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Diez homenajes, la sombra de Martín Villa y una manifestación en el aniversario del 3 de marzo de 1976

Uno de los homenajes a las víctimas del 3 de marzo, con la consejera Beatriz Artolazabal

Iker Rioja Andueza

3 de marzo de 2022 21:30 h

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El cuadragésimo sexto aniversario del 3 de marzo de 1976 en Vitoria, jornada en que la Policía Armada posfranquista irrumpió a tiros en una asamblea obrera que se celebraba en la iglesia de San Francisco de Asís del barrio de Zaramaga, se ha vivido al menos con diez homenajes separados a fallecidos y heridos por la mañana, con una manifestación sindical no unitaria por la tarde y con la aprobación en el Parlamento Vasco de un texto para que se investigue el papel del entonces ministro Rodolfo Martín Villa aprobado con el apoyo expreso de menos de la mitad de la Cámara, 27 de los 75 electos. Las instituciones -excepto el Gobierno de España- ya trabajan en la apertura de un Memorial en la propia iglesia y que se confía inaugurar antes de 2026, el año del quincuagésimo aniversario, aunque la iniciativa no está exenta de críticas por parte de las asociaciones de víctimas, que reclaman más participación.

Los primeros en acudir a Zaramaga han sido los representantes del PSE-EE. La secretaria general en Álava, Cristina González, ha aprovechado el acto para defender la reciente reforma laboral del Gobierno de Pedro Sánchez y la subida del SMI. “El mejor homenaje que se puede hacer a las víctimas del 3 de marzo es poner medidas para mejorar la calidad del empleo. Comprobamos que ha sido un error de partidos y sindicatos nacionalistas no apoyar la reforma laboral”, ha señalado González. Unos minutos después el homenaje ha corrido a cargo de otra socialista, la vicelehendakari y consejera de Trabajo y Empleo, Idoia Mendia. Ha explicado que el primer tributo institucional del Gobierno vasco a estas víctimas se celebró hace diez años, en 2012, siendo ella la titular de Justicia. El sindicato UGT ha sido otro de los presentes.

Se de la circunstancia de que, hora y media después, otra consejera del Gobierno vasco ha realizado su propia ofrenda floral. Era Beatriz Artolazabal, titular de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales -el área con competencias en materia de Derechos Humanos y que promueve el Memorial- y es del ala del PNV en el gabinete autonómico. La consejera, que era una niña vecina de Zaramaga cuando se produjeron los hechos, ha recordado a los cinco fallecidos, José Castillo, Bienvenido Pereda, Romualdo Barroso, Francisco Aznar y Pedro María Martínez Ocio. La ha acompañado su equipo, José Antonio Rodríguez Ranz, Monika Hernando y Aintzane Ezenarro. Minutos antes, el PNV ha hecho un acto diferenciado. “Hace 46 años quedó escrita con sangre sobre las losetas de las inmediaciones de la iglesia de San Francisco la palabra 'justicia'. Hoy el PNV vuelve a exigir el derecho a la verdad, al reconocimiento y a la memoria viva de las víctimas”, ha señalado su presidente en Álava, José Antonio Suso. Con él ha estado el alcalde de la ciudad, Gorka Urtaran, y el diputado general, Ramiro González.

Entre socialistas y nacionalistas han visitado el monolito en memoria de los fallecidos y heridos CCOO, IU y el PCE y, finalmente, Podemos. También lo ha hecho el sindicato LAB, cuya sede está allí mismo. Esta central ha recordado “los conflictos laborales abiertos” y ha lamentado que “la lucha de la clase obrera está plagada de sufrimientos y de esfuerzos”. Arnaldo Otegi ha encabezado la delegación de EH Bildu, cuyo homenaje ha tenido lugar a las 12.30 horas. “Detrás de aquello hubo una operación contra los trabajadores vascos, como hicieron en los Sanfermines [de 1978]”, ha afirmado en euskera el líder de la coalición. Y también ha mencionado la situación de Ucrania: “Somos hijos de Gernika, somos del país que dijo 'no' a la OTAN, somos la nación vasca. Hoy decimos no a la guerra”.

La agenda de convocatorias de prensa muestra que la mañana ha sido un carrusel. Había citas a las 9.30, 10.00, 10.30, 11.00, 11.20, dos a las 11.30, a las 11.35 y a las 12.30. Ya por la tarde, LAB de nuevo y también ELA, ESK y Steilas, que conforman la mayoría sindical vasca, han celebrado una manifestación desde Zaramaga, pero como ya es tradición no ha sido unitaria.

Según informa Europa Press, la movilización ha reunido a centenares de personas por las calles de la ciudad y se han escuchado gritos de “Policía asesina”. También se han suscitado críticas al Memorial proyectado. Las entidades Martxoak 3 y Memoria Gara ya habían denunciado que desean participar con más intensidad en su gestación. No puede ponerse en marcha “sin la participación de las víctimas ni de la sociedad civil”, extremo que rechaza de plano el Gobierno vasco, que ha señalado ya que tiene reservado un espacio en el patronato de la nueva fundación que se creará.

El Parlamento señala a Martín Villa

Simultáneamente a los homenajes matinales, el Parlamento Vasco ha debatido una iniciativa sobre el 3 de marzo de 1976 a instancias de EH Bildu. El texto ha quedado aprobado con el respaldo también de Elkarrekin Podemos-IU. A pesar de no sumar mayoría en la Cámara (27 de 75 escaños), la abstención del PNV ha posibilitado su aprobación. Sus socios de Gobierno han votado 'no', aunque lo habitual es que vayan de la mano en todos los plenos. De hecho, esta misma semana se ha destacado la “buena salud” de la coalición.

La resolución aprobada mira Martín Villa, que en el momento de los hechos era ministro de Relaciones Sindicales y que ahora tiene 88 años. Se ha instado “al Gobierno de Madrid” -en referencia al de España y no al de Isabel Díaz Ayuso- “a poner en vigor los mecanismos necesarios para que se investigue y esclarezca la responsabilidad política y penal de Rodolfo Martín Villa en los crímenes de lesa humanidad cometidos en Vitoria-Gasteiz el 3 de marzo de 1976”. La propuesta apoya también la investigación judicial abierta en Argentina por éste y otros hechos de la Transición.

“[Hubo] Una dictadura terrorista cuyos delitos no se investigaron, cuyas atrocidades no se esclarecieron, cuyos perpetradores no se depuraron, cuyas responsabilidades penales, administrativas o políticas se taparon”, ha señalado Julen Arzuaga, de EH Bildu. Y ha añadido sobre el exministro: “En sus tres años como ministro de Gobernación [accedió al cargo después del 3 de marzo] sucedieron decenas de muertes perpetradas por grupos policiales y parapoliciales en todo el Estado. Aquí son conocidos, casos, nombres, vivencias, personas como Noemi Mentxaca, Josu Zabala, Rafael Gómez Jauregi, Clemente del Caño, José Luis Cano, Gregorio Maritxalar, Luis Santamaría, Manuel Fuentes, Francisco Javier Núñez, Kepa Josu Etxandi, Felipe Suárez, Gonzalo Pequeño, Efrén Torres, José Emilio Fernández, Felipe Carro, Diego Alfaro, Francisco Caballero, Mikel Arregi, y, cómo no, entre ellos, los sucesos del 3 de marzo de 1976 o los de San Fermín de 1978”. “La persecución de la disidencia política fue sistemática y respondió a la voluntad planificada de la dictadura. Y uno de los colectivos a los que se dirigieron estos crímenes fue el movimiento obrero organizado e ilegalizado por la dictadura. Y en ese contexto se sitúan los crímenes del 3 de marzo”, le ha secundado Jon Hernández, secretario general del PCE, miembro de IU y parlamentario de la coalición Elkarrekin Podemos-IU.

Y ahí se han agotado los apoyos. El PNV ha defendido la larga trayectoria del Parlamento en la aprobación de resoluciones sobre la materia y también el trabajo del Gobierno de Urkullu con el nuevo Memorial. “No alcanzamos, por tanto, a ver el sentido real de esta proposición no de ley. La misma no cambia ni mejora lo ya aprobado hasta ahora en reiteradas ocasiones. La proposición se ha presentado sin haberla contrastado con ningún otro grupo. Las formas y el momento de su presentación y de debate le dan cierto tono propagandístico o cosmético. Y en lo relativo a las víctimas y sus derechos, hemos procurado siempre actuar desde el consenso. Buscando y tejiendo complicidades entre los grupos y huyendo del debate partidario”, ha lamentado Iñigo Iturrate.

La abstención del PNV ha posibilitado, en todo caso, la aprobación del texto por concitar más 'síes' que los 'noes' de PSE-EE, PP+Cs y Vox. “Les parecerá coherente decirse socialista, decirse obrero, y abandonar a trabajadores que sufrieron delitos de lesa humanidad”, ha reprochado Arzuaga a los socialistas. “Pues sí, señor Arzuaga, Partido Socialista Obrero y Español. Y podemos decir con orgullo que hemos avanzado en esos derechos, y que, cuando se ha intentado que retrocediéramos, como en la reforma laboral de 2013 del Gobierno del PP, también hemos seguido trabajando hasta llegar a esta nueva reforma laboral, cuya importancia y efectos para los trabajadores vascos y del conjunto de España muchos han intentado minimizar por todos los medios posibles. Y ahí nos van a encontrar a los socialistas siempre: recuperando derechos -recuperando derechos perdidos- y ampliando esos derechos. Y eso se hace en los boletines oficiales”, ha replicado la exconsejera de Trabajo y ahora parlamentaria María Jesús San José.

“El señor Martín Villa puede ser despreciable, puede ser persona 'non grata' o puede ser falto de empatía con las víctimas, pero de lo que hoy estamos hablando es que se le juzga. Se le juzga si es o no un genocida y tiene delitos de lesa humanidad. Y, de momento, los tribunales no lo aprecian”, ha aseverado Carmelo Barrio (PP+Cs) para argumentar su rechazo a la iniciativa. Vox ha preferido centrar el debate en ETA. Ha condenado la matanza del 3 de marzo de 1976 y ha lamentado que otras formaciones no hagan lo mismo con el terrorismo de ETA. Además, Amaia Martínez Grisaleña, ha parafraseado al difunto líder del PCE Santiago Carrillo: “Queremos hacer cruz y raya sobre la Guerra Civil de una vez para siempre. La amnistía debe de ser para todos, los de un lado y los de otro”.

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