Doce horas para un acuerdo “histórico”: así se ha fraguado el pacto educativo vasco que apoya el 90% del Parlamento
Euskadi presume de un acuerdo educativo histórico que aglutina a 68 de los 75 parlamentarios y al 90% de los votantes en las autonómicas de julio de 2020. Los partidos que integran el Gobierno vasco, PNV y PSE-EE, y los dos principales grupos de la oposición, EH Bildu y Elkarrekin Podemos-IU, han cerrado a última hora de este viernes un documento de bases para la presentación, en otoño, de una nueva ley que actualice la de 1993. PP+Cs ha defendido su posición contraria mientras que Vox, después de llevar meses quejándose de ver reducidos sus tiempos y una semana vanagloriándose de haber derrotado ese 'cordón sanitario' en el Tribunal Constitucional, ha optado por no asistir a las votaciones y celebrar un acto de partido en Donostia. A falta de que el documento completo se haga público en los próximos días, el consenso incluye el refuerzo de la escuela pública en un territorio con récord europeo de alumnos matriculados en centros privados, casi un 50%, y un modelo educativo “plurilingüe” con el euskera como “eje”.
No obstante, la génesis del documento no ha sido ni mucho menos sencilla. El trabajo parlamentario ha concluido más allá de las 21.00 horas, esto es, doce horas después del inicio de la jornada. El miércoles y el jueves el entendimiento estaba muy avanzado, pero las diferencias sobre el papel del euskera en la enseñanza han obligado a replantear todo el pacto punto por punto, párrafo por párrafo. La situación en el Parlamento, por momentos, se ha convertido en caótica, con idas y venidas, reuniones cruzadas y mensajes contradictorios. Finalmente, PNV, PSE-EE, EH Bildu y Elkarrekin Podemos-IU han escenificado el acuerdo con una fotografía conjunta y una transacción de mínimos sobre el modelo lingüístico.
La enmienda 131 ha quedado así: “La educación vasca se estructura como un sistema plurilingüe cuyo eje es el euskera, y se articula a través de dos lenguas oficiales y, al menos, una lengua extranjera, con arreglo a un patrón fundamental, para garantizar la cohesión social y la capacidad de comunicación de la ciudadanía en ambas lenguas oficiales. Y es preciso perseverar en ello, con el objetivo de promover una amplia conciencia lingüística y cultural y mejorar de manera continua la competencia comunicativa. La ley apostará por hacer posible que la totalidad del alumnado, independientemente de su origen familiar, conozca, al finalizar sus estudios, las dos lenguas oficiales al mismo nivel y haya adquirido conocimientos de, como mínimo, una lengua extranjera”. Y se le añade: “Competencia lingüística del alumnado. En cuanto a los niveles de competencia lingüística a adquirir por el alumnado, es imprescindible concertarlos para poder establecer objetivos y diseñar planificaciones basadas en resultados. En la medida en que se proponga un sistema multilingüe centrado en el euskera, se establecerán como meta, al menos, los siguientes niveles de competencia: al finalizar la Educación Primaria B1 del marco común europeo de referencia en las dos lenguas oficiales y al finalizar la ESO B2, como es habitual en los países europeos, en lengua extranjera, el nivel A2 y B1 respectivamente”. Se añade igualmente que hay que “tener en cuenta” las “situaciones sociolingüísticas de cada lugar”. El calendario marca que este pacto tendrá que ser doblemente visado. Primero se votará en la comisión de Educación y, después, se debatirá en el pleno parlamentario. Esta fecha ya está fijada: el 7 de abril.
1 - Antecedentes
El Gobierno de Iñigo Urkullu no había acometido la reforma educativa en sus dos primeras legislaturas. En esta tercera, el Ejecutivo de decidió no presentar la reforma educativa como proyecto de ley al uso. Como alternativa, se ideó una ponencia parlamentaria para escuchar a un centenar de agentes sociales y aprobar unas bases que entregar al consejero de Educación, Jokin Bildarratz. Con ellas, se pretende presentar la ley en otoño. Significativamente, el proceso ordinario que fija el reglamento obligará a crear una segunda ponencia y volver a escuchar a las partes afectadas. Y a volver a negociar enmiendas con la oposición. ¿Se conseguirá preservar la imagen de consenso hasta el final del proceso?
Hace unas semanas, el presidente de esa ponencia, Gorka Álvarez (PNV), redactó un borrador con las bases para la reforma educativa. Está llamada a actualizar la normativa vigente, de 1993, cuando el consejero del ramo era el socialista Fernando Buesa, asesinado por ETA siete años después. Desde entonces, Álvarez ha desaparecido de la escena. De hecho, una de las imágenes del largo día parlamentario ha sido la del presidente solo en la sala de ponencias mientras los acuerdos políticos a muchas bandas se tejían en otros despachos o por videollamadas.
Aquel documento inicial enervó al PSE-EE, socio de coalición del PNV. Tras una primera valoración positiva del portavoz socialista en la ponencia, el veterano parlamentario José Antonio Pastor, emergió la figura de un exconsejero de Iñigo Urkullu, Alfredo Retortillo. Desde otoño es el secretario de Educación en el partido nombrado por el nuevo líder, Eneko Andueza, y asumió las riendas de la negociación. En Radio Euskadi, remarcó que el borrador de Álvarez equiparaba a la red pública con la concertada y que era intolerable. Semanas después -en medio Urkullu se sentó en Ajuria Enea con Andueza- PNV y PSE-EE presentaron una batería de modificaciones conjuntas al documento inicial, aunque las presentaron en ruedas de prensa separadas en las que exhibieron unas diferencias de matiz que luego han sido claves. El PNV enfatizó que el euskera era el “eje” del sistema educativo y el PSE-EE lo compartía aunque remarcando que el castellano, el inglés y hasta el francés podrían ser también “vehiculares” en un marco “plurilingüe”.
Desde el inicio, EH Bildu se mostró dispuesto al entendimiento, aunque no sin contradicciones internas por su defensa del modelo de las ikastolas, que no son de titularidad pública. Sindicatos como LAB y Steilas e incluso el partido Alternatiba, integrante de la coalición, recalcaron la importancia de la defensa de la educación pública por encima de todo. En el caso de Elkarrekin Podemos-IU, fue beligerante con la necesidad de acabar con la concertación universal hasta el punto de pedir la publificación de algunos centros.
Este miércoles, en un hotel de Vitoria, el grupo parlamentario de Elkarrekin Podemos-IU anunció que tenía un “preacuerdo” con el Gobierno de PNV y PSE-EE. Según expresó, el entendimiento se circunscribía a reforzar el papel de la escuela pública. Se quedaba la regulación del euskera como fleco. El pacto, en realidad, estaba hecho desde antes del fin de semana anterior. Además, había también voluntad de que EH Bildu formara también parte de él. Las fuentes consultadas indican que en esta fase hubo reuniones “hasta las dos de la mañana”.
Este jueves, las conversaciones continuaron. Y, alrededor de las 21.00 horas, PNV, PSE-EE, EH Bildu y Elkarrekin Podemos-IU tenían un mínimo consenso en torno al euskera. No es un tema menor: los socialistas y EH Bildu mantienen posiciones diferentes al respecto y se buscaba un texto lo suficientemente genérico como para encajar ambas posiciones. Los unos abogan por un trilingüismo y por un modelo más adaptado a la realidad social de cada zona. Los otros piden con claridad una inmersión en lengua vasca. De hecho, se promovió durante la ponencia una visita a Catalunya para conocer cómo funciona allí. La fórmula elegida era un párrafo muy breve recogido de una resolución aprobada en abril de 2021 en el Parlamento. Entretanto, esta semana la mayoría sindical de la pública y de la concertada, conformada por ELA, LAB, Steilas y CCOO, había convocado una huelga para el 25 de marzo. Lo hizo con críticas al borrador inicial, sin esperar al acuerdo.
2 - Una mañana de desencuentro
Viernes en el Parlamento. Como cada dos semanas, toca sesión de control al Gobierno. Miren Gorrotxategi, portavoz de Elkarrekin Podemos-IU, saca a relucir el acuerdo educativo en su pregunta al lehendakari, Iñigo Urkullu. Ambos dan por hecho el entendimiento. “Hemos tenido que trabajar en un plazo muy corto. Hemos asumido la responsabilidad de lograr un pacto de país. Para ello hemos tenido que dejar de lado los proyectos propios de cada partido y buscar un espacio común para dar respuesta a los retos de país”, proclama ella. “Una vez que se aprueben las bases en este Parlamento, corresponderá al Gobierno elaborar el anteproyecto de ley. Y nuestro compromiso es recoger todos los acuerdos alcanzados. Fijemos la atención en los contenidos, en los objetivos que perseguimos: transformar la educación vasca para adaptarla a los nuevos retos, integrar la diversidad, incorporar nuevos sistemas de aprendizaje, luchar contra la segregación, garantizar la equidad, facilitar la participación de la comunidad educativa, estabilidad y formación continua del profesorado, autonomía de los centros, implicación de los ayuntamientos, innovación, nuevos valores, excelencia, diversidad, contrato-programa, mejora continua de la calidad de la enseñanza y, como le he contestado en ocasión anterior, también el papel esencial de la escuela pública”, responde él. Urkullu, incluso, extiende el agradecimiento a EH Bildu.
Sin embargo, a los pocos minutos empieza la rumorología. El foco de atención en el Parlamento sale del hemiciclo a los pasillos. Hacia las 11.00 horas, una fuente es clara: “No hay acuerdo”. Según esta versión, el PSE-EE se ha echado atrás. Ello obliga al PNV a hacer un doble equilibrio: tratar de no abrir una nueva crisis de Gobierno y de no romper con la izquierda abertzale. A pesar de las tensiones entre las dos principales fuerzas políticas vascas -escenificadas incluso en el propio pleno por la guerra en Ucrania-, el PNV quiere a EH Bildu en este consenso y EH Bildu quiere estar en él. “Es un acuerdo de país”. Entretanto, los socialistas defienden que no se ha roto nada porque nunca se había cerrado ningún pacto.
Con esos mimbres se llega a las 13.30 horas, la hora establecida para la votación en ponencia del acuerdo educativo. Los representantes de PNV y PSE-EE, Leixuri Arrizabalaga y José Antonio Pastor, llegan juntos. Ofrecen una imagen de unidad ante los camarógrafos. Pero no traen ningún papel consigo. Van a pedir la suspensión de la reunión. Sin embargo, en el interior no coinciden en los plazos. Arrizabalaga pide un receso hasta las 16.30 horas. Pastor demanda esperar hasta después del fin de semana. EH Bildu y Elkarrekin Podemos-IU secundan al PNV: quieren resolverlo esta tarde. El parlamentario de IU Íñigo Martínez Zatón, griposo, casi tiene un accidente con una cámara de ETB. El representante de PP+Cs es José Manuel Gil, el único 'ciudadano' del grupo, pero está de baja por COVID-19 y le sustituye un 'popular', Carmelo Barrio. La de Vox, Amaia Martínez Grisaleña, sigue exultante por el final de 'cordón sanitario', que le brinda más tiempo e iniciativas, más protagonismo, en definitiva. Sin embargo, comunica que no asistirá a este debate vespertino porque tiene que inaugurar con Javier Ortega Smith una sede de la ultraderecha en Donostia.
3 - Reuniones, retrasos y reuniones
A la hora de comer, se empiezan a suceder las conversaciones. Tras un menú frugal, toca repasar línea por línea el texto que será aprobado. A las 16.30 horas, solamente Barrio acude puntual a la ponencia. El resto ya conoce que viene un nuevo retraso porque sigue sin haber acuerdo. Incrédulo, recaba información de los periodistas y regresa a su despacho, donde le acompañan tres asesores de comunicación, dos del PP y uno de Ciudadanos. La sala de ponencias está en el final del pasillo derecho de la planta tercera. Pero el contenido no se discute ahí, sino en el despacho del principio del pasillo izquierdo de la segunda planta. Es un apartado del grupo del PNV, al que se accede por una escalera interna desde sus oficinas de la primera planta. Esta legislatura se optó por construir estos 'duplex'.
En esa reunión, en uno u otro momento, entran Arrizabalaga, Pastor y el portavoz educativo de EH Bildu, Ikoitz Arrese. Pero también una dirigente del Euzkadi Buru Batzar del PNV, Ana Esther Furundarena, la viceconsejera Begoña Pedrosa, o el dirigente socialista Ekain Rico, entre otros. Una fuente explica que Retortillo interviene por videoconferencia. Rico entra y sale de la sala y mantiene conversaciones con su equipo de comunicación, también tres personas. Arrese también se ausenta en unos momentos. En el edificio está Pello Otxandiano, responsable educativo en el partido. A Arnaldo Otegi no le es ajena esta negociación, como tampoco a Andoni Ortuzar. Una persona de la delegación del PNV sale a llenar dos jarras de cristal con agua para seguir con el trabajo. En el exterior, Gorrotxategi habla por teléfono y luego se reúne en una pecera acristalada con Martínez Zatón. En el fragor de las negociaciones, el uso de mascarillas se relaja sobremanera. Se trabaja indistintamente en euskera y en castellano.
El mensaje oficial es que la ponencia se pospone a las 17.00 horas, pero la previsión pronto se desvanece. De hecho, a las 17.03 horas Elkarrekin Podemos-IU es convocada a la reunión en el despacho del PNV. Acuden Martínez Zatón, Gorrotxategi y la parlamentaria Isabel González. Nadie es capaz de explicar a ciencia cierta cuántas personas están sentando las bases de la reforma educativa.
La sorpresa llega cinco minutos después. En el Parlamento irrumpe el consejero Bildarratz con un asesor. El titular de Educación estaba en Madrid hacia las 14.00 horas en un acto con el Ministerio de Ciencia y otras cuatro comunidades autónomas, Madrid, Catalunya, Galicia y Castilla y León. Además de volar en el viaje en coche, le ha dado tiempo a comer un bocadillo en el camino. Tampoco nadie explica el motivo de su presencia en una negociación que, en sentido estricto, es puramente parlamentaria. Pero Bildarratz lleva semanas metido de lleno en las conversaciones. “He estado personalmente con más de 600 personas”, se felicitó este martes en una rueda de prensa.
A las 17.33 horas el pacto se da ya por hecho. La nueva hora prevista para la votación se fija a las 18.00 horas. Mientras, los medios de comunicación se entretienen con una detención policial en la puerta del Parlamento que acaba con una ambulancia trasladando a un varón en estado de embriaguez. Desde el PNV se adelanta que a las 17.50 el acuerdo se escenificará con una fotografía conjunta de los cuatro partidos implicados. Se ha preparado para ello la sala anexa a la de ponencias, presidida por un televisor apagado. Las primeras noticias del acuerdo sorprenden a los negociadores aún reunidos. Observan las alertas en sus móviles sorprendidos. “Pues no. Se está repasando aún y falta una cosa gorda al final”, escribe en un mensaje de texto al exterior uno de los presentes. Sin embargo, la sala de prensa está ya reservada para las comparecencias sobre el acuerdo.
Llegan las 17.50 horas 18.00 horas y nadie acude a la sala de ponencias con excepción hecha de la letrada, Zelai Nikolas. En el grupo de PP+Cs hay muy poca información de lo que está ocurriendo y no saben qué van a tener que votar. El registro del Parlamento está ya cerrado. Apenas hay personal trabajando ya un viernes por la tarde. Las grabadoras de algunos periodistas se empiezan a quedar sin pilas. Ni siquiera hay ya servicio de cafetería.
“Enseguida”, escribe a las 18.30 horas la misma persona que una hora atrás no veía cerrado el acuerdo. A las 18.37 horas, el primero en aparecer por la planta de la sala de ponencias ha sido Pastor, que ha asegurado desconocer que tenía pactada una fotografía con sus socios para presentar el acuerdo. Así las cosas, se ha marchado y ha regresado a las 18.47 horas ya con todos los firmantes del pacto. Significativamente, de Elkarrekin Podemos-IU ha acudido también Isabel González, de Podemos, ya que Martínez Zatón es de IU. Finalmente, la imagen ha sido de consenso a cinco, PNV, EH Bildu, PSE-EE, Podemos e IU. Barrio, en la sala contigua, se quejaba de no haber recibido el documento que tenía que leer y votar a los pocos minutos.
Hacia las 19.00 horas, se ha iniciado la ponencia. No ha sido el presidente el que ha ordenado la votación, sino la portavoz del PNV, que ha ejercido en todo momento como maestra de ceremonias. Una trabajadora de la Cámara ha cerrado la puerta y se ha iniciado la reunión a puerta cerrada. Minutos antes de las 20.00 horas ha finalizado. En esa hora escasa, los equipos de los grupos se han esforzado en explicar a los periodistas lo poco que sabían del pacto. Finalmente, PNV, PSE-EE y EH Bildu han transaccionado 42 enmiendas y Elkarrekin Podemos-IU ha votado a favor, se han apoyado también otras iniciativas sueltas de la coalición abertzale y las propuestas de Elkarrekin Podemos-IU se han sumado al final del texto definitivo. PP+Cs ha votado en contra y Vox ha estado ausente. ¿Cuándo será público el texto definitivo? “La semana que viene”, planteaba uno de los presentes, no consciente de que las crónicas periodísticas no podían esperar tanto.
4 - “Esto es un acuerdo de país”
Exactamente a las 20.00 horas, el socialista José Antonio Pastor ha sido el primero en comparecer ante los medios de comunicación para dar cuenta de lo ocurrido. “Buenas noches”, ha saludado. “Para nosotros los socialistas es una excelente noticia. Se han superado ciertas diferencias entre partidos y también entre los socios de Gobierno. Queremos reclamar hoy a figuras como Fernando Buesa o José Ramón Recalde”, ha solemnizado. El “valor” del acuerdo -ha dicho- es que todos están satisfechos porque nadie está insatisfecho del todo. Ha destacado la relevancia que adquiere la escuela pública y la apuesta por un trilingüismo “con carácter vehicular sin perjuicio del carácter central del euskera”. Preguntado por los retrasos, Pastor ha tirado de ironía: “A mí se me ha hecho tan largo como a ustedes”. “Pactar una ley no es cosa fácil. Es largo y farragoso. Implica muchas horas de trabajo”, ha indicado al tiempo que daba un barniz de supuesta normalidad a las horas y horas de conversaciones y expresaba que “no se ha hablado” de si continuarán existiendo o no los tres modelos lingüísticos actuales, el A en castellano, el D en euskera y el B mixto.
“Nos ha costado. Es verdad que nos ha costado. Pero esto es un acuerdo de país y es una buena noticia”, ha seguido Gorrotxategi en la sala de prensa, adonde ha acudido flanqueada por Martínez y González. Entre partidos, se ha desinfectado el micrófono por protocolos sanitarios contra el coronavirus. “No será el acuerdo perfecto pero hemos conseguido que tenga medidas programáticas. No parecía posible que el fortalecimiento de la escuela pública apareciera con medidas concretas”, ha explicado. Sorpresivamente, esta formación ha explicado que no hay tres lenguas vehiculares como ha defendido el PSE-EE.
Maddalen Iriarte, portavoz de EH Bildu, ha explicado que el pacto es fruto del “diálogo no sólo con los cuatro grupos sino con alrededor de cien agentes y expertos de la comunidad educativa”. “Es un precedente en la forma de hacer las cosas”, ha destacado acompañada de Arrese y de Otxandiano. “Como en cualquier negociación nos hemos dejados cosas en el camino pero las líneas básicas están recogidas”, han añadido desde la coalición. En un discurso escrupulosamente bilingüe, Arrese ha destacado que se ha aprobado la “laicidad” del sistema educativo. “La escuela pública será el eje vertebrador del sistema educativo”, ha puesto en valor igualmente. A las 20.42 ha tomado la palabra Otxandiano: “Merece la pena extenderse un poco”. El dirigente abertzale ha afirmado que el acuerdo asume los cinco objetivos de país fijados por EH Bildu -también el B2 al término de la enseñanza obligatoria en las lenguas oficiales- y ha ofrecido algunos detalles de la negociación, como que se recomienda para los profesores el nivel C1+ para ejercer. Otxandiano ha terminado su intervención a las 21.04 horas. En las preguntas, el portavoz ha eludido criticar a los sindicatos por la huelga pero sí ha apelado a la “responsabilidad”. También ha anunciado que EH Bildu someterá a consulta de sus bases el acuerdo alcanzado.
A las 21.11 horas ha comparecido en la Cámara el PNV. Arrizabalaga ha dicho que “se ha sacado una fotografía histórica” este viernes. “Ha costado pero con cesiones de todos lo hemos conseguido”, se ha felicitado la parlamentaria, que ha agradecido expresamente el trabajo de su compañero y presidente de la ponencia, Gorka Álvarez. “Tenemos detrás el 90% de la Cámara. Ha prevalecido que necesitábamos estar cuantos más mejor. Estamos 68 parlamentarias compartiendo una visión común. Hay un horizonte de estabilidad y perdurabilidad”, ha explicado. Arrizabalaga, de hecho, ha confiado en que sea un proyecto válido para “décadas” y ha subrayado que la lengua vasca será el eje del futuro modelo. No obstante, no ha querido confrontar con los socialistas y ha señalado que “todas las lenguas vehiculan”, en referencia al castellano y al inglés.
La larga jornada la ha cerrado Barrio. El representante de PP+Cs ha manifestado con vehemencia su “protesta” por las “formas”. “Es inédito. El Parlamento se conforma de procedimientos, garantías, ordenación de las enmiendas, tiempo para el análisis, ... Hoy todo eso ha saltado por los aires. Ha fallado. Se me ha entregado el documento del acuerdo, de colorines, un minuto antes de la votación. Sobre esto hemos tenido que pronunciarnos. Lo he leído después de la comisión”, ha criticado. Sobre el contenido, ha lamentado la nula voluntad del resto de formaciones en escuchar sus propuestas: “Esto no puede ser un acuerdo de país. Se margina a la parte de la población que tiene el castellano como lengua materna. Me he quedado preocupado con la intervención de EH Bildu. Parecía el consejero de Educación. Se impone el euskera como elemento de división en esta sociedad”. El único partido que se ha opuesto al documento entiende que la universalización del modelo D en euskera ha sido un “fracaso” en resultados académicos y ha criticado la “obsesión” por la “publificación” y ha apostado por reforzar la concertada. Las luces de la sala de prensa se han apagado a las 21.29 horas.
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