Reducen el estrés, mejoran la salud mental y rebajan el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares. ¿Cuál es la receta? Más áreas verdes residenciales, que, según un metanálisis publicado por el Instituto de Salud Global de Barcelona en colaboración con la Universidad de Colorado y la Organización Mundial de la Salud, tienen efectos positivos sobre la salud. Pese a que la mitad de la población del planeta vive en ciudades que suelen contar con pocos espacios de este tipo, se ha demostrado que están ligados a la reducción del número de muertes prematuras.
El análisis, que se centra en nueve estudios con más de ocho millones de personas en total, estima el efecto protector en una reducción del 4% en la mortalidad por cada incremento de un 0,1 en el índice de vegetación a 500 metros o menos de la vivienda. “Los resultados apoyan intervenciones y políticas que incrementen los espacios verdes como estrategia para mejorar la salud pública”, apunta David Rojas, primer autor del trabajo.
“Ciudades más sostenibles y habitables”
Los resultados del análisis se van a utilizar para estimar el número de muertes prematuras que se podrían evitar en ciudades de todo el mundo si se aumentasen las infraestructuras verdes. Pero las ventajas no se limitan únicamente al ámbito de la salud. “Los programas de incremento del verde urbano no solo son clave para promover la salud pública, sino que también aumentan la biodiversidad y mitigan el impacto del cambio climático, haciendo que nuestras ciudades sean más sostenibles y habitables”, asegura Mark Nieuwenhuijsen, también investigador de ISGlobal.
Los espacios verdes urbanos tienen, asimismo, un efecto refrigerante, de tal manera que proporcionan comodidad tanto física como psicológica a las áreas urbanas cercanas.