ELA reconoce que la reforma laboral ha aumentado la contratación indefinida, pero a la vez denuncia que lo ha hecho en sus formas más precarias: la contratación a tiempo parcial y los fijos discontínuos, que son las formas contractuales que más están aumentando. “Se está blanqueando la precariedad a través de la estadística”, ha denunciado la secretaria general adjunta del sindicato, Amaia Muñoa. “La precariedad sigue donde estaba”, ha señalado.
El sindicato ha presentado un informe sobre la contratación en 2022 en el que constata que “la norma” siguen siendo los contratos precarios, pese a que el Gobierno se “esconda tras la estadística”, afirman. Así, según señalan, el 76,3% de los contratos que se firmaron el año pasado en Euskadi y Navarra siguen siendo temporales, es decir, tres de cada cuatro. Entre el 23,7% de los contratos que tuvieron carácter indefinido, solo el 11,3% lo fue a jornada completa, mientras que tuvieron un carácter indefinido pero a tiempo parcial el 7,3% de las contrataciones, mientras que el 5,2% fueron contratos fijos discontinuos.
Muñoa ha considerado que estas cifras, con una mayoría de contratación parcial muestran que “sigue habiendo un fraude importante en la contratación, dado que para cubrir puestos de trabajo totalmente consolidados o no temporales se utilizan este tipo de contratos”. En este sentido, ha señalado que la reforma laboral, de cuya aprobación se cumple ya más de un año, “contribuye a difuminar la precariedad en las estadísticas y, con ello, permite a los responsables políticos que puedan hacer propaganda, pero la precariedad sigue donde estaba, con cientos de miles de trabajadores en Euskal Herria que no saben si seguirán contratados el mes que viene o con un salario con el que no llegan a fin de mes”, ha censurado.
Por otro lado, ha lamentado que “un gobierno que se supone progresista, tenía margen para hacer algo que iba mucho más allá de esta reforma”, pero “lo hizo sobre la base de la aceptación de los fondos europeos que venían condicionados a reformas que suponen un retroceso en los derechos de los trabajadores”. “Tanto en la reforma laboral, como en otros ámbitos como puede ser la reforma de pensiones, hemos visto que se aceptan esas condiciones, esos recortes y esa pérdida de derechos al aceptan los fondos europeos”, además de aceptar las “imposiciones de la patronal, ha censurado.
La secretaria general adjunta, que ha estado acompañada por Pello Igeregi, responsable de Negociación Colectiva, y Xabi Zabala, miembro del Gabinete de Estudios de ELA, ha destacado además que esta precariedad que se mantiene afecta, sobre todo a las mujeres. “Hay muchas empresas que utilizan la contratación parcial como una forma de reducir salarios cuando así los estiman” y estos contratos parciales suponen el 44% de los contratos que firman las mujeres. “Esto muestra una doble discriminación tanto en el ámbito laboral como en el familiar”, dice. “Son las mujeres quienes adquieren mayor peso de los cuidados en el hogar, lo que obliga a muchas a trabajar en jornada parcial o reducirse la jornada. Como consecuencia, sus ingresos disminuyen y también disminuye la base reguladora para calcular más adelante su jubilación”. El estudio de ELA constata también que los contratos temporales son muy precarios, ya que el 75% de los que se firmaron duró menos de un mes, y uno de cada diez duró menos de siete días: “A pesar de la nueva norma, el fraude en este tipo de contratos sigue existiendo, tanto por los plazos máximos de uso de dichos contratos como por la falta de causalidad”.
Desde ELA han denunciado también que “el crecimiento en el último año de la contratación indefinida precaria, es decir, de trabajadores que tienen un contrato indefinido pero que de forma fraudulenta les finalizan ese contrato durante el periodo de prueba, lo que ha aumentado un 700% en el último año”. Las empresas, ha criticado, “han aprovechado la coyuntura para aumentar sus beneficios”, mientras que los salarios, de media, están perdiendo poder adquisitivo, “acelerando el proceso de empobrecimiento de la clase trabajadora”. Para hacer frente a esta situación, han exigido de nuevo “la derogación de las reforma laboral de 2012 completamente”, a la vez que ha trasladado el compromiso de ELA de “tratar de derogar esa reforma laboral en la práctica mediante la negociación colectiva y en la práctica diaria en los centros de trabajo”.