El sindicato ESK ha denunciado el despido de un trabajador de Iparvending en Vitoria por motivos racistas y tras haber sufrido un trato “denigrante” por parte de sus superiores y de la Ertzaintza, a la que la empresa presta sus servicios de distribución.
Esta organización sindical ha explicado, a través de un comunicado, que este trabajador de Iparvending (Nordisven Distribución Araba SLU) fue despedido durante el periodo de prueba de su contrato eventual de seis meses. El despido -según denuncia ESK- se produjo tras recibir esta persona, de origen marroquí, “un trato denigrante y racista por parte de la empresa y de la Ertzaintza”.
El sindicato ha explicado que el pasado 22 de agosto, tal y como tenía encomendado, esta persona acudió junto a un compañero a reponer las máquinas de 'vending' de las instalaciones de la Ertzaintza en Berrozi (Álava). El trabajo se realizó “con normalidad”, y ambos trabajadores se identificaron a la entrada de las instalaciones y realizaron su labor, señala ESK.
No obstante, la organización sindical ha afirmado que cuando ambos operarios se dirigían a la salida de las instalaciones para continuar con su jornada laboral, uno de los ertzainas uniformados que había en la zona “solicitó de malas maneras al trabajador que bajara de la furgoneta porque tenía que decirle unas cuantas cosas”.
El agente advirtió al operario “que tenía que cambiar su actitud con los agentes y dejar de meterse en problemas, haciendo referencia a una denuncia que el joven recibió por parte de la Ertzaintza en 2019”. El sindicato ha precisado que esta persona fue absuelta de dicha denuncia, por la que la acusación pedía un año y medio de prisión.
En respuesta a la actitud del agente, el trabajador “solicitó respeto e indicó que no entendía el motivo de recibir acusaciones infundadas sobre un asunto esclarecido por la Justicia”. Además, según señala ESK, esta persona “afirmó sentirse coaccionada mientras realizaba su trabajo”, por lo que solicitó que el ertzaina “cesara en sus falsas acusaciones”.
El sindicato ha censurado que “tras la agresión verbal sufrida”, el trabajador también “sufrió las acusaciones de su compañero de estar provocando problemas”. Asimismo, al llegar al pabellón de la empresa, la responsable de la misma le comunicó el cese de su contrato durante el periodo de prueba, “por no haber contado sus inexistentes antecedentes judiciales previos, alegando haber recibido una llamada de la Ertzaintza”.
ESK ha denunciado la situación en la que se ha visto esta persona tras recibir “acusaciones falsas de origen racista por parte de la Ertzaintza” mientras estaba realizando su trabajo.
Trato “inadmisible”
A su vez, ha denunciado que dichas acusaciones hayan generado “su despido fulminante” y que esta persona haya recibido “un trato absolutamente inadmisible por parte de la empresa”. ESK ha reprochado a la empresa que “en vez de defender a su trabajador ante unas acusaciones infundadas”, haya optado por “realizar una acción aún más dura [el despido] con la persona que ha sufrido una agresión de origen racista”.
El sindicato ha añadido que este trabajador había estado realizando el mismo trabajo en otras comisarías de la Ertzaintza y de la Guardia Civil, así como en la prisión de Logroño, y que en todos estos destinos no se produjo “ningún problema”.
ESK ha explicado que esta persona ha presentado una denuncia por lo ocurrido ante el juzgado de guardia. Además, ha indicado que al analizar la situación laboral del afectado, ha comprobado que la empresa que le contrató “no aclara en el contrato de trabajo el convenio de aplicación”.
Asimismo, ha manifestado que en una de las cláusulas del contrato se incluía la siguiente advertencia: 'Usted consiente expresamente que Nordisven Distribución Araba SL, trate los datos personales que puedan revelar su ideología, afiliación sindical, religión y creencias siempre y cuando los haya comunicado voluntariamente para cualquier finalidad'.
“Sin duda alguna, nos encontramos ante un trato discriminatorio y de origen racista”, ha denunciado ESK, que ha advertido de que este hecho “no es una anécdota”, sino que “es el día a día de muchas personas racializadas, que además de acceder a empleos precarios, tienen que sufrir la estigmatización de la Ertzaintza o de las empresas que les contratan en el desarrollo de sus funciones profesionales”.
El sindicato ha anunciado que pondrá en marcha “cuantas acciones de denuncia sean necesarias ante los responsables, tanto la empresa como la Ertzaintza”.