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EH Bildu y PNV llevan su pugna por la Ley de Vivienda del Congreso al Parlamento Vasco

EH Bildu y PNV han exhibido este viernes en el Parlamento Vasco sus diferencias en torno a la nueva ley estatal de Vivienda, que saldrá adelante en el Congreso con el apoyo de los primeros pero no de los segundos, aunque ambos son socios recurrentes de Pedro Sánchez. El lehendakari, Iñigo Urkullu, sin embargo, se ve forzado a guardar el equilibrio institucional entre la postura abiertamente crítica de su partido y el hecho de que su consejero del ramo es socialista, Iñaki Arriola, quien considera positivos los avances de la iniciativa del Gobierno central. El único elemento que parece unir a las tres partes es que la normativa vasca ya en vigor desde 2015 es más avanzada, aunque el PNV no solamente no la apoyó sino que la criticó con dureza.

Desde la tribuna del Parlamento, el representante de EH Bildu Unai Fernández de Betoño ha lamentado que el PNV “ridiculice” medidas como la limitación del 3% del incremento de los alquileres cuando, en Euskadi, se han disparado un 25% en siete años. La coalición estima que los nacionalistas van “tarde” en la aceptación de políticas que ya están en marcha en Catalunya o Navarra y que ahora azuzan “como un fantasma” el advenimiento de esta regulación -critican que invade competencias autonómicas- como hicieron en 2015 con la ley vasca aunque ahora la exhiban como propia.

En respuesta a Fernández de Betoño, Urkullu ha ironizado que EH Bildu aparezca ahora como garante de mejores derechos y servicios para toda “España”, aunque él suele preferir “Estado español”. “Nunca se me habría pasado por la cabeza que EH Bildu fuera un apoyo indispensable en España para priorizar el efecto en España antes que en Euskadi. Porque esto es así y no pasa nada por admitirlo. Lo deberemos enmarcar dentro de eso que ustedes llaman los nuevos tiempos”, ha afirmado mientras asentían con la cabeza desde sus escaños consejeros y parlamentarios del PNV.

Aunque ha parecido crítico con algunos puntos de la ley -como la ausencia de referencias a los pisos turísticos o la propia formulación de los límites al alquiler-, Urkullu no ha sido tan beligerante como Andoni Ortuzar o Aitor Esteban en lo tocante a la acusación de que la nueva ley invade funciones exclusivas del Gobierno vasco. El lehendakari solamente ha planteado que, cuando el texto sea definitivo tras pasar por el Senado también, será analizado con celo por parte de los servicios jurídicas para valorar, en su caso, si es preciso recurrirlo ante el Tribunal Constitucional. Vivienda es una cartera del PSE-EE en el bipartito vasco pero el área de Autogobierno recae en la consejera del PNV Olatz Garamendi.

Significativamente, y por segunda vez esta semana, la parte del PNV ha insistido en defender su compromiso con las políticas de Vivienda con un plan no adscrito a la cartera del ramo y que ni siquiera está en vigor, el denominado Emanzipa, que supondrá desde 2024 una ayuda mensual de 300 euros para apoyar la independencia juvenil. No ha mencionado que el área de Arriola ya abona desde hace años la misma cantidad a jóvenes en el marco del plan Gaztelagun.

Entretanto, ha terciado en la cuestión Miren Gorrotxategi, cuya coalición (Podemos más IU) forma parte del Gobierno central y ha celebrado la nueva ley. Ha afirmado que la ley vasca es “papel mojado” porque, aunque reconoce el derecho a la vivienda -cosa que no ocurre en la estatal aunque se titule así- “no está desarrollado reglamentariamente”. Sobre el debate competencial, Gorrotxategi ha afirmado que Euskadi no tiene competencias contra la “especulación” y que es ahí donde puede incidir el nuevo marco. El lehendakari ha respondido con el dato de que los planes propios han logrado movilizar 7.000 viviendas.