La Ertzaintza investiga una agresión física al grito de “puta lesbiana” en Getxo y se registran otros 28 ataques en Vitoria

La Ertzaintza ha abierto una investigación por una agresión física a una mujer al grito de “puta lesbiana” en Getxo durante la madrugada del domingo pasado en la que se estaban celebrando las fiestas del barrio Andra Mari. Según confirman fuentes del Departamento de Seguridad a este periódico, se ha abierto una investigación para esclarecer los hechos y para identificar al autor. La joven tuvo que ser atendida por una ambulancia tras los golpes recibidos por parte, según la denuncia, de un varón.

No se trata de la única agresión contra personas del colectivo LGTBI+ registrada en Euskadi últimamente. En Vitoria, el Observatorio contra la LGTBI+fobia Ikusgune, ha registrado otros 28 ataques ocurridos durante el pasado año. Entre los ataques se encuentran desde ofensas y discriminación hasta agresiones físicas que han tenido lugar en el transporte público, en redes sociales, en centros escolares y hasta en las propias casas.

Una de las denuncias realizadas en el observatorio recoge que, en el momento del suceso, ocurrido el pasado 9 de febrero de 2023 en un centro escolar, la persona agredida, un chico trans, se encontraba en un grupo de trabajo con otras compañeras y con su agresora. El grupo se encontraba dividido, según la denuncia, “entre personas que deseaban finalizar el trabajo y otras que lo obstaculizaban, a las que se les pide que colaboren”. “En un momento dado, una compañera se equivoca y es recriminada por los boicoteadores del grupo. Hay un intercambio de palabras en las que la persona agredida sufre algunas burlas hasta que la agresora le pregunta si quieren 'arreglarlo en el patio'. Una vez en el patio, la agresora busca al chico trans y salen fuera de la escuela. La agresora le dice ”tú vas muy chulo“ y le lleva a un sitio apartado, donde le propina varios golpes en la cabeza y pecho. Como consecuencia de esto, acaba con varios chichones y una costilla rota”, recoge el informe realizado por Ikusgune, en el que no se aclara si se trata de personas menores de edad ni el centro escolar en el que ocurre.

Valores machistas y “esto con Franco no pasaba”, en colegios

En otro centro escolar de la capital alavesa, tan solo dos días antes de la anterior agresión, varios compañeros realizaron supuestamente comentarios homófobos a otro. Durante una de las clases, le espetaron a otro compañero que si tuvieran hijos les inculcarían “valores machistas con el fin de evitar que salgan amariconados como tú”. A estos comentarios se les sumaron otros como “esto con Franco no pasaba”, “ojalá que vuelva la peseta y os extingáis” e insultos como “bujarra”. Además, el mismo joven víctima de esos comentarios ha sufrido también agresiones físicas como collejas y zancadillas. “A pesar de que el centro está informado y ha tomado medidas, sus agresores continúan con su comportamiento”, denuncia Ikusgune.

Más allá de en los centros escolares, el observatorio recoge ataques discriminatorios en centros de trabajo, como el caso de un hombre que denuncia que nota gestos y comentarios de desprecio por parte de sus compañeros de trabajo y algunos superiores. Según denuncia “es habitual” que realicen comentarios hacia su orientación sexual y que le llamen “maricón”, sin especificar en qué tipo de trabajo ni de empresa se encuentra.

En otro de los casos de agravios laborales, la persona que comunica la incidencia trabaja de monitor, recibiendo cada mañana visitas de alumnos y alumnas de diferentes centros. Desde el inicio del curso, según recoge el informe, el alumnado lo identifica como “maricón”, ya que lleva una chapa con el arcoíris y de vez en cuando, se pinta las uñas o tiñe el pelo. Esta expresión se la recuerdan reiteradamente a lo largo de toda la visita, generando un ambiente muy difícil. 

“Eres un maricón” o “sois unos promiscuos”, en el lugar de trabajo

Uno de los afectados también en su entorno laboral relata que desde hace casi dos años es objeto continuo de discriminación e insultos por parte de un superior con expresiones como “maricón”, “eres un mil leches” o “sois unos promiscuos”. En este caso, la víctima, según confiesa, informa de lo ocurrido al superior inmediato, el cual “no hace nada al respecto”. Presenta una denuncia ante el comité de empresa a través del sindicato. Cuando eso ocurre, el responsable abandona los insultos directos y comienza a actuar de forma más sutil mediante comentarios a terceros y trato frío. El agresor coge una baja y tras volver de ella, según denuncia la víctima, vuelve a los insultos directos.

Las denuncias realizadas a Ikusgune también incluyen discriminación sufrida en los propios hogares de las víctimas. Como un joven que vive en un piso compartido con otros dos compañeros heterosexuales, los cuales reciben habitualmente a sus novias en la habitación; sin embargo, el dueño de la casa le ha prohibido ser visitado en su habitación por su novio. En otro de los casos la víctima relata una situación de maltrato mantenida en el tiempo por parte de su familia, en la que sufrió, según su testimonio, insultos homófobos y violencia física, verbal y psicológica. Tras abandonar el domicilio familiar, se quedó sin recursos. Denuncia que su círculo próximo y él mismo, están siendo acosados por su familia.

En cuanto a los ataques en la calle o el transporte público una de las víctimas señala que estando en el bus con su pareja, dos jóvenes se sentaron detrás de ellos y comenzaron a burlarse y a llamarlos “maricones” y “bujarras”. Tras cambiar de bus y separarse, los jóvenes se sentaron delante de la persona agredida y continuaron con insultos cada vez más directos entre risas. Al bajarse en su parada, lo siguieron hasta su casa mientras continuaban con los insultos. Finalmente, continuaron agrediéndole verbalmente fuera del portal.

Oír cada día “engendro” o “tú con Vox no estarías”, en la calle

Otra de las víctimas, en este caso una mujer trans denuncia, que durante los últimos tres años, todas las mañanas, se encuentra con una mujer que le insulta llamándola “engendro”, “mariconazo” y realizándole comentarios como “cómo puedes ir con tetas” o “tú con Vox no estarías”.

“Los espacios en los que más tiempo habitamos, como el trabajo o la escuela, y por supuesto la vivienda en la que vivimos, suelen ser lugares en los que la violencia hacia las personas LGTBI+ más se percibe. Este informe presenta incidencias que afectan diversos escenarios. Hemos conocido familias que han maltratado y discriminado a sus criaturas debido a que son personas LGTBI+, hemos recibido casos de discriminación por parte de compañeros de piso, y también por parte de caseros, que imponen normas diferentes a los arrendatarios gais que a los arrendatarios heterosexuales de la misma vivienda. Se socializa que las familias son los espacios seguros, los que comprenden todo y los que nos acompañan en los momentos más difíciles. No obstante, la familia, más allá de ese ideario fantástico, a veces, puede ser un infierno para las personas LGTBI+”, sostienen desde Ikuspegi.

Según recalcan, no es negativo ni alarmante conocer este tipo de testimonios ni hacer un seguimiento de los ataques contra la población LGTBI+. “Disponer de todos estos conocimientos no debe considerarse como algo malo, conocer el estado de la LGTBI+fobia no tiene como objetivo sembrar temores en la población LGTBI+. Debemos enfocar toda esta información desde la positividad que nos ofrece, disponer de datos, conocer sus testimonios y analizar los puntos clave. Sin duda, estamos construyendo, entre todos todas y todes, un municipio libre de violencias machistas”, concluyen.

elDiario.es/Euskadi

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