Euskadi y, sobre todo, Gipuzkoa, han vivido en las últimas jornadas un repentino incremento de los contagios de coronavirus. Los datos de viernes y sábado -más de 800 casos en ambas jornadas- son de los peores días de toda la pandemia y Gipuzkoa lleva una semana con su tasa de incidencia más elevada de siempre tras haber sobrellevado mejor que Álava y Bizkaia los primeros golpes de la COVID-19.
En este escenario, el Gobierno de Iñigo Urkullu ha decidido reducir de 10 a 6 personas la limitación de reuniones sociales o familiares. Lo que no se ha aclarado del todo es si se trata de una obligación o de una recomendación, ya que cuando se aplicó el máximo a 10 personas en agosto se tuvo que rebajar la intensidad de la limitación.
Asimismo, los aforos se reducen al 50% en hostelería (salvo terrazas), eventos culturales o eventos religiosos. La asistencia máxima a un partido deportivo baja de 600 a 400 en recintos cerrados y a 600 en exteriores. Se cierran 'txokos' y sociedades gastronómicas y los horarios cambian: parques, jardines y zonas de juego infantiles se cerrarán a las 23.00 horas y la hostelería adelanta su finalización a medianoche. Se suspenden, finalmente, todas las competiciones de deporte no federado.
Entrarán en vigor en los “próximos días”, cuando sea publicada en el Boletín Oficial del País Vasco (BOPV) tras su “ratificación” por parte del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco. El Ejecutivo ha añadido que no descarta si la situación empeora adoptar medidas en el ámbito de la “movilidad” y de ámbito quirúrgico.
Urkullu ha presidido a mediodía de este sábado la reunión de la mesa de crisis de la emergencia sanitaria, una alerta decretada el 15 de agosto cuando la segunda ola se adelantó en Euskadi con un fuerte pico. Era una convocatoria extraordinaria por las circunstancias sobrevenidas en los últimos días. La situación de Navarra ha afectado de lleno a Gipuzkoa y varios municipios han superado el umbral de 500 casos por cada 100.000 habitantes en 14 días. Beasain incluso duplica esa cifra. El propio territorio se queda en 426 (por 265, aproximadamente, de Álava y Bizkaia). Su R0 -casos derivados de cada positivo- es de 1,37 (1,227 de media en Euskadi).
Este órgano llamado LABI por sus siglas en euskara sienta a los responsables de Salud, Seguridad, Educación, Gobernanza Pública o Turismo y Comercio así como a los diputados generales y los alcaldes de las capitales, así como el delegado del Gobierno de España, Denis Itxaso.
“Son medidas para cortar la tendencia ascendente”, ha justificado la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, que ha comparecido en rueda de prensa. Ha considerado que Euskadi está en nivel 4 de 5 de alerta, lo que se considera “transmisión alta”. Además, ha augurado que la cadena de contagios irá a más. Por ello, ha emplazado a la sociedad: “Hay cierta relajación y hay que reforzar el cumplimiento de las medidas [...]. Hacemos un llamamiento a la reconsideración de aquellas actividades que supongan movilidad y concentración de personas”. Y ha repetido la palabra que le acompaña desde que llegó al cargo: “Por favor, prudencia”.
Cerca del récord de ingresos en la segunda ola
Los últimos datos de la pandemia constatan el empeoramiento de la situación, con 841 nuevos positivos notificados y una tasa del 7,73% en relación a las PCR realizadas, muy por encima de los umbrales deseables (OMS, 5%; Europa, 3%). El problema se concentra en Gipuzkoa, con 430 infectados en 24 horas, mientras que en Bizkaia han sido 321 y 84 en Álava -además de 8 casos entre personas de fuera detectados aquí-.
A pesar de ser fin de semana, el Servicio Vasco de Salud (Osakidetza) ha detallado las tasas de incidencia detalladas y la situación por comarcas y municipios. Hay 322 personas hospitalizadas y hubo 58 personas ingresadas el viernes, muy cerca del tope de la segunda ola (61 diarios). Hay 51 personas críticas en la UCI. Sagardui ha indicado, en cambio, que la “capacidad” de la Sanidad vasca para hacer frente a la situación sigue siendo amplia.