Entre la “esclavitud” de ser interna y la amenaza de desalojo: una mañana con las migrantes del centro cultural de Sestao

Maialen Ferreira

Sestao —
4 de noviembre de 2024 21:45 h

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Elvira llegó el pasado marzo junto a sus dos hijas desde Perú hasta el centro cultural Txirbilenea en Sestao. Carmen lo hizo en abril, acompañada de su hija. Azuzena, su marido y sus dos hijos llegaron en octubre. Y Celia, desde Argentina, el pasado 2 de noviembre. La lista de personas que han pasado en el último año por centro cultural autogestionado creado en las antiguas oficinas de Altos Hornos de Vizcaya (Escuela de Aprendices), ya abandonadas, alcanza las 36 personas, todas migrantes que trabajan en los hogares de Euskadi como internas. Algunas se quedan meses; otras, días, porque saben que su estancia en Txirbilenea es temporal, pero para ellas supone una alternativa de vivienda debido a la dificultad de encontrar un hogar siendo extranjeras y a la “esclavitud” que supone para ellas estar de internas en los hogares en los que trabajan.

“Muchas de las mujeres que pasan por aquí son médicas, enfermeras o profesoras, pero en Euskadi se dedican a los cuidados de personas dependientes. Es una pérdida de talento que se permite por culpa de la Ley de Extranjería. Cuando llegan a los hogares, muchas lo hacen como internas y se dan cuenta de la esclavitud que supone vivir ahí. Por ello creamos esta alternativa en la que nos organizamos. Es un lugar donde las trabajadoras internas rompemos silencios, vivimos y festejamos que existimos”, explica a este periódico María, miembro de Emakume Migratu Feministak Cuidadoras Sociosanitarias, la asociación que han creado estas trabajadoras y con la que protestan desde que conocieron que el Ayuntamiento ha ordenado el desalojo de las instalaciones.

Actualmente, hay nueve personas viviendo en el centro cultural, entre ellas un niño pequeño. Mientras las trabajadoras se concentran para exigir que el Ayuntamiento les siga dejando vivir ahí, el pequeño juega con su padre. En la primera planta, donde viven, hay juguetes, puzles, peluches y hasta una bicicleta. “Aquí los niños están bien, mientras sus madres trabajan las que se quedan cuidan de ellos, los recogen en el colegio o les dan de comer hasta que regresen. Nos organizamos muy bien”, explica María mientras pasa por un cartel en el que se lee: “Comunitario. Todo lo que dona la gente se repartirá en partes iguales entre todas las unidades convivenciales. Comunitario es pensar en las otras”.

Cuentan con una sala con sofás en la que descansan y otra con pupitres y una pizarra donde organizan asambleas y realizan formaciones y cursos. También realizan conciertos, actividades sociales y culturales desde hace más de diez años. “Quienes vivimos en Txirbilenea somos mujeres y familias que por encontrarnos en situación administrativa irregular, por necesidad apremiante o por el racismo inmobiliario requerimos un lugar para descansar después del trabajo o para vivir de manera temporal. Sabemos que acceder a una vivienda es muy difícil y más tratándose de personas migradas. Es una búsqueda constante que llega a acabar con nuestra salud mental y física. El racismo institucional quiere echarnos sin llamarnos a la mesa de conversación”, lamentan.

Desde el Ayuntamiento de Sestao informan a elDiario.es/Euskadi de que el desalojo se produce por el mal estado de las instalaciones. “Se han iniciado los trámites administrativos para desalojar el edificio de la antigua Escuela de Aprendices de Altos Hornos de Vizcaya debido a que se encuentra en un estado de conservación peligroso que es totalmente incompatible con su utilización por parte de personas, tal y como han concluido los servicios técnicos municipales”.

“Tras hacer una visita al inmueble, los servicios técnicos han emitido un informe en el que alertan de las deficiencias que han observado y que entrañan un importante riesgo para la seguridad de las personas, razón por la cual se muestren contrarios a la presencia de gente en su interior. En este sentido, recuerdan que el edificio fue construido en los años 40 del siglo pasado y que dejó de tener actividad en los años 90, cayendo a partir de entonces en una paulatina situación de abandono”. “El primer motivo para impedir que haya gente en la Escuela de Aprendices es que”no existe ninguna medida de protección contra incendios, ni para su eventual evacuación. Sobre esta cuestión, además, advierten de la presencia de una gran cantidad de enseres que se han ido introduciendo por parte de ocupantes al interior del edificio que agrava aún más la situación de inseguridad“, indican fuentes del Consistorio.

El Ayuntamiento prosigue explicando que “no se puede garantizar que se produzcan constantes desprendimientos de materiales en cualquier parte del edificio, tanto en el exterior como en el interior que acaben golpeando a alguna de las personas que se encuentren allí”. “El Ayuntamiento ha tenido que instalar una visera en la parte exterior del inmueble para evitar que puedan caer cascotes sobre los viandantes. Los huecos de los ascensores no están protegidos, faltan barandillas en zonas con desniveles superiores a 50 centímetros, hay falta de continuidad en el pavimento, faltan los cristales en muchas ventanas y hay cristales y otros materiales desprendidos por el suelo”, recalcan.

Desde el centro cultural indican que “la culpa del deterioro del edificio es de sus gestores”, el pasado 15 de diciembre de 2022 el inmueble pasó a ser de titularidad municipal después de que el Ayuntamiento y la empresa ArcelorMittal firmaran la escritura de cesión de la propiedad. “La culpa del deterioro del edificio es de los gestores desde los años 90 hasta que entramos nosotras. Ese edificio estaba hecho polvo, lleno de basura y nosotras con nuestros brazos, fuerza y lucha lo hemos vaciado y adecuado”, lamentan.

“Nosotras no nos negamos a que arreglen el edificio. Todos los arreglos que tengan que hacer que los hagan, pero con nosotras dentro. Vamos a poner todas las facilidades del mundo, pero que no dejen a las mujeres y sus familias en la calle o debajo de un puente. Que no las echen y después digan que van a activar protocolos de servicios sociales porque saben desde hace meses que están ahí”, señalan.

Para ello, además de que el Ayuntamiento realice las mejoras que se necesiten con ellas dentro, que dicte “un decreto de Alcaldía donde el municipio quede libre del abuso y el racismo inmobiliario. ”Queremos que se acabe con la venta de padrones, con la especulación y con el abuso en subarriendos y alquiler de habitaciones“, explican. Según reconocen, algunas de ellas han sido testigo y víctima de este tipo de prácticas, como la de vender ”por hasta 200 euros“ un padrón en una vivienda en la que después la persona no vive ahí. ”Hay viviendas en las que vives y no te dejan hacer padrón, por lo que tienes que comprarlo a otra persona que te deja empadronarte en su casa, pero no vivir. Es un doble alquiler que nos vemos obligadas a pagar“, denuncian.

También piden que el Ayuntamiento realice un censo de todas las trabajadoras del hogar de Sestao para que se conozca la situación en la que se encuentran trabajando. “En nuestra organización luchamos por la erradicación del empleo del hogar interno, por eso como alternativa para salir de ese trabajo esclavo hemos puesto en marcha, junto a Txirbilenea, estas viviendas comunitarias temporales. Hemos intentado el diálogo, pero hemos visto que nos han ninguneado y lo único que han hecho como respuesta es enviarnos a la Policía para identificarnos”, lamentan las trabajadoras.

Según indican fuentes del Ayuntamiento han tenido conocimiento “en los últimos días” de que en el edificio de la Escuela de Aprendices “están viviendo personas en situación de vulnerabilidad”. “Ante este hecho, el Consistorio les ha ofrecido que acudan a los servicios sociales municipales con el fin de estudiar cada caso concreto y ver qué recursos sociales se pueden poner a su disposición”.

A lo que las trabajadoras critican que las instituciones quieren “separarlas y desorganizarlas”. “Nosotras estamos organizadas y en grupo. Nos cuidamos las unas a las otras y queremos seguir haciéndolo, por lo que no tiene sentido que nos separen en albergues y mucho menos separen a madres de sus hijos. La única alternativa es que nos dejen quedarnos aquí”, concluyen después de que cientos de personas salieran este sábado a manifestarse contra el cierre y el desalojo de Txirbilenea, que previsiblemente se llevará a cabo esta semana.

El objetivo del Ayuntamiento tras el desalojo es, a través de una subvención de 3 millones de euros de los fondos europeos Next Generation, contratar “un proyecto de rehabilitación energética para la Escuela de Aprendices al que seguirá la ejecución de las obras”. “En breve se van a realizar unas catas en la estructura para obtener información sobre el estado del edificio de cara a la redacción de dicho proyecto de rehabilitación. En paralelo a este proceso, el equipo de Gobierno sigue manteniendo conversaciones con distintas instituciones públicas para pulsar su interés en participar en la rehabilitación del edificio”, concluye el Ayuntamiento.

elDiario.es/Euskadi

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