Los extremos ideológicos en el Parlamento Vasco, EH Bildu primero y PP después, han intentado arrancar al lehendakari, Iñigo Urkullu, un pronunciamiento cercano a sus posiciones de la cuestión catalana. Pero no lo han conseguido. Urkullu, durante nada menos que siete intervenciones durante la sesión de control al Gobierno celebrada este viernes en la Cámara -la primera desde junio-, ha insistido en apartarse de vías unilaterales -eso sí, sin críticas directas a Carles Puigdemont- pero también de las fórmulas exclusivamente “judiciales, penales y policiales” del Gobierno de Mariano Rajoy -al que sí ha apelado por las cargas policiales del 1-O-. El presidente vasco ha reiterado que su fórmula es la de un referéndum legal y pactado con el Estado, a lo que ha añadido su deseo de “diálogo” y “mediación” en Cataluña: “No pienso esperar al choque de trenes y al descarrilamiento, mucho menos alentarlo”.
“Diálogo, mediación y acuerdo frente a las decisiones unilaterales y la vía judicial, penal y policial”, ha enfatizado Urkullu en un momento de la sesión, monopolizada por la situación catalana en puertas de una posible declaración de independencia tras el referéndum del pasado domingo, suspendido por el Tribunal Constitucional. “Mantengo todo lo dicho desde el 29 de agosto, todas mis declaraciones son públicas. Ratifico todo lo que he dicho palabra por palabra”, ha despejado el lehendakari ante la batería de preguntas de la oposición. En un momento, además, ha aludido a gestiones discretas en privado para buscar salidas, aunque no ha aportado más datos.
A Maddalen Iriarte (EH Bildu), quien ha defendido con vehemencia la vía unilateral y los resultados del 1-O por verla “legal, legítima y vinculante”, le ha afeado que hable de Cataluña “pero sólo de una parte”. “Le agradecería que hablara de Cataluña en su conjunto. Solidaridad sí, pero a toda Cataluña”, ha solemnizado Urkullu.
Y a Alfonso Alonso (PP), quien ha hablado de que Cataluña y el resto de España están al borde del “abismo”, le ha contestado apelando a la “estabilidad institucional” y a lo positivo de los acuerdos que Euskadi y el Estado han alcanzado recientemente. “Hemos reconocido los acuerdos positivos en el Concierto Económico y en Seguridad. Refuerzan la bilateralidad con garantías. Son acuerdos que pueden servir de modelo”, ha remarcado.
Urkullu también se ha referido a esta cuestión en las preguntas de Elkarrekin Podemos y de su propio partido, el PNV. Con Lander Martínez, portavoz de la coalición que integra a Podemos, IU y Equo, ha coincidido en poner en valor el modelo de “claridad” de Canadá para resolver las aspiraciones soberanistas de Quebec. Urkullu, que viajará a la región francófona en las próximas semanas en un gesto cargado de simbolismo, ha indicado que “la ley de claridad es un modelo inspirador” y que desea “conocerlo de propia mano”.
En su intervención en respuesta a la pregunta de Iñigo Iturrate (PNV) ha indicado también su deseo de cumplir el Estatuto de 1979, del que restarían 37 competencias según un informe presentado por el Ejecutivo hace unas semanas y que fue enviado al Estado. Según Urkullu, avanzar en el autogobierno es “construcción nacional”. Y, en referencia al PP, ha recordado que el Estatuto es una ley -para más señas una ley orgánica de las Cortes Generales- y que quienes reiteran su apuesta por la legalidad no pueden obviarlo. Alonso le ha matizado después que Euskadi es “soberana al 93%” porque gestiona ese porcentaje del total del presupuesto.
En el arranque de la sesión de control al Gobierno del Parlamento, la totalidad de las preguntas televisadas y que tradicionalmente son las que marcan los titulares de la jornada han girado en torno a Cataluña. La totalidad excepto la del PSE-EE, que había incluido en el orden del día un asunto de Vivienda, un área que gestiona en el Ejecutivo de coalición con el PNV. El portavoz Eneko Andueza lo ha justificado como un deseo de estar pegados a los problemas y “emergencias” reales de la ciudadanía. No obstante, Andueza se ha visto forzado a realizar un análisis sobre la situación catalana apelando al PNV al cumplimiento del acuerdo de Gobierno. También el consejero de Vivienda, Iñaki Arriola, el hombre fuerte de los socialistas en la coalición, ha usado su intervención para realizar una metáfora marinera y pedir al lehendakari que no se deje atrapar por “cantos de sirena” que lleven al “naufragio”. “Queremos un país en el que quepamos todos. Tengo confianza en nuestro piloto”, ha dicho Arriola sobre Urkullu y la salud del acuerdo de PNV y PSE-EE.