Como Navarra y como Catalunya, Euskadi cierra todos sus bares y restaurantes, así como los salones de juegos. Se excepcionan servicios de hoteles o similares y el reparto a domicilio, que funcionará hasta las 21.00 horas. Las discotecas, las lonjas juveniles y los 'txokos' ya estaban cerrados desde fases anteriores, en algunos casos desde agosto. La alta incidencia de la pandemia ha obligado al Gobierno de Iñigo Urkullu a dar una nueva vuelta de tuerca a las restricciones, aunque sin recurrir a la petición de confinamiento general. La medida se aplicará desde el sábado. Además, el toque de queda se adelanta desde las 23.00 a las 22.00 horas y el comercio se cerrará a las 21.00 horas, salvo farmacia y gasolineras. Estará vigente durante el mes de noviembre.
Esta decisión se ha adoptado en la mesa de crisis de la emergencia sanitaria, un organismo llamado LABI por sus siglas en euskera. Presidido por el lehendakari, que es también el mando único delegado por el Gobierno de España para la gestión del estado de alarma en Euskadi, el LABI sienta a varios consejeros del Gobierno vasco, entre ellos los de Salud, Educación o Turismo, Comercio y Consumo, a los diputados generales de Álava, Bizkaia y Gipuzkoa, a los alcaldes de las tres capitales y al delegado del Ejecutivo central, Denis Itxaso. La reunión ha durado varias horas por la tarde. Antes, por la mañana, se había reunido la mesa técnica del LABI.
“Los datos no son tranquilizadores: constatamos una creciente y preocupante transmisión comunitaria del virus en Euskadi y en nuestro entorno. Es imprescindible adoptar nuevas medidas y es imprescindible hacerlo ahora. Es necesario romper con firmeza las cadenas de transmisión del virus”, ha enfatizado el lehendakari, que en esta ocasión ha optado por explicar las medidas en primera persona. Ha dicho que “no hay riesgo de colapso inminente” de la red sanitaria, pero sí una “amenaza en ciernes” de mayor tensionamiento de los hospitales. Urkullu ha dicho que son medidas para “poder llegar a las Navidades en las mejores condiciones posibles” y ha hecho un llamamiento expreso a la ciudadanía para que sea rigurosa en el cumplimiento de las medidas porque, de lo contrario, la sociedad estaría “condenada” a volver al confinamiento de marzo y abril. “Me resisto a que la medida tuviere que ser la del confinamiento. Ojalá que surtan efecto. No quiero ponerme en el escenario de que no surtieren efecto”, ha dicho Urkullu usando el futuro de subjuntivo y ante la atenta mirada -a dos metros de distancia- de la consejera de Salud, Gotzone Sagardui.
Según han confirmado fuentes conocedoras de las conversaciones a este periódico, el LABI ha discutido hasta última hora si optar por una restricción más suave para la hostelería, con cierre a las 20.00 horas, o por la clausura total. Urkullu siempre ha apelado durante toda la pandemia al necesario “equilibrio” entre la salud y la economía y el sector ya ha alzado la voz ante su situación debilitada. Un tercer escenario de cierre de los interiores y autorización de terrazas se ha descartado con más claridad.
El lehendakari ha acompañado el anuncio con una promesa de “ayudas” para el sector hostelero. “El Gobierno vasco mantiene vigentes todos los programas de ayuda y seguiremos en contacto directo con los sectores afectados para mejorar la respuesta a las necesidades que se plantean”, ha explicado Urkullu. Y ha añadido: “El sector de la hostelería no es el culpable. Pero el riesgo de transmisión está en cuanto mayor contacto social yes en el ámbito de la hostelería donde se da este riesgo mayor”.
Otras medidas anunciadas son: reducir el aforo en los templos al 35%, fin de cualquier actividad cultural a las 21.00 horas, suspensión del deporte en grupo en todos los casos -salvo las competiciones profesionales- y fin del horario del transporte a las 22.30 horas. Se puede consultar aquí una guía con todas las nuevas regulaciones.
Las medidas anunciadas este jueves constituyen el cuarto paquete en menos de un mes. El 17 de octubre se planteó la reducción a seis personas de las reuniones, el 22 de octubre se recomendó el confinamiento municipal en las zonas con una tasa de más de 500 casos por cada 100.000 habitantes cada 14 días, el 26 de octubre -ya en el marco del estado de alarma- se aplicó en todo el territorio la prohibición de salida del municipio y de la comunidad autónoma salvo causas justificadas y ahora, 5 de noviembre, llega esta nueva vuelta de tuerca. En este período, la incidencia se ha duplicado en Euskadi. La tasa era de 343 el 17 de octubre y ahora ya supera los 700. En los hospitales, las personas ingresadas han saltado de 337 a 573. De ellas, 111 están en la UCI, por 52 hace unas semanas. Se pueden consultar aquí más datos y mapas sobre la evolución de la pandemia en Euskadi.
Se da la circunstancia de que en la tercera batería de medidas se impuso un cierre general de la hostelería a las 23.00 horas, con el toque de queda. De ese modo, las zonas con alta incidencia vieron cómo su margen se incrementaba, ya que en el segundo paquete se marcaba para ellas un margen horario hasta las 21.00 horas.