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Euskadi superará los 5.000 millones de presupuesto sanitario en 2025 y no teme al crecimiento de los seguros privados

Escaleras del hospital de Cruces, el más grande de la red de Osakidetza.

Iker Rioja Andueza

Vitoria —

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El consejero de Salud, Alberto Martínez, ha explicado este lunes en un encuentro con los medios de comunicación en Bilbao que el presupuesto de su cartera de 2025 superará los “5.000 millones” de euros y que será la “primera vez” que se alcanza semejante volumen económico. Un altísimo porcentaje es de gasto comprometido para abonar los costes de personal. En 2024 ha rondado los 4.900 millones. Martínez, inmerso en los trabajos para la búsqueda de un pacto para mejorar el estado de la Sanidad pública, ha admitido que “han aumentado los seguros privados” en Euskadi en los últimos años pero ha mostrado su convicción de que eso no responde a desconfianza de la ciudadanía en la calidad de Osakidetza.

“Es verdad, han aumentado por el confort de que a uno le vean inmediatamente. El problema de la accesibilidad no vamos a negarlo. Pero cuando uno tiene un problema grave, Osakidetza se lo resuelve. Cuando uno se pone enfermo de verdad, va a Osakidetza”, ha recalcado el consejero Martínez, que ha querido enfatizar que él siempre ha ejercido en la red pública. Y ha añadido: “El porcentaje que dedica nuestro sistema a la privada es del 5%, la comunidad autónoma que menos gasta en atención privada. [El objetivo es] Que todo lo que se pueda hacer lo hagamos en Osakidetza. Soy un defensor de la Sanidad pública, aunque tiene que existir la privada. Pero Osakidetza vamos a intentar fortalecerlo al máximo”. Jamás defenderá para Euskadi el modelo estadounidense, ha garantizado.

Martínez ha recordado que esta semana se celebra la segunda reunión del pacto sanitario, abierto en septiembre. Ese foro sienta al Gobierno con la oposición, con sindicatos, con colegios profesionales, con asociaciones, con universidades y con otros agentes del ámbito de la Salud. El consejero ha lamentado la ausencia de ELA, el principal sindicato vasco, y ha explicado que se han enmendado algunas ausencias para dar cabida a ESK, a la central SAE, a pacientes de enfermedades mentales o al colegio de ópticos. Y ha reafirmado su veto a Vox al entender que la ultraderecha no cree que Euskadi haya de tener competencias en la materia, por lo que no habría acuerdo posible. Tampoco cree necesaria la incorporación de plataformas locales en defensa de la Sanidad pública.

De cara a la reunión, el coordinador del foro, Javier Meana, cuya labor ha destacado Martínez, realizará una “síntesis” entre el “diagnóstico” realizado el primer día por el Gobierno de Imanol Pradales y las “aportaciones” de los invitados. Las hay de más de 800 folios, según ha contado. EH Bildu, principal fuerza de la oposición, entregó 150 en cada idioma oficial. Eso sí, ha advertido de que si no existe un consenso básico en esta primera fase quienes se descuelguen no podrán continuar en la mesa, particularmente de cara a la tercera fase, la de las medidas concretas. “Quien no acepta la fase previa no continúa en las siguientes”, ha dejado claro, aunque desde el convencimiento de que los consensos son posibles porque “la actitud ha sido muy positiva”. Eso sí, ha dicho que este foro no pretende suplantar las competencias de la comisión de Salud del Parlamento Vasco o de la mesa sectorial con los sindicatos de Osakidetza.

“Tengo la sensación de que vamos a llegar a un acuerdo”, ha repetido el titular de Salud, que sustituyó a Gotzone Sagardui y que asegura haber mantenido contacto con su predecesora. Sin embargo, algunas de las medidas del nuevo Ejecutivo de Pradales suenan a enmienda de totalidad al equipo anterior. Dos casos: reabrir el segundo PAC de Vitoria o el fin del plan de cierre del servicio de cirugía cardíaca de Bilbao. De hecho, el consejero ha llegado a decir que la “pérdida de consensos en la política y con los sindicatos” es otro elemento “muy importante” del deterioro de la imagen de Osakidetza. “No hemos conseguido ningún acuerdo de convenio en quince años”, ha puesto como ejemplo.

Martínez ha parecido dibujar dos planos. Por un lado, el pacto sanitario seguirá sus ritmos. Pradales marcó marzo de 2025 como horizonte para los acuerdos y que un año después se empezarían a notar los cambios. Martínez entiende que la fase de medidas será la más costosa y, por ello, se ordenarán en seis subapartados. Sin embargo, por otro lado, se actuará con “urgencia” en los ámbitos de contratación o listas de espera. De hecho, ha repetido que todas las acciones estratégicas han de diseñarse “sin perjuicio de otras acciones inmediatas”.

¿Cómo imagina el nuevo consejero la Sanidad vasca del futuro? Entiende que Euskadi parte de un “nivel asistencial potente y efectivo” que se traduce en los mejores datos de mortalidad, supervivencia y calidad de vida casi del mundo pero que se enfrenta a un “tsunami” del envejecimiento. Euskadi tiene que encarar cambios en sus hábitos y tener en cuenta factores ambientales para entender el futuro. Y “humanizar” la atención porque “la empatía cura”. El objetivo es que “los pacientes salgan vivos pero vivos para la vida”. Ha ofrecido como dato que la previsión es que la esperanza de vida se estire otros seis años aunque solamente dos de ellos serán funcionales. A la vez, Euskadi es con diferencia donde más ansiolíticos y antidepresivos se consumen y ello obligar a situar la atención de la salud mental en primer plano.

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