El plan de gestión del lobo en Euskadi perseguirá la caza furtiva de esta especie y las muertes “no naturales” que se producen sobre todo por envenenamientos. El proyecto, que se ha publicado este miércoles en el Boletín Oficial del País Vasco (BOPV) y que a partir de ahora iniciará su exposición pública y de alegaciones durante un mes, está dotado un presupuesto anual de 480.000 euros, de los que la mitad están destinados a promover el pastoreo como medida preventiva contra los ataques del lobo a explotaciones ganaderas. En concreto, 220.000 euros se destinan a un programa de ayuda profesional al pastoreo, y 20.000 euros a un programa de voluntariado de ayuda al pastoreo, mostrando que se quiere primar la prevención de los ataques, más que la compensación de los daños que cause el lobo a la ganadería, que se financiará con 50.000 euros, además de otros 55.000 euros para financiar la verificación de esos daños. El resto del presupuesto se reparte en pagos por servicios ambientales, estudios e investigación sobre el lobo y actividades de divulgación y sensibilización.
El proyecto de plan tiene como finalidad “eliminar las amenazas existentes sobre el lobo”, que es una especie protegida desde 2020, “asegurar su supervivencia, promover la recuperación y conservación de sus poblaciones, así como la protección y mantenimiento de sus hábitats, para lograr un estado de conservación favorable, asegurando, al tiempo, la coexistencia del lobo con la ganadería y con otras actividades desarrolladas en el medio rural”. La publicación llega dos años después de que se arrancaran los primeros trámites, y tiene una “vigencia indefinida”, aunque con una coletilla que desde el Grupo Lobo, su portavoz en Euskadi, Andrés Illana, considera “muy peligroso”, porque la vigencia del plan está directamente unida a que se mantenga como especie protegida.
“Este plan de gestión se aplicará íntegramente y con carácter indefinido desde su entrada en vigor mientras el lobo esté incluido en el actual Catálogo Vasco de Especies Amenazadas, en el Listado de Especies en Régimen de Protección Especial o en aquellos listados que se creen con posterioridad a la aprobación de la presente Orden”, señala la orden publicada este miércoles. Teniendo en cuenta que el Congreso de los Diputados está en estos momentos tramitando una proposición de ley -a iniciativa del PP, que contó con el voto a favor de su tramitación Vox, Junts y PNV y la abstención de EH Bildu- que podría modificar a la baja la protección del lobo o dejarlo en manos de las comunidades autónomas y que el Gobierno vasco de Iñigo Urkullu se comprometió con los ganaderos en la pasada legislatura a rebajar la protección al lobo, por lo que “puede ser que este plan de gestión quede en papel mojado nada más aprobarse o incluso antes”, alerta Illana.
El documento señala la necesidad de implementar las regulaciones, directrices y actuaciones necesarias para que la población del lobo alcance un estado de conservación favorable en Euskadi. Actualmente se cree que puede haber dos manadas. Para conservar la especie hace un especial hincapié en atajar las “muertes ilegales” de lobos, por caza furtiva, venenos, reses envenenadas, para lo que se “implicará directamente a las diferentes guarderías forestal o agentes medioambientales de las administraciones competentes en la detección y prevención de la mortalidad ilegal mediante cualquier procedimiento (arma, veneno, biocidas…)”. Además, se establecerán mecanismos de colaboración con otros agentes de la autoridad (Ertzaintza, Miñones, Policías locales, etc.) para dicha finalidad, así como con el Ministerio Fiscal a la hora del seguimiento de aquellos expedientes que puedan ser constitutivos de delito.
También se intentarán minimizar la “mortalidad accidental” de la especie, especialmente por atropellos, para lo que se estudiarán los“ posibles efectos barrera de las infraestructuras existentes para favorecer los movimientos de la población de lobo, contemplando en su caso, la instalación o construcción de estructuras de franqueo (pasos de fauna) aptas para la especie”. Además se establece que los procedimientos de evaluación ambiental de proyectos de construcción de nuevas infraestructuras de comunicación terrestre o de las modificaciones de trazado o de ampliación de capacidad de las ya existentes (carreteras, líneas de ferrocarril, etc.), se tendrán en cuenta las necesidades espaciales y de hábitat de la especie“. Lo mismo para la evaluación ambiental de proyectos de construcción de nuevos canales y balsas, de riego o de abastecimiento de centrales hidroeléctricas, para evitar que se produzcan muertes por ahogamiento.
Las medidas más concretas se centran en las cuestiones relacionadas con la coexistencia con la ganadería, más que nada centradas en las medidas preventivas. Entre ellos, perros de guarda del ganado, mastines, incluyendo un programa de formación y adiestramiento para su uso; vallados perimetrales tanto de tipo fijo como móviles, convencionales o electrificados; y ayudas para promover el pastoreo.
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