Euskadi constata ya que el vertido de pellets del Toconao no tuvo “ningún impacto” en las costas de Bizkaia y Gipuzkoa
Falsa alarma. La consejera de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente, Arantxa Tapia, ha constatado en el Parlamento Vasco que el vertido de microplásticos del buque Toconao no ha tenido ninguna afección en las costas vizcaínas y guipuzcoanas. “A día de hoy [5 de febrero] no se ha detectado ningún impacto del vertido de granza de plástico (pellets) en las playas de Euskadi”, señala Tapia en un documento enviado a la Cámara a instancias de la parlamentaria del PP Muriel Larrea.
El hundimiento frente a las costas portuguesas de este barco se produjo en diciembre y desde comienzos de enero la contaminación se empezó a sentir en las playas de Galicia. Posteriormente, Asturias y Cantabria realizaron avistamientos. En el caso vasco, que monitorizaba las corrientes y la evolución de los restos en la mar a través de simulaciones del organismo Azti, se activó el nivel de alerta y se llegaron a recoger y analizar algunas muestras. Pero no procedían del Toconao. “Este material, lamentablemente, forma parte de la contaminación plástica que en diferentes formas llega hasta nuestras costas recurrentemente”, apunta el Ejecutivo.
Algunos datos recientes corroboran esa impresión. Un barco ecologista llamado Mater de Seabin Pasaia, un proyecto de recogida de basura en la bahía, ha recogido en tres años 1,8 millones de microplásticos, incluidas 90.000 bolitas o pellets. Igualmente, en la donostiarra playa de la Zurriola -donde opera el proyecto Itsas Hondakinen Erronka- el Mater estima que hay 60 microplásticos por metro cuadrado y los pellets son el 77% del vertido contaminante. “El Golfo de Bizkaia no es una excepción en cuanto a la plastificación de los océanos”, alertan.
En la actualidad, “se mantiene un operativo de vigilancia” por el caso del Toconao, según la consejera Tapia. En concreto, las Diputaciones afectadas y los municipios de Donostia y Getxo han contratado empresas de limpieza especializadas. “En caso de aparición, existe un protocolo para su recogida, codificación y retirada, salvaguardando la custodia del material recogido, por si fuesen necesarias acciones de responsabilización futuras”, apunta la responsable de Medio Ambiente. El Gobierno vasco, en un criterio no compartido con el central, había dotado dos barcos para intentar capturar el material antes de que llegara a la costa.
El Ejecutivo autonómico puso en marcha una mesa de crisis llamada Itsasertza, aunque el Estado también tenía la suya propia y ha habido otros foros de ámbito foral o local. Señala Tapia que es Itsasertza el órgano “responsable de mantener los canales abiertos con todas las instituciones” para analizar posibles incidencias en este sentido. Este foro está coordinado por el área de Seguridad y no por la de Medio Ambiente y presidido por el vicelehendakari, Josu Erkoreka.
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