Euskadi actualiza su guía preventiva de violencia machista en fiestas ante el repunte de pinchazos
Ante el repunte de mujeres que denuncian haber sufrido pinchazos para una posible sumisión química durante las fiestas de pueblos y ciudades en Euskadi, las instituciones vascas han editado la ya presentada 'Guía para impulsar procesos locales de prevención de la violencia machista contra las mujeres durante las fiestas' para añadir un apartado concreto sobre la sumisión química, qué efectos provoca y qué hacer en caso de ser víctima de un pinchazo. “Bajo los efectos de determinadas drogas, las personas pueden ver afectada su voluntad, su consciencia y ser extremadamente vulnerables para sufrir agresiones de todo tipo, incluidas agresiones sexuales. A esa situación de vulnerabilidad provocada es a lo que se llama sumisión química. La sumisión química puede ser premeditada, es decir, alguien proporciona a la víctima una sustancia que la incapacita. Esa sustancia puede ser vertida en una bebida o mediante pinchazos que se aplican en alguna parte del cuerpo aprovechando la multitud, la oscuridad o ambas circunstancias”, detalla la guía, sobre la que ha hablado este lunes la consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, Beatriz Artolazabal.
Preguntada por la docena de casos en los últimos 15 días de posible sumisión química a través de pinchazos a mujeres que investiga la Ertzaintza, Artolazabal ha señalado que “no hay que ser alarmistas” dado que “se desconoce la intencionalidad de los pinchazos”, ya que tras los análisis realizados a las mujeres, por el momento no se ha encontrado rastros de ninguna droga, bien porque no se haya introducido, por su difícil detección o porque desaparece rápidamente del cuerpo. Sin embargo, ha recalcado que este tipo de sucesos “no son ninguna broma” y es una cuestión en la que “están trabajando tanto la Ertzaintza como las instituciones”. “Es algo muy serio porque está provocando que el miedo se apodere de las calles, genera un clima de terror sexual en el que las mujeres ya no se sienten seguras ni pueden disfrutar de las fiestas con libertad. En este momento el miedo es la gran amenaza, porque se está comprobando que no se está inoculando ninguna droga a las mujeres tras los pinchazos”, ha aclarado la consejera, quien ha denunciado que este tipo de acciones forman parte de la violencia machista y que vulneran los derechos humanos de las mujeres.
En este sentido, la guía detalla que “los pinchazos también pueden producirse sin causar sumisión química, pero lo que sí logran es generar un clima de terror sexual en el que las mujeres ya no se sienten seguras ni pueden disfrutar de las fiestas con libertad”. “Son ellos quienes deciden tener un control absoluto de las mujeres y privarlas de su libertad en la más total impunidad. Si la agresión sexual siempre cumple una función de controlar e incremento del terror sexual, agredir sexualmente bajo sumisión química extrema ese control y ese terror. ¿Qué piensan los hombres en general sobre aquellos que deciden agredir de esta forma a las mujeres?”, se pregunta en el documento.
Para poder saber con seguridad si se está siendo víctima de sumisión química, la guía explica los efectos que esta produce en el cuerpo, entre los que destaca, habla pastosa, alteraciones visuales, somnolencia, confusión, desinhibición, agitación o alucinaciones, alteración del juicio, mareo o vértigo, alteraciones de la motricidad o del equilibrio y náuseas o vómitos. “Es posible que la ingesta voluntaria abusiva de alcohol y drogas también provoquen algunos de estos síntomas, pero una mayor intensidad y/o que se producen a raíz de haber tomado alguna bebida que no haya estado bajo supervisión o tras un pinchazo, se puede sospechar de una sumisión química, que también provoca síntomas más graves como parálisis sin pérdida de conocimiento o pérdida total de conocimiento”, sostiene la guía.
Qué hacer cuando se sufre un pinchazo
¿Qué se debe hacer cuando se siente alguno de estos efectos o se es víctima de un pinchazo? En primer lugar se debe avisar a las personas con las que se ha acudido a la fiesta, familia, amigos o personas cercanas y de confianza y se debe llamar al 112. Según aclara la guía y ha recalcado la consejera Artolazabal, “nunca se debe dejar sola” a una persona que dice haber sufrido un pinchazo. “Si alguna amiga te dice que ha sentido un pinchazo u observas que presenta alguno de los síntomas mencionados anteriormente, no quites importancia a esa información pensando que está exagerando, no la dejes sola y si no puede hacerlo ella, llama al 112”, indica la guía. Si los síntomas persisten, se recomienda acudir a un centro sanitario y, después de ello, poner una denuncia ante la Ertzaintza.
A las personas propietarias de locales de ocio, de 'txosnas' en fiestas o de los puntos morados habilitados, la guía recomienda cuando una mujer denuncia haber sido víctima de sumisión química, en primer lugar activar el protocolo de agresiones en fiestas, llamar a la Ertzaintza o a la Policía municipal y, por último, llamar a la Cruz Roja o a los servicios sanitarios para que atiendan a las afectadas. “Las mujeres también tienen derecho a ser libres y a divertirse como quieran. Esto no puede ser un retroceso en nuestras libertades, una vuelta al miedo. Combatir esta violencia es cosa de todas y todos, mujeres y hombres. Vuelvo a reivindicar que las fiestas, la calle y la noche también son nuestras”, ha señalado la consejera.
La nueva guía ha sido anunciada por Artolazabal durante la presentación de otra guía este lunes en Vitoria, la 'Guía de actuación local frente a incidentes de odio racista, xenófobo, antigitano y LGTBIfóbico'. Según ha detallado Diógenes Sabana, responsable de programas de Biltzen (Servicio Vasco de Integración y Convivencia Intercultural) y responsable de la Comisión jurídica de Eraberean, la red para la igualdad de trato y la no discriminación en Euskadi, esta guía pretende “mejorar la atención a las víctimas, realizar una labor preventiva y lograr una coordinación entre las instituciones y la sociedad”. “Los delitos de odio merman la convivencia y crean una alarma social. Esta guía sirve como pauta para lograr evitarlos y saber atender mejor a las personas que sufren este tipo de actos”, ha señalado, para después confesar que a pesar de que la guía “sirve como pauta, no aborda las cuestiones sobre delitos de odio de forma definitiva”.
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