La Universidad pública vasca (UPV/EHU) ha recibido en los últimos tres años más de medio millón de euros en donaciones de particulares destinadas a investigaciones que los propios benefactores señalan como preferentes. La mayor parte de esta cuantía se corresponde con los bienes donados por una única persona, entre ellos un piso en Sopelana que la universidad tiene en estos momentos en proceso de subasta, y cuyos ingresos se destinarán a la investigación del Parkinson y el Alzheimer por expreso deseo de la donante. En total, las cantidades se corresponden con 358.000 euros recibidos en 2022, en el año 2023 se aportaron 62.000 euros y en lo que va de 2024 se han recibido donaciones por 84.000 euros.
La donación más cuantiosa, la de 2022, se corresponde con la aportación de bienes realizada por una mujer, algunos de los cuales están en proceso de venta por lo que podría incrementar la cuantía dependiendo del valor que se les dé en el mercado. En estos momentos la UPV/EHU está en proceso de subasta de un piso en Sopelana. Una vivienda de 89,62 metros cuadrados que ha sacado a la venta por un valor inicial de 281.061,77 euros. Esta misma donante ha donado a la universidad también una lonja en ese mismo municipio costero, que ya se ha vendido por unos 50.000 euros, y un plaza de garaje en Bilbao, que también ha salido a subasta por un precio inicial de 31.187,19 euros.
Hasta ahora las donaciones que se recibían eran pequeñas y puntuales, por lo que la aportación de esta mujer, importante en cantidad, abre un camino de ingresos en la UPV/EHU que la universidad quiere fomentar y consolidar. Las aportaciones por parte de particulares para destinar fondos a investigación son algo muy habitual en otras universidades, como por ejemplo en las americanas. De momento, la UPV/EHU ha abierto un aula específica con el nombre de esta donante, Magdalena Barrenetxea, una mujer de 93 años que en estos momentos está en un residencia en Bilbao, con una dotación presupuestaria de 336.000 euros para actividad investigadora, según se recoge en las cuentas de la UPV/EHU para este 2024. La voluntad es que tenga continuidad y que sea un vía a la que se animen otros ciudadanos que pueden si así lo desean especificar hacia dónde quieren que se deriven sus fondos, que no tiene por qué ser siempre investigaciones relacionadas con la medicina
Este aula, que se creó en el Consejo de Gobierno de la UPV/EHU del mes de abril, “recibirá y gestionará todas las donaciones que reciba la Universidad”, según detalla la gerente de la institución Lorea Bilbao. “De momento, los fondos con los que cuenta se dedicarán al Alzheimer, el Parkinson y las enfermedades degenerativas, porque el dinero de esta persona se ha especificado que sea para estas enfermedades”, que sufrieron algunos de sus familiares para lo que se abrirá “una serie de convocatorias para que los los grupos de investigación presenten sus proyectos vinculados con esas áreas. Luego se abrirá a otras áreas en función de las donaciones que puedan ir llegando”. Entre ellas, más bienes procedentes de Barrenetxea que ya ha manifestado su intención de seguir realizando aportaciones para contribuir a la investigación. Este aula lleva el nombre la primera benefactora importante en su honor, “aunque ella tampoco tenía interés en que se su nombre se hiciera público y decía que hubiera preferido que fuera el de su madre, Miren”, reconoce la gerente. “Es una forma de reconocer el paso que ha dado”, abunda.
A partir de ahí a ese fondo contribuyen también los miembros de de la Universidad que acuden al Consejo Social, que donan sus dietas. “Hasta ahora renunciábamos a las dietas que nos corresponden por la asistencia. Ahora lo que hacemos es cobrarlas y donarlas.”, dice Bilbao. Este tipo de donaciones de particulares tiene beneficios fiscales, como recuerda Lorea Bilbao, lo que también supone un incentivo para los donantes. En concreto, en el caso de Álava y Bizkaia un 30% y en Gipukoa un 20% de deducción de la cuota del IRPF, mientras que a nivel estatal la deducción es del 25%.
Donaciones de empresas y patrocinios
También tienen deducciones fiscales las donaciones que se realizan a través de empresas, otra fuente de ingresos para la universidad vasca que se destina al fomento de la investigación. Estas donaciones tienen una deducción en el Impuesto de Sociedades que es del 30% por parte de las Haciendas Forales y del 35% a nivel estatal. “Son convenios que se firman con algunas empresas para llevar a cabo actividades de interés general, o que financia alguna investigación o algún evento que organiza la la universidad. A cambio la universidad difunde en nombre de la empresa colaboradora en la actividad concreta o bien en la investigación, el congreso o lo que fuere”, señala Bilbao. Por este procedimiento en el año 2022 se firmaron cinco convenios por 16.000 euros, en el año 2023 un total de tres convenios que eran de poco más de 7.000 euros y este año se ha firmado ninguno, de momento.
Bilbao distingue esta modalidad de convenios con empresas con lo que es el patrocinio, que son “contratos de prestación de servicios publicitarios en los que la universidad está obligada a hacer la publicidad de patrocinador” que en este caso no tiene beneficios fiscales como en los anteriores. “Aquí el patrocinador no hace una aportación gratuita a título económico, sino lo que quiere es que la universidad publicite su nombre y es es como esa contraprestación”. En el año 2022 se registraron 22 contratos de patrocinio por 80.000 euros, en 2023, 21 por 75.000 y en el año 2024 hay de momento once con unos 50.000 de ingresos.