El descontrol del “yo controlo”

Se han cambiado los tapetes por pantallas, el manejo manual de las cartas por ratones de ordenador y los naipes virtuales sustituyen a los tradicionales. Sin embargo, todos continúan buscando lo mismo: hacerse con la ansiada escalera real o, en su defecto, lograr una escalera de color, póquer o full que les lleve a ganar el dinero apostado. Las matemáticas, el cálculo de probabilidades, es el terreno que delimita la práctica del póquer, un juego que en la actualidad ha cambiado su escenario y también el perfil de sus jugadores.

Internet y las nuevas tecnologías han provocado el aumento de las apuestas deportivas y los juegos de azar, sobre todo, entre la juventud. Según Roque Gutiérrez, director de contenidos de las webs de Euskadi Poker y Poker 10, en la actualidad, la franja de edad de los jugadores se sitúa entre los 18 y 35 años. “El incremento del juego online y el hecho de que deportistas populares como Piqué o Nadal hayan protagonizado anuncios atrae a personas de menor edad”, cuenta. Sin embargo, la regulación española actual no contempla el póquer online universal. “Antes podían jugar partidas a la vez un español, un francés y un americano, pero la nueva legislación impide la modalidad online a nivel internacional, es decir, solo se puede jugar dentro de España. Por eso, muchos jugadores tuvieron que emigrar para jugar por Internet fuera de nuestras fronteras con mejores premios y torneos”, explica Gutiérrez.

Para la empresa Fournier, referente mundial en la fabricación de barajas de cartas, los años dorados del póquer en vivo fueron 2008, 2009 y 2010. “El auge de las ventas de naipes de este juego empezó en el 2008 y a partir de 2010 se ha estancado”, comenta Diego Ruiz de Gauna, responsable de marketing. “Aunque se sigue jugando de manera tradicional, es cierto que ha habido un aumento entre la juventud probablemente debido a las nuevas formas que ofrece Internet”, señala.

Del simple juego a la adicción

El problema radica en que la línea que separa el juego de la dependencia es tan delgada, que uno no sabe cuándo el famoso “yo controlo” ya no sirve. Según Aurelia Mateos, voluntaria de la asociación guipuzcoana Ekintza Dasalud, esta es la pregunta del millón. “Tenemos casos de funcionarios que comenzaron jugándose las vueltas del café en las máquinas tragaperras y han acabado hipotecando sus casas. Es tan fácil caer en la adicción, que más vale mantenerse lejos”, cuenta Mateos.

Por la asociación, que cumple este año su vigésimo aniversario, han pasado personas de una amplia franja de edad, aunque en la actualidad trabajan también con casos de menores. “Generalmente son las familias o tutores los que acuden a pedir ayuda por primera vez. En el caso de dos adolescentes de 16 años con los que trabajamos actualmente, no gastaban dinero, pero sí pasaban horas muertas frente al ordenador, lo que les quitaba tiempo de estudio y de relaciones sociales. Además, sus familias nos comentaban que sus conductas habían cambiado, estaban mucho más irascibles puesto que se levantaban por las noches para jugar”, relata la voluntaria.

La oferta de juego y la privacidad que aporta la Red han propiciado que los casos de jóvenes con adicción al juego en Euskadi aumentaran durante 2013. El año pasado, según han informado las asociaciones contra la ludopatía de los tres territorios, fueron atendidos un total de 387 pacientes, de los que 78 pertenecían a Gipuzkoa, 113 a Álava y 196 a Bizkaia, que no solo cuenta con la mayor cifra, sino que aumenta en un 12% con respecto a 2012, llegando al nivel máximo registrado desde 1989. En este sentido, los hombres continúan superando a las mujeres, puesto que abarcan el 90% del total de los casos, pero la media de edad de afectados por el juego desciende en las tres provincias.

Desde ASAJER (Asociación Alavesa de Jugadores en Rehabilitación) reconocen que la mayoría de pacientes atendidos se debe a la adicción por las máquinas tragaperras, aunque en los últimos años aprecian un repunte de afectados por juegos online. “En muy poco tiempo hemos visto que ha aumentado el abuso de los juegos a través de Internet y de las apuestas deportivas tanto presenciales como virtuales”, cuenta Idoia Axpe. “Los primeros factores para saber en qué momento se pasa del uso al abuso del juego son por el tiempo y dinero invertidos en el mismo. Aunque la alarma salta cuando ese juego está empezando a generar muchos problemas sociales”, sostiene. Y es que, según la portavoz de la asociación alavesa, “cuando el juego deja de ser una diversión para convertirse en un problema siempre deja rastro”.