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Euskadi felicita a la población por haber incrementado las donaciones de sangre en plena pandemia

Autobús para donaciones de sangre el 17 de marzo de 2020 en Vitoria, en el inicio del confinamiento

Iker Rioja Andueza

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El Departamento de Salud se felicita, en un informe enviado al Parlamento Vasco a instancias de PP+Cs, de que las donaciones en los bancos de sangre de Euskadi hayan subido un 1,85% en 2021 respecto a los niveles previos a la pandemia (26,5% en el caso de las realizadas con aféresis). “El número de donaciones entre marzo de 2020 y diciembre de 2021 ha sido de 144.114, lo que ha permitido atender transfusionalmente a nuestros pacientes a pesar de los problemas provocados por la pandemia […]. Por todo ello hay que agradecer a nuestros ciudadanos su compromiso con la donación a pesar de las dificultades, de manera que se ha mantenido el sistema de donación de forma bastante satisfactoria para nuestros pacientes”, explica la consejera, Gotzone Sagardui, en su respuesta al ‘popular’ Carmelo Barrio.

Preguntada por el número de donaciones, la titular de Salud indica que en 2019 fueron 82.871, en 2020 bajaron a 81.519 (1,63% menos a pesar de dos meses de confinamiento) y en 2021 subieron a 84.411 (17.585 en Álava, 27.991 en Gipuzkoa y 38.835 en Bizkaia). En cuanto a la aféresis -separación de componentes- en 2019 fueron 6.569 donaciones, en 2020 6.933 y en 2021 8.313 (y claramente desequilibradas por territorios: 3.423 en Álava, 2.223 en Gipuzkoa y 2.667 en Bizkaia).

La estimación es que “no menos de 25.000 personas reciben anualmente algún tipo de componente sanguíneo o derivado del plasma”. “En este sentido, se puede corroborar que no han existido carencias ni retrasos significativos en nuestras necesidades de componentes sanguíneos”, informa Sagardui. De hecho, en 2021 salieron 2.021 donaciones fuera de Euskadi y apenas se recibieron 75. “Seguimos considerando que atender diariamente a 400 donantes es un número adecuado y realista, pero que podría incrementarse si las condiciones demográficas lo precisan o las condiciones epidemiológicas de este mundo global lo justifican”, indica Salud.

Sagardui envía un mensaje de tranquilidad sobre las necesidades del sistema: “Las continuas mejoras en las técnicas de atención médico-quirúrgicas, la calidad asistencial en las emergencias y enfermedades crónicas y la reducción en la estancia hospitalaria han propiciado una significativa disminución de las necesidades de concentrado de hematíes en todos los servicios de salud europeos. Por ello, las necesidades de donación convencional se están estabilizando en 80.000-85.000 por año. Esto no descarta que, en los próximos años, y debido al envejecimiento poblacional estas cifras puedan sufrir modificaciones”. Eso sí, no se oculta que con la pandemia “prácticamente todas las organizaciones” suspendieron sus campañas de donación -el propio Parlamento es una de ellas-, que las restricciones complicaron los procesos de captación de donantes y que ha habido que “incorporar períodos de exclusión” para infectados o contactos estrechos de positivos en COVID-19.

No obstante, hace falta plasma y más por la caída de la oferta en la pandemia. “La situación contraria sucede en la donación de plasma como fuente de medicamentos tales como inmunoglobulinas, albúmina, factores de coagulación, etc. Estos fármacos son suministrados, tal y como establece la legislación vigente, por la industria farmacéutica a través del plasma excedentario de los servicios de salud y de sus propias plantas de donación de plasma repartidas por todo el mundo. El incremento incesante de la necesidad de estos productos, junto con la disminución de su producción (se calcula en un 20% desde el inicio de la pandemia) preocupa a las autoridades sanitarias locales y europeas, de forma que una de nuestras prioridades fundamentales será, para los próximos años, la donación específica de plasma que ayude a minimizar la carencia farmacéutica y a mejorar la suficiencia europea. De ahí la cifra de 20.000 donaciones anuales de plasma inicialmente estimada”, se indica en este informe. En todo caso, se felicita también a la población por la “importante respuesta” de la donación de “plasma de convaleciente” por COVID-19 cuando se empleaba en la primera ola como elemento de curación para aprovechar anticuerpos.

240 trasplantes en 2021, 28 casos más fuera de Euskadi

Por otro lado, la consejera de Salud ha enviado también al Parlamento información sobre los trasplantes y donaciones de órganos en 2021, igualmente a instancias de PP+Cs. En Euskadi se realizaron 220 intervenciones, 149 renales y 71 hepáticas. Todas ellas tuvieron lugar en el hospital de Cruces, en Barakaldo. Osakidetza, además, derivó a 28 pacientes a centros de otras comunidades autónomas. En concreto, en el Valdecilla de Santander se han hecho un trasplante renal de cadáver, otro renal y de páncreas, ocho cardíacos, y trece de pulmón. Ha habido cinco casos de trasplante de hígado, todos en niños. Dos fueron en la unidad infantil del hospital La Paz de Madrid y los otros tres en el Vall d’Hebron de Barcelona. Seis de los trasplantes hechos en Cruces, todos cinco de ellos pediátricos, han sido a personas de fuera, a cuatro pacientes de Cantabria, a uno de Galicia y a otro de Castilla y León.

“El número de pacientes trasplantados residentes en Euskadi es de 246 (111,3 por millón)”, explica Sagardui, que señala que la “referencia” española es de 101. Se añade en estos datos que “en 2021 hubo 113 personas de la comunidad autónoma de Euskadi que donaron sus órganos tras fallecer y 22 personas vivas donantes de riñón”. 

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