Desde que comenzó el confinamiento, las denuncias por violencia de género se han reducido a la mitad, en comparación con el mismo periodo de años anteriores. Lejos de ser positivos, el Instituto Vasco de la Mujer (Emakunde) achaca estos datos a las “dificultades y el miedo a denunciar” mientras se está viviendo con el agresor.
Otras de las razones que barajan son el hecho de que, en esta situación, el control social y la cercanía del vecindario son mayores, un hecho que puede llegar a dificultar que se produzcan casos de violencia. Además, en muchas denuncias el agresor es una expareja con la que en estos momentos no se convive.
La directora del Instituto Vasco de la Mujer, Izaskun Landaida, ha asegurado que “es clave que se mantenga esa vigilancia activa de la sociedad ante la violencia hacia las mujeres, más si cabe en estos momentos”.
“Necesitan sentir que no están solas y que estamos en disposición de ayudar ante la mínima señal”, ha añadido Landaida, tras insistir en la necesidad de colaboración por parte de la ciudadanía en caso de intuir que se pueda estar produciendo algún caso de violencia.
Por su parte, Roberto Seijo, el secretario general de Erne, sindicato mayoritario de la Ertzaintza, ha señalado a este diario que, a raíz del confinamiento, las denuncias de todo tipo han bajado un 80%. Un tipo de caso de violencia de género relativamente fácil de detectar y sancionar se suele producir en la calle o de camino al trabajo, “cuando el maltratador vigila, persigue y amenaza a la víctima”. Por ello, segun Seijo, “gracias a la labor de vigilancia que está realizando la Ertzaintza y el hecho de encontrarse confinado, el maltratador ya no tiene tantas posibilidades de hacerlo”.
Contraseña 'antiviolencia'
Durante el confinamiento por el coronavirus la lacra de la violencia machista no cesa. El peligro de estas mujeres puede verse aumentado al tener que convivir durante todo el día con su agresor. Por ello, en distintas comunidades autónomas han creado la iniciativa “Mascarilla 19”, una contraseña secreta que las mujeres víctimas de esta violencia deben decir a las y los farmacéuticos para que estos entiendan que pueden encontrarse en peligro.
En el momento en el que oigan estas palabras, el personal de estos establecimientos, a través de las directrices recibidas desde el Colegio Oficial de Farmacéuticos, pondrá en marcha un protocolo de protección y atención de estas mujeres para permitir su derivación, en caso de ser necesaria, a los servicios forales de Atención de Urgencia.
Se trata de una campaña que ya se ha puesto en marcha en otras comunidades autónomas con el lema 'Contra la violencia de género, Mascarilla 19' y a la que se han sumado Álava, Bizkaia y Gipuzkoa en colaboración con el Colegio Oficial de Farmacéuticos. El objetivo es poder dar una respuesta a mujeres en situación de riesgo o de peligro para su integridad física, psicológica y/o sexual, tanto en su entorno familiar más cercano como en la calle.
“Ninguna mujer que necesite nuestro apoyo va a quedar abandonada. Estamos haciendo un esfuerzo mayor si cabe para que nuestros servicios no vean mermada su capacidad de respuesta en la situación de crisis sanitaria que vivimos”, ha señalado la diputada Foral de Empleo, Inclusión Social e Igualdad, Teresa Laespada, quien ha recalcado que las mujeres “deben saber que seguimos aquí”.
En lo que va de año en Euskadi han sido asesinadas tres mujeres, víctimas de violencia machista. Las dos primeras, madre e hija, fueron asesinadas en su casa por el marido y padre de las víctimas, el pasado 11 de marzo en Abanto, Bizkaia. El tercer caso fue el de una mujer asesinada supuestamente por su hijo en Soraluze, Gipuzkoa, el pasado 16 de marzo. Se trata de los primeros casos registrados en Euskadi desde 2018, ya que en el año 2019 no se registró ningún asesinato por violencia de género.