Ninguno de los ertzainas investigados por la muerte de Cabacas tendrá responsabilidades disciplinarias
El vicelehendakari y consejero de Seguridad, Josu Erkoreka, ha explicado este miércoles en el Parlamento Vasco que ninguno de los ertzainas que participó en el operativo del que resultó herido en la cabeza por el impacto de una pelota de goma el joven Íñigo Cabacas va a tener responsabilidades disciplinarias. Ya en la vía judicial solamente el agente con más galones en el lugar de los hechos, un callejón de la calle de María Díaz de Haro de Bilbao, fue condenado a una pena de dos años de cárcel, un tipo de pena que no suele comportar el ingreso efectivo en prisión. Es más, Erkoreka ha revelado que únicamente uno de los seis que fueron imputados en su día -un agente de base- continúa en el cuerpo, ya que la mayoría se ha retirado con una “incapacidad” mucho antes de la edad de jubilación.
El máximo responsable político de la Ertzaintza -que ha comparecido acompañado del ya cesado 'número dos', Josu Zubiaga- ha subrayado que el expediente de Asuntos Internos quedó paralizado hasta que concluyó todo el proceso penal con la sentencia del Tribunal Supremo tras los recursos al primer fallo de la Audiencia Provincial de Bizkaia, que no cambiaron en nada la resolución de este caso. Es por ello que en 2021 se ha retomado un trabajo que, en todo caso, no acarreará ninguna consecuencia. Técnicamente, solamente podría tener un castigo disciplinario el único que mantiene la condición de funcionario pero Erkoreka ha adelantado que se limitó a cumplir una orden cuando disparó pelotas de goma y que precisamente la infracción habría sido no acatarla. No hay visos de que el expediente abarque a quienes no estuvieron inmersos en el proceso penal, aunque esa investigación judicial concluyó que fallaron con estrépito otros resortes.
¿Cómo murió Cabacas? El Jueves Santo de 2012, tras un partido europeo del Athletic contra el Schalke 04 alemán en el viejo San Mamés, la Ertzaintza movilizó a unidades de Seguridad Ciudadana (los antidisturbios de Brigada Móvil no intervinieron en ningún momento, ya que estaban en el estadio) para que se desplegaran en el callejón ante llamadas que alertaban de incidentes e incluso de un grupo de “cabezas rapadas” que luego nunca aparecieron. El impacto de una pelota de goma de las que allí se lanzaron durante tres minutos mató a Cabacas, aunque en un primer momento algunos sindicatos policiales lo pusieron en duda. Dispararon más agentes que los que lo admitieron y que los que fueron juzgados, pero no ha sido posible hallar al autor material. En el callejón había una 'herriko taberna', sede social de la izquierda abertzale, lo que ha dotado de un cariz también político al asunto. La abogada de la familia ha sido Jone Goirizelaia, histórica dirigente abertzale y que fue candidata a alcaldesa de Bilbao por EH Bildu en 2019 y quien ha demandado explicaciones a Erkoreka ha sido esta formación política.
Se sentaron en el banquillo el oficial con número profesional 3389, el agente con más galones en aquella intervención en la zona de María Díaz de Haro y único condenado, y los suboficiales 5351 y 1283, al mando de dos de las furgonetas (cada una de ellas de seis agentes) que fueron movilizadas. Los otros tres son agentes que empuñaron escopeta aquella noche y que, en la investigación interna llevada a cabo por la Ertzaintza, admitieron haber usado pelotas de goma: 15248, 11066 y 10216. Tienen en común que vestían de rojo, cuando el resto de actuantes iban de azul. Hay testigos -policiales y civiles- que vieron disparar a uniformados con ese color. Fallaron los protocolos porque se intervino con pelotas de goma en un callejón estrecho y casi sin escapatoria cuando la situación no revestía la gravedad para emplear ese tipo de munición que técnicamente es “no letal” pero ha demostrado que sí lo es (alcanza hasta 360 kilómetros por hora). Fallaron cuando se siguió interviniendo a pesar de que había gente pidiendo ayuda para el entonces herido, que murió varios días después en el hospital de Basurto. No hay causa-efecto entre la orden que se emitió por radio de “¡Entren con todo!” y el pelotazo letal, que fue previo a ese momento.
Y falló también la investigación posterior. Falló porque nunca se hizo una revisión de las armas que se emplearon y de las pelotas que se arrojaron, lo que habría permitido identificar a los que dispararon y, eventualmente, hallar al autor material. Sin ese análisis, es imposible saber a qué velocidad estaban configuradas las armas. Informes posteriores han demostrado que el material llevaba años sin ser revisado y que había cartuchos en mal estado. El comisario de Bilbao en aquel momento era Jorge Aldekoa, a quien meses después la consejera de Seguridad, Estefanía Beltrán de Heredia (PNV), promocionó a jefe de la Ertzaintza. Lo hizo en dos ocasiones tras un primer ascenso que fue revocado. En 2018, tras conocerse la sentencia de primera instancia, Aldekoa se marchó. EH Bildu ha denunciado que tampoco en este caso se hayan analizado responsabilidades disciplinarias y que siga teniendo el rango de intendente, uno de los más altos en el cuerpo. El consejero de Interior en el momento de los hechos era el socialista Rodolfo Ares y su 'número dos' Miguel Buen. Una semana después de los hechos, en el Parlamento, Ares pidió perdón a la familia pero fuentes de aquel equipo reconocen que estuvieron a punto de defender políticamente como versión oficial que no se habían disparado pelotas de goma, que es una tesis que defendían algunos mandos.
Ha explicado Erkoreka que el Supremo “mandó un fax” el 23 de marzo de 2021 con la sentencia firme y que fue entonces cuando se retomó el expediente interno de 2012. Ya el 2 de junio el viceconsejero Zubiaga archivó el caso del único condenado. “No es posible ya la responsabilidad al haber perdido la condición de funcionario”, ha indicado Erkoreka. En el supuesto de los otros cinco ertzainas investigados “se reactivó la investigación interna desde el punto de partida de los hechos probados”. Los dos suboficiales y dos de los tres agentes de la escala básica “han dejado la Ertzaintza”, tres incluso “antes del juicio y no por edad” y otro al mes de la sentencia. Por lo tanto, tampoco para ellos puede haber medidas internas, ha asegurado el titular de Seguridad. ¿Y el sexto? Formalmente la investigación de Asuntos Internos sigue en marcha pero Erkoreka ha adelantado que “es muy difícil” que lo que hizo pueda ser “incardinado en las responsabilidades” previstas en la Ley de Policía autonómica. “Se limitó a cumplir una orden. Al revés, no cumplir la orden sería la infracción. ¿Quizá no la cumplió del todo bien? ¿Tuvo que tirar salvas [antes del disparo real]? Se me hace difícil ver las responsabilidades”, ha insistido el vicelehendakari y consejero. Erkoreka ha dejado claro, además, que no es que no tuvieran consecuencias personales los agentes implicados: “Han tenido afecciones graves en su trayectoria profesional”.
Las explicaciones de Erkoreka le han parecido “obscenas” al representante de EH Bildu, que ha denunciado la “total impunidad” con la que ha culminado el proceso casi una década después de que se iniciara. El grupo Elkarrekin Podemos-IU también ha mostrado su perplejidad. El PSE-EE, el partido que dirigía entonces la Ertzaintza, ha tenido una brevísima intervención en la que ha considerado “correctas” las “aclaraciones” de Erkoreka. Desde la bancada del PNV, Jon Andoni Atutxa ha indicado que “ir más allá no sería posible ni sería legal”. Se da la circunstancia de que en el momento de los hechos, desde la oposición, exigió las más altas responsabilidades a Ares y su equipo. El entonces líder del partido en Bizkaia, Andoni Ortuzar, aseguró que la investigación judicial no podía ser una “coartada” para las responsabilidades políticas y que Ares no se podía “esconder detrás de la toga del juez”. “Nos tememos que, detrás de este suceso, pueda estar una mala organización, una falta de profesionalización, que nos ha llevado a este tipo de situaciones”, manifestó entonces.
La muerte de Cabacas, eso sí, supuso cambios de raíz en la Ertzaintza. Desde entonces no se ha vuelto a disparar una pelota de goma en Euskadi. Aunque no están prohibidas, se prioriza un nuevo material, lanzadores de 'foam', aparentemente menos lesivos. Asimismo, Seguridad Ciudadana ha dejado de hacer orden público y se ha priorizado a la Brigada Móvil, que además ha variado de tácticas. Asimismo, se han aprobado protocolos para tratar de corregir esas disfunciones.
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