El Gobierno vasco intentará “desnormalizar” el consumo de alcohol y cannabis, que se está extendiendo particularmente entre los jóvenes, pero también la dependencia del juego y el uso de las tecnologías, que la mayoría de las ocasiones no tienen socialmente la concepción de adicciones, pese a las graves consecuencias que pueden tener sobre los individuos que “se enganchan”. La consejera de Salud, Gotzone Sagardui, ha explicado tras el Consejo de Gobierno celebrado este martes, que el Plan de Adicciones 2023-2027 intentará ante todo la creación de entornos que promuevan comportamientos saludables para conseguir la prevención y se tratará de sensibilizar a la población sobre los efectos a largo plazo de estas adicciones entre las que se incluye también el tabaco o los psicofármacos.
El plan, que es ya el octavo que pone en marcha Euskadi, define un total de 58 acciones prioritarias para desarrollar a lo largo de los próximos cuatro años, contemplando tanto los consumos y adicciones con sustancia como las adicciones sin sustancia o comportamentales entre las que se incluye el juego y las tecnologías. Se ha elaborado bajo la perspectiva de género de forma transversal, pero también con la “perspectiva del curso de la vida”. “Parte de la constatación de que a lo largo de la vida de una persona las necesidades y problemáticas cambian y por lo tanto las estrategias y las intervenciones deben adaptarse a estos cambios”, ha señalado la consejera.
El documento al que ha dado hoy el visto bueno el Gobierno establece cinco grandes objetivos para conseguir en el periodo de vigencia del plan: evitar o retrasar el inicio de consumos y conductas adictivas en la población, disminuir su prevalencia, minimizar los daños que originan, reducir las desigualdades en salud ligadas a las adicciones, y reducir el estigma asociado a las mismas.
Para conseguir estos resultados se pondrán en marcha otros cinco objetivos instrumentales que deberán tener una concreción posterior, entre los que destaca “activar entornos que promuevan comportamientos saludables y contribuyan a desnormalizar el consumo de sustancias y las conductas adictivas”, incluyendo medidas estructurales para reducir su disponibilidad y oferta, aunque la consejera ha señalado que dichas medidas deberán concretarse ahora entre las diferentes instituciones teniendo en cuenta las competencias que pueda tener Euskadi en la materia, entre las que la consejera ha citado la educación, los servicios de atención a la ciudadanía o los ámbitos en los que pueden darse los consumos.
También se reforzarán los programas de promoción de la salud y de la prevención aplicando la perspectiva del curso de la vida incidiendo en el fortalecimiento del capital y los recursos emocionales de las personas, se fortalecerán los sistemas de apoyo a la inclusión social con especial atención a las personas en situación de vulnerabilidad, se potenciarán la difusión y el conocimiento en materia de adicciones y se afianzará una acción intersectorial más efectiva en la materia.