La consejera de Desarrollo Económico del Gobierno vasco, Arantxa Tapia -no la de Salud, Nekane Murga-, ha presentado este martes las primeras medidas de la emergencia sanitaria de Euskadi, un marco excepcional iniciado el lunes por el incremento de contagios de COVID-19 detectado la pasada semana pero que ha coincidido con un descenso en los dos primeros días de esta semana. El plan, que afecta a toda la comunidad autónoma, incluye restricciones importantes en la hostelería -como el cierre total al ocio nocturno-, deja al 60% el aforo de las piscinas en plena temporada estival, se decreta el cierre de las lonjas juveniles y se establece un tope de 10 personas para los grupos, sea en bares o restaurantes o sea en la vía pública.
La consejera Tapia ha precisado que la emergencia sanitaria permite adoptar más medidas y más duras en un ámbito más concreto en el que pueda aparecer un brote, sea un barrio, un municipio o una comarca. No se ha concretado cómo podrían ser esas medidas más “quirúrgicas”, aunque la normativa que ha entrado en vigor habilita al “mando único”, al lehendakari, incluso a ordena un confinamiento. Estas decisiones se han adoptado tras la primera reunión del LABI, el organismo que hace las veces de mesa de crisis en la emergencia sanitaria. Participan de él la Administración autonómica pero también la foral y la municipal, así como el delegado del Gobierno de España en Euskadi, Denis Itxaso.
Tapia ha confiado en que las medidas entren en vigor “lo antes posible”, aunque no ha podido concretar si será el miércoles o el jueves. “Necesitamos un poco de tiempo para llevarlo a una orden”, ha asegurado la que en su día fue comisionada para gestionar la desescalada y que ahora de nuevo ha asumido la portavocía del Gobierno en esta fase. Ha explicado también que su vigencia es indefinida y que no habrá cambios hasta que la evolución sea “diferente”, ya sea para mejor o para peor. En principio, el LABI se reunirá cada semana para ir analizando los datos. La consejera Murga ha añadido que se considera como cambio de tendencia un descenso del 10% de la media semanal de positivos y ha rebajado a “diente de sierra” que en las últimas 48 horas hayan aparecido menos casos que el fin de semana. La normativa incorporará un “régimen sancionador” y tanto la Ertzaintza como los cuerpos locales realizarán el seguimiento para garantizar su cumplimiento.
¿Cuáles son las medidas nuevas?
Según el borrador de la orden que entrará en vigor en los próximos días, en los bares y restaurantes vascos no se admitirán grupos de más de 10 personas y únicamente se podrá consumir sentado. Se había barajado la posibilidad de restringir a 60 personas el aforo máximo en hostelería, pero ese punto ha sido eliminado de las sucesivas versiones. En este punto, se estará a lo que marque el aforo de cada local. Asimismo, tiene que haber 1,5 metros de distancia no solamente entre las mesas, sino entre los propios grupos. En la barra únicamente se podrá estar sentados y con distanciamiento. El horario de cierre, siguiendo las pautas del Ministerio de Sanidad, será a la una de la madrugada, pero no se podrá ni entrar a los locales ni pedir nada a partir de medianoche. La limitación es idéntica para zonas comunes de hoteles y 'buffets'. Se confirma el “cierre total” de discotecas y pubs. Los 'txokos' tienen un régimen similar al de la hostelería, pero las lonjas juveniles y similares tienen una “prohibición total” de abrir.
El transporte público se cortará a partir de la misma hora en que acabe la hostelería, a la una de la madrugada. La excepción será el servicio de taxis para posibles urgencias. En este ámbito se recuerda también que se prohíbe la ingesta de alimentos en trayectos de menos de dos horas para garantizar el uso continuado de mascarillas. Se puede beber agua, pero la mascarilla ha de ser colocada “inmediatamente después”.
En la vía pública, los grupos tampoco podrán ser de más de 10 personas. Ésa es la norma general también para actividades turísticas o de ocio, también en la naturaleza. Se recuerda que el botellón está prohibido y el aforo de las piscinas queda reducido al 60% y con una estancia de no más de tres horas. En los entierros y velatorios sí se permite hasta 30 personas como excepción, y el resto de celebraciones quedan reguladas por las normas generales para el culto. En cuanto a las residencias, que son competencia de las diputaciones, se fijan unas pautas generales para todo Euskadi: PCR obligatoria a los nuevos residentes y empleados con 72 horas de antelación, un solo visitante y como máximo durante una hora diaria y salidas limitadas para los mayores. Habrá excepciones para acompañamiento de los que estén “en el proceso final de la vida”.
elDiario.es/Euskadi
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