EA se sitúa al borde de la ruptura total con la celebración de dos congresos paralelos
Aunque se rechaza que haya una escisión, los críticos no participan en el cónclave oficial y llevan a la sede de Vitoria una asamblea que votará ponencias alternativas y no descartan elegir incluso una dirección propia
Eusko Alkartasuna (EA), partido surgido en 1986 como escisión del PNV y ahora integrado en EH Bildu, está definitivamente partida en dos mitades y al borde de la ruptura definitiva. En el día en que estaba convocado el congreso nacional para medir las fuerzas del sector oficial y del potente grupo crítico, una cita irónicamente bautizada con el lema 'Alkar zainduz' ('Cuidándonos', en euskera), el resultado ha sido la celebración de dos asambleas paralelas en Vitoria. La oficial, en el Palacio Europa, ha reunido a 132 de los 249 compromisarios. Y, a 1.400 metros de allí, en la sede del partido en el centro de Vitoria, los otros más de cien delegados críticos han organizado un cónclave propio en el que han votado y aprobado ya dos ponencias -una política y otra organizativa- contrarias a la línea de la dirección de Eva Blanco, que aspira a la reelección. No descartan en ningún momento que, de aquí al domingo, elijan también una ejecutiva alternativa.
¿Cuál es el origen de la pugna? Aunque muchas de las diferencias son ya de índole personal, los críticos defienden un mayor peso de EA dentro de EH Bildu. Acusan a Sortu de homogeneizar toda la coalición. Lo explican en una enmienda de totalidad a la ponencia política, adelantada por este periódico: quieren “independencia” dentro de la confluencia, más portavocías y más peso, hasta el punto de plantear que la alianza se limite a elecciones “concretas” y no se vaya al modelo de cada vez mayor integración casi hasta el punto de hacer de EH Bildu un partido como tal. Blanco, por el contrario, entiende que más importante que los cargos son las políticas y que la actual izquierda abertzale se parece mucho más a la EA de siempre que a lo que era HB. En 2017, este sector perdió el congreso por 14 compromisarios. Con los cálculos actuales, la diferencia sería muy similar, de 15. El ganador entonces, Pello Urizar, dimitió en 2019 y se convocaron primarias, pero el candidato crítico, Maiorga Ramírez, fue apartado del proceso, una decisión que luego lograron revocar en los tribunales. Ahora se ha vuelto al modelo de compromisarios. En medio, este lunes se hacen efectivas las largas suspensiones de Ramírez y de otros líderes críticos, entre ellos los coordinadores de Álava, Iratxe López de Aberasturi, de Navarra, Miren Aranoa, y de Gipuzkoa, Mikel Goenaga. EA se divide en cinco territoriales y los oficiales solamente controlan Bizkaia y la pequeña delegación de Iparralde, integrada en la versión para Francia de EH Bildu, llamada EH Bai.
La jornada ha empezado con las espadas en alto. En el Europa, la actual dirección y la organización del congreso eran los únicos participantes en una primera jornada con debates y votaciones telemáticas de las resoluciones presentadas. Sin embargo, un centenar de personas ha tratado de estar presente físicamente. Ramírez, ante los medios de comunicación, ha denunciado que ha sido una decisión personal de Blanco: “Ha dado instrucciones a los trabajadores del Europa para no dejarnos entrar”. “La presencialidad era la forma más evidente y nítida para tomar decisiones democráticamente. Ellos mismos han deslegitimado el congreso impidiendo nuestra participación. Hemos venido a participar y ellos lo han impedido. Es una situación absolutamente grave”, ha añadido. Este sector cuestiona la limpieza de la herramienta informática empleada, aunque el partido ya enfatizó que se había hecho una prueba este martes para comprobar su fiabilidad.
El congreso se ha iniciado con la elección de la mesa. Y de nuevo ha habido enfrentamiento. Solamente se ha dado por válida una plancha, la oficial. Una afiliada ha tomado la palabra para quejarse, pero fuentes de EA explican que “no se cumplían los requisitos”. Al parecer, había un problema con los avales. Entienden, además, que ha sido una maniobra “adrede”. “Su objetivo no era participar, sino aparecer como víctimas y denunciar que han sido expulsados”, añaden estas fuentes consultadas.
Así las cosas, y aunque se rechaza que sea una escisión, los críticos se han reunido en un congreso paralelo en el Alkartetxe de la calle de San Prudencio de Vitoria, la sede del partido. En una gran sala en cuyas paredes había decenas de logos del partido y con una mesa presidida por Jabier Estébanez: así se ha organizado un cónclave. En una mesa había documentos con logos de EA para que los compromisarios se registraran y recogieran dos papeletas, una verde y otra roja. Con ellas han ido votando las diferentes resoluciones. Frente la presidencia, con el máximo simbolismo posible, en primera línea a la derecha estaban Ramírez, López de Aberasturi y otros líderes actuales del sector contrario a Blanco. A su izquierda, se hallaban el lehendakari y fundador, Carlos Garaikoetxea, el primer líder del partido, Manuel Ibarrondo, Koldo Amezketa y el último secretario general antes de EH Bildu, Unai Ziarreta. Otros históricos como Rafa Larreina o Ikerne Badiola, así como cargos públicos como los concejales de Pamplona, estaban en una sala a reventar que ha prorrumpido en aplausos cuando, ante los medios de comunicación, se ha aprobado por una unanimidad el modelo organizativo y políticos que ellos propugnan y que es contrario a la línea oficial.
“Se les cierran las puertas a más de cien compromisarios. Ante ello, estamos reunidos los hombres y mujeres que componemos EA y queremos tomar decisiones. Y las tenemos que tomar como creemos que se tienen que tomar, dialogando, abriendo debates y viéndonos las caras. Tomando decisiones con votos, que es lo que le ha faltado al congreso. Ya el martes más de cien personas pidieron que fuera presencial. Tenemos un largo día por delante para ir debatiendo y tomando decisiones. El denominador común es sacar a EA en el pozo negro en que la han introducido”, ha descrito Ramírez a los periodistas invitados a conocer el funcionamiento de la asamblea crítica.
Ante las preguntas de los medios de comunicación, Ramírez ha confirmado que se han aprobado en esta jornada las enmiendas de totalidad a la ponencia política -esto es, la petición de una EA autónoma dentro de la coalición EH Bildu, aunque han remarcado que sin romper con ella en ningún momento- y la organizativa -que defiende las primarias como vía para elegir al secretario general-. En tres ocasiones, ha eludido descartar que se vaya a votar también una dirección paralela y propia. Lo que sí ha dado a entender es que no regresarán al congreso a confrontar una candidatura con la de Blanco. Además -ha apostillado Ramírez- si obtuvieran un cargo quedarían fuera desde el lunes por las expulsiones acordadas, aunque las recurrirán internamente y fuera del partido si fuera preciso. Ha aseverado que no hay ningún motivación detrás de esos expedientes.
Al término de su comparecencia ante los periodistas, Ramírez ha afirmado lo siguiente a la pregunta de si ése era el congreso “auténtico” de EA: “La EA que nosotros queremos es la EA que representa los valores con los que nació. EA nació para abrir las ventanas. Fuimos la primera formación política que se dotó de un código ético. Otra forma de hacer política. Hombres y mujeres valientes que supieron dejar de lado posiciones que sin duda hubiera sido más cómodas. Esa EA valiente, socialdemócrata, abertzale y nítidamente comprometida con los derechos humanos y con la democracia interna es la que queremos recuperar. Es la única EA posible”. Tras estas palabras, el auditorio ha prorrumpido en aplausos a su líder 'de facto' una vez más. Fuentes de este sector han explicado que harán una convocatoria este domingo para comunicar las decisiones acordadas, también en paralelo al final del congreso oficial previsto para las 13.00 horas y la que se proclamará al nuevo equipo de dirección.
Entretanto, en el Europa, Blanco ha pronunciado un discurso defendiendo la legitimidad del congreso oficial, principalmente por haber sido constituido por la “mayoría” -ha recalcado- de los 249 delegados. “Es muy enriquecedora la manera en la que la mayoría de la afiliación de EA quiere seguir aportando a mejorar este país y este partido. Es un compromiso que tienen con la democracia también, pues las desavenencias políticas se solventan en estos órganos, discutiendo, debatiendo y rebatiendo. Así se solucionan los problemas y los conflictos y así lo entendemos la militancia de EA. Y quienes estamos aquí presentes tenemos claro que hay que respetar lo que salga de este congreso”, ha solemnizado. Y ha seguido: “No puede achacarnos que no hayan podido participar. Las normas de participación eran sabidas y conocidas por todos: participación telemática y presentación de avales para ser miembro de la mesa. Quien incumple las normas a sabiendas, a sabiendas no quiere participar en este congreso”.
Fuentes de EA han indicado que también en el Europa las resoluciones han salido por unanimidad. La ponencia política ha tenido 131 síes y dos abstenciones. La estatutaria ha concitado 132 apoyos. Hasta las 17.30 horas del sábado hay plazos para presentar planchas tanto a la secretaría general como a otros órganos tales como la ejecutiva, el Consejo Nacional, la Comisión de Garantías, la Asamblea Nacional y los coordinadores territoriales.
EA surgió en 1986 precisamente de una escisión del PNV. En el origen había dos disputas, una política por una ley de territorios históricos que blindaba el poder foral frente al autonómico y que el sector de Garaikoetxea cuestionaba y otra de índole más personal. El partido había utilizado a la Ertzaintza para espiar a su primer lehendakari en democracia. Esta trama acabó en una investigación judicial y en la ruptura total. EA tuvo mucho peso en Álava, en Gipuzkoa y en Navarra, pero el PNV retuvo su primacía en Bizkaia y, por ende, en todo el territorio. Más adelante, hubo muchos años de entendimiento y coaliciones entre ambos. Sin embargo, en 2011 y tras el final de ETA, EA se alió con la izquierda abertzale y fundaron Bildu primero, luego Amaiur y ahora EH Bildu. Ese proceso generó otra escisión, llamada Hamaikabat (H1!). ¿Cuántos cargos tenía hace ya más de una década cuando se incorporó a la coalición entonces llamada Bildu y cuántos ahora? En 18 instituciones analizadas por este periódico, se ha pasado de 43 electos a 25, aunque hay situaciones muy dispares y esto no mide el efecto de los escindidos a Hamaikabat en su día. Representan el 19% de los miembros totales de EH Bildu.
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