La consejera de Salud, Gotzone Sagardui, se ha felicitado públicamente este martes por la “aceleración” en el proceso de vacunación contra la COVID-19 en Euskadi, que todavía este lunes ocupaba el último puesto de todas las comunidades autónomas, como ha venido ocurriendo desde el inicio de la campaña el pasado 27 de diciembre. Ha remarcado que se pondrán alrededor de 45.000 dosis entre este lunes y este miércoles, particularmente de AstraZeneca, con la que se ha cambiado la política de guardar por sistema la mitad de las remesas para garantizar una segunda dosis a quienes tenían la primera. De hecho, se activará una nueva herramienta para que los profesores de Primaria, Secundaria, Bachillerato o Formación Profesional -siempre que tengan menos de 55 años- puedan ir pidiendo cita para vacunarse: se les enviará un SMS y podrán elegir hora desde este miércoles.
El afán por mostrar esta nueva imagen de diligencia -ya el viernes se ampliaron de 25 a 117 los puntos de vacunación y no se descarta que puedan ser más- ha llevado a Sagardui a leer una relación de nade menos que 22 colectivos profesionales a los que se les administrará AstraZeneca. En ocho de ellos ya ha arrancado el proceso -incluidos policías nacionales, guardias civiles y funcionarios de prisiones-, en catorce grupos más se ha prometido “comenzar esta semana” -además de esos profesores adicionales son los trabajadores de los puertos del Estado, forenses, fisioterapeutas, personal de laboratorio, justicia juvenil, psicólogos, podólogos, optometristas, veterinarios, protésicos dentales, arrantzales, profesionales de albergues y personal de centros de acogida- y en cuatro se está “preparando” el lanzamiento -transporte público, trabajadores sociales, cajeros y presos-.
Eso sí, formalmente se insiste en que no ha habido un viraje en la estrategia. “Seguiremos reservando vacunas para garantizar la administración de la segunda dosis. Pero el plazo de tres meses nos da margen para generar ese 'stock' estratégico”, ha remarcado Sagardui sobre la mayor separación entre ambos pinchazos de AstraZeneca frente a Pfizer y Moderna. De lo que no hay novedades es de qué ocurre con las personas de más de 55 años de estos grupos. Todo apunta a que se está esperando a que se autorice el uso de AstraZeneca a los mayores de esa edad, ya que no hay planes de ir atendiendo a estos colectivos con las otras vacunas autorizadas.
Sagardui, de hecho, ha dicho verse “condicionada” por la menor disponibilidad de Pfizer, que es la que se emplea -salvo algunas excepciones con Moderna- en las residencias, en la Sanidad pública y en la privada y con los mayores. Terminada no sin polémica la primera vuelta con los centenarios, Euskadi tiene ya con una dosis a 23.491 nonagenarios, 1.568 de ellos protegidos en sus propias casas. Aquí no ha habido incidencias “significativas” como con los anteriores, ya que el censo estaba manifiestamente desactualizado con defunciones sin registrar o personas residiendo fuera. La consejera ha confiado en que haya 'stock' de Pfizer como para iniciar “esta semana” también la campaña con los octogenarios. Y ha puesto en valor la vacuna porque, por ejemplo, en las residencias “ha caído drásticamente” tanto la positividad como la letalidad, ya que solamente quedan tres casos activos en un centro de Yécora.
El 75% de la UCI, ocupada
En cuanto a la situación general de la pandemia en Euskadi, Sagardui ha enfatizado que “se mantiene la tendencia descendente” y ha restado importancia a la enorme diferencia entre la situación de Vitoria, más cerca de la alerta naranja, o la de Donostia, que confía en pasar a verde, o lo que es lo mismo, una tasa de contagios de menos de 60 casos por cada 100.000 habitantes en 14 días. La media vasca, en todo caso, supera los 200, un umbral que se considera aún de “tensionamiento”.
En la última jornada se han notificado 334 casos, en la línea de los últimos informes diarios. Sagardui ha negado que se haya reducido la capacidad diagnóstica tras una jornada con 8.560 pruebas PCR y de antígenos, lejos del máximo de 17.000 que se llegó a alcanzar en algunos momentos de la segunda fase de la pandemia. Ha asegurado que cuando caen las tasas cae también el volumen de test requeridos. La positividad se sitúa por debajo del 4% en relación al total de muestras recogidas y el 37,6% de los infectados son sintomáticos. El 50% de todos ellos los genera la nueva variante del Sars-Cov-2 llamada VUI/2020/12/01, detectada en origen en el Reino Unido. No hay constancia de más casos de las mutaciones de Sudáfrica o Brasil, que son dos y uno, respectivamente.
Por territorios, los casos nuevos se reparten en 172 en Bizkaia, 101 en Gipuzkoa y 58 en Álava. Hay tres personas o de fuera o sin residencia conocida infectadas también. Derio en Bizkaia y Aretxabaleta y Lazkao en Gipuzkoa son las localidades de más de 5.000 habitantes en alerta roja, esto es, con la tasa por encima de 500. Además, en Legorreta, pueblo guipuzcoano de 1.400 habitantes, se está realizando un cribado por la alta incidencia. Hay 47 centros educativos con casos de coronavirus, lo que deja clausuradas 68 aulas, que son el 0,39% del total de la red universitaria.
En cuanto a la situación hospitalaria, hay 336 camas de UCI abiertas. 113 están ocupadas por pacientes con cuadros críticos de COVID-19 y la ocupación total sumadas las otras patologías es el del 75,89%. Son 368 los hospitalizados totales. La caída de la presión asistencial no es tan evidente como la de las contagios, aunque Sagardui ha dicho que la reducción es “notable” aunque sean “muchos” los ingresados “todavía”. Eso sí, es suficiente para retomar parte de la actividad ordinaria suspendida después de Navidad por el repunte de la pandemia, la que ha sido la cuarta ola en Euskadi.
En nuestros especiales interactivos, se pueden consultar todos los datos sobre la evolución de la pandemia en Euskadi, sobre los positivos y fallecidos en todas y cada una de las residencias de Álava, Bizkaia y Gipuzkoa y el avance día a día de la campaña de vacunación