El exdirigente del PNV de Álava Koldo Ochandiano ingresa en prisión por corrupción
El exdirigente del PNV de Álava Koldo Ochandiano, condenado a siete años de prisión en el marco del 'caso De Miguel' de corrupción, ha ingresado este miércoles en la prisión alavesa de Zaballa, según informa 'El Correo' y confirman fuentes penitenciarias. La Audiencia Provincial de Álava, después de desechar todos sus recursos e incluso no ver acreditados los problemas de salud que había alegado, le dio esta semana un ultimátum de 72 horas para que se presentara en un centro de su elección porque, de lo contrario, se enviaría a la Policía.
Ochandiano es el segundo condenado en esta trama que entra en la cárcel. Lleva desde mayo cumpliendo su pena, de una duración similar, el también excargo del PNV y exdirector de Juventud en el Gobierno vasco Xabier Sánchez Robles. En las próximas horas vence también el plazo 'voluntario' para que sea encarcelado el líder de la trama, Alfredo de Miguel, que tiene una pena de doce años (nueve de cumplimiento máximo efectivo). Hay un cuarto exdirigente peneuvista pendiente de nuevas revisiones médicas, Aitor Tellería. Tanto De Miguel como Ochandiano y Tellería, en todo caso, han reclamado un indulto político al Gobierno de España que aún no ha sido resuelto.
Ochandiano, que fue dirigente del Araba Buru Batzar y que ha ocupado otros cargos en sociedades públicas, conformó con Tellería y De Miguel una empresa pantalla llamada Kataia Consulting que fue empleada para recaudar comisiones y blanquear dinero. Estaba a nombre de las esposas de los tres políticos. En el origen de la trama, era contable del parque tecnológico de Miñano, donde la empresaria Ainhoa Alberdi dio la alerta de que había irregularidades. Ocupó ese puesto hasta hace unos meses, cuando fue despedido por la sentencia firme de este caso.
En su domicilio apareció una de las pruebas clave de la trama, el denominado cuaderno B.14 con anotaciones sobre comisiones, dinero negro y otros movimientos económicos de Kataia Consulting y del resto de sociedades de la trama. Trató durante el proceso de anular esa prueba por tierra, mar y aire llegando a acusar a la Ertzaintza de haberla manipulado para incriminarle. Tras la condena, ha alegado problemas de salud, tanto físicos como mentales, pero el informe forense estimó que podían ser tratados en prisión o con salidas. La esposa del expolítico, Iratxe Gaztelu-Urrutia, sí ha logrado una suspensión de la pena.
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