inconstitucionalidad contra su criterio?

Entiendo la pregunta en términos teóricos, pero no espero que nada de eso se produzca.

Ha ocurrido. Al anterior consejero que se sentaba en esa silla su propio Gobierno le interpuso un recurso contra su criterio.

Si usted se fija en la redacción del programa de Gobierno, del pacto de coalición, se acepta la figura de las zonas tensionadas y se asume un compromiso colegiado por parte de ambos partidos de emplearlas y sacarle el máximo provecho. Ahí hemos hecho una negociación. No me puedo permitir el lujo de mirar al pasado. Sé que en un momento dado puede generar un cierto morbo informativo, pero lo único que va a incorporar es ruido y no me lo puedo permitir. Porque el desafío que tenemos es de enorme calado y tenemos que mirar al futuro. Eso sucedió. Vamos a ver qué dice el Constitucional. El programa de Gobierno ha superado determinadas desavenencias para situar el marco de juego en un terreno muy constructivo. Nunca mejor dicho. Muy constructivo y muy edificante. Creo que mi trayectoria demuestra que tengo una mirada progresista de la sociedad, pero quiero también complementarlo con una mirada pragmática. Necesitamos resultados y las anteojeras que a veces podamos tener todos de opiniones o sesgos vinculados a políticas del pasado, quizás hoy no nos sirvan. Yo veo a Kamala Harris en los Estados Unidos o al Gobierno laborista de Keir Starmer en el Reino Unido, o incluso a Ursula von der Leyen, con un nuevo comisario específicamente dedicado a ello, y aunque no me consuela que el problema esté tan extendido me da cierta esperanza el pensar que se actúa a escala internacional.

El PNV defendió en la campaña electoral mantener las deducciones fiscales por compra de vivienda. ¿Cuál es la opinión del consejero de Vivienda?

Hago mía la opinión de los técnicos de esta casa, como no puede ser de otra manera. Plantean unas fórmulas que no discriminan en función de si se compra o se alquila, pero sí que haya un tratamiento fiscal progresivo en función de la renta de esas desgravaciones. Es decir, que el gasto fiscal en que incurran las diputaciones por desgravaciones de alquiler o de vivienda no sea el mismo para una renta de 30.000 que para una renta de 120.000. Los partidos que conforman la coalición están debatiendo hace tiempo una reforma fiscal. Vamos a ver qué es lo que acuerdan. Veremos cuál es el tratamiento fiscal que se le da a la vivienda. Desde luego, nosotros en ningún momento, ni siquiera en nuestro programa electoral, planteamos eliminar esas desgravaciones. Es verdad que Euskadi es el único lugar donde se mantienen. En el territorio común, es sabido que las desgravaciones por compra de vivienda desaparecieron hace tiempo. Nosotros nunca hemos planteado que se eliminen, pero planteamos que haya una mirada progresiva.

"Veo a Kamala Harris en los Estados Unidos o al Gobierno laborista de Keir Starmer en el Reino Unido, o incluso a Ursula von der Leyen, con un nuevo comisario específicamente dedicado a ello, y aunque no me consuela que el problema esté tan extendido me da cierta esperanza el pensar que se actúa a escala internacional"

¿Qué tal está funcionando la pasarela de perceptores de los complementos de PCV de la RGI hacia el derecho de la vivienda?

Desde un punto de vista político, lo ideal y a lo que debemos de aspirar es a que nadie la necesite. No me quiero olvidar de ese objetivo de hacer cumplir la ley de 2015 de derecho subjetivo al acceso a la vivienda por la vía de que todo el mundo tenga acceso a la vivienda. Lamentablemente eso no es posible. Y en el corto y medio plazo tampoco lo será porque no hay manera de colmar todas las necesidades y toda la demanda existente. Por lo tanto, se ponen en marcha, efectivamente, políticas subsidiarias o paliativas. Nadie en Euskadi que lo merezca por umbral de ingreso se queda fuera del sistema. Y eso es un gran avance. En estos momentos se está realizando una inversión social de unos 90 millones de euros solamente con la prestación económica de vivienda. Hago una lectura muy positiva de esas políticas. Le advierto de que son muchas las comunidades autónomas que se fijan en lo que hacemos, pero cuando ven el montante... A veces se ven disuadidas porque es mucho el esfuerzo económico que hace este país para afrontar este derecho.

En la comparecencia parlamentaria se planteaba también la colaboración con el Departamento de Movilidad para un proyecto en una playa de vías de Euskotren. Me llama la atención porque estas dos carreteras no se tendrían que coordinar en la pasada legislatura porque ya estaban unidas en una sola. Aprovecho la anécdota para preguntar cómo se puede explicar a la ciudadanía que este Gobierno haya crecido en cuatro carteras y que sea el más amplio de la historia democrática en Euskadi.

Entiendo que sin una información de contexto puede ser una reestructuración que llame la atención y que incluso pueda ser objeto de crítica. Pero sólo le voy a decir una cosa: ahora mismo, con la preocupación que tengo y con el desafío que afrontamos, no podría dedicar ni un solo minuto más de mi agenda a nada que no fuese Vivienda. Y me puede decir: ¿entonces cómo lo hacían la vez anterior? Bueno, pero es que la magnitud del problema también ha crecido. Si resulta que la vivienda es un problema que ha escalado hasta las primeras posiciones de la preocupación ciudadana, no tiene sentido que Vivienda fuera la hermana menor de un departamento dedicado a más cosas. Requería de un foco propio. Eso es algo que tanto el PSE-EE como el PNV entendieron desde el primer momento.

"Con la preocupación que tengo y con el desafío que afrontamos, no podría dedicar ni un solo minuto más de mi agenda a nada que no fuese Vivienda"

Insisto en la pregunta. Esto ha requerido hacer obras en el Parlamento para poner más escaños, hacer obras en Lakua para poner más despachos y comprar coches para más altos cargos.

Pero pongamos las cosas en contexto. Admito que ésa sea una crítica que se nos haga al final de la legislatura si no hemos rendido a la altura de lo que se espera. Admito que se nos critiquen esos incrementos si no hemos cumplido con nuestros objetivos. Pero me gustaría que ese análisis o esa crítica más o menos expresa o velada que se hace a ese incremento de costes se haga en el contexto de los objetivos ambiciosos que el Gobierno ha adoptado. En este arranque de legislatura, el Gobierno está dando muestras de ser muy ambicioso en sus objetivos. Alguno incluso podría poner en duda que los vayamos a cumplir. Es muy ambicioso en Sanidad, en Vivienda, en Educación, en Transportes. Muy muy ambicioso.

¿Tiene el PSE-EE más peso y más influencia en esta coalición de Gobierno que en la anterior?

¿Qué le voy a decir yo? Creo que es evidente. Tanto al vicelehendakari, Mikel Torres, como el resto de los consejeros nos han encargado una enorme responsabilidad social y política con problemas que están en lo más alto de las preocupaciones sociales. Hemos ganado peso político, hemos ganado responsabilidades y así nos lo tomamos. El Partido Socialista nació hace 140 años en Euskadi para tratar de resolver problemas de las personas. Yo tengo una fuerte vocación política y viene de la idea de emplear el poder que a uno le dan para cambiar las cosas a mejor y para actuar positivamente sobre la vida de las personas. El PSE-EE tiene una enorme responsabilidad en este Gobierno.

¿Aspiraba a Denis Itxaso a ser vicelehendakari?

No... Uno en política no se puede plantear las cosas en esos términos. Lo que desde luego nunca pensé es que iban a depositar en mí la confianza que han depositado para tratar de encarar este problema que tenemos con la vivienda. Los focos, los rangos, … Son elementos muy efímeros. Son navajas de doble filo. Aquí estamos para servir. Y podría uno ser el último en el escalafón del Gobierno pero, teniendo Vivienda, bastante tiene.

Se cumplen cien días de la constitución de este Gobierno. ¿Es buen lehendakari Imanol Pradales?

Creo que sí. Es un tiempo de exigencia mayor por parte de la ciudadanía. Es un tiempo de una enorme preocupación social, de mucha incertidumbre política. Y creo que el Gobierno está muy centrado en la gestión diaria de los problemas de las personas. Creo que el lehendakari está haciendo esa tarea de de dirección y coordinación del Gobierno.

Sin embargo están empezando a aflorar algunas tensiones, particularmente con el tema de la reforma del Estatuto. ¿Cómo lo ve?

A sabiendas de que esta legislatura iba a tener mucha carga en la gestión y mucha exigencia por parte de la ciudadanía, los partidos pactaron que el resto de las cosas que digamos sobre el futuro del país, sobre su Estatuto de autonomía, sobre el autogobierno y demás, quedaran en manos de los grupos parlamentarios. Es lo que está diciendo Eneko Andueza. Por eso no ha entrado al Gobierno. Hay mucha tarea política a medio y largo plazo que llevar a cabo de negociación.

¿Cree que el lehendakari se ha excedido en algunas propuestas que ha podido realizar en los últimos días?

Prefiero que de eso opine Andueza. Bastante tengo como consejero de Vivienda como para meterme en harina de otro costal. Evidentemente, tengo mi opinión, que se la puede usted imaginar. Soy socialista. Pero no me corresponde dar una opinión pública sobre estas cosas.

Ya sé que tampoco compete a esta cartera, pero ¿por dónde hay que conectar la 'Y vasca' con Navarra?

Tampoco tengo una opinión. Compete al Gobierno de España, que ha decidido compartirlo con el Gobierno vasco y con el de Navarra. Hay una sailburu que se encarga de estas cosas [Susana García Chueca]. No debo yo aportar opiniones sobre cosas que ni me competen y tampoco mi opinión es relevante.

El 12 de octubre ya está cerca. Ahora que ya no es delegado del Gobierno, ¿gritará '¡Viva España! ¡Viva el Rey! ¡Viva la Guardia Civil!'?

Me han invitado [al acto de la fiesta nacional de España]. Todavía no he decidido si voy a ir, pero por razones puramente de organización personal de ese fin de semana. Sé que cuando fui delegado del Gobierno aquello llamaba la atención, pero es un ritual que todos los delegados de Gobierno hacen en todas partes.

No en euskera...

Claro. Pero yo reivindico que el euskera llegue a todos los ámbitos. A to-dos los ámbitos. Flaco favor para el euskera que haya quien diga lo que se puede y no se puede decir. No sé si acudiré, pero, si voy, obviamente participaré del protocolo.

elDiario.es/Euskadi

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