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La familia y miles de personas salen a la calle para exigir que se localice a Joaquín en Zaldibar: “No podemos llevar flores a un vertedero”

La familia de Joaquín Beltrán, en el acto de homenaje en Zalla.

Maialen Ferreira / Iker Rioja Andueza

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“No podemos llevar flores a un vertedero”, clama la familia de Joaquín Beltrán, uno de los dos trabajadores sepultados por el alud de residuos del vertedero de Zaldibar desplomado hace ahora justamente un año. A diferencia de Alberto Sololuze, su cadáver aún no ha sido rescatado aunque el Gobierno vasco ha prometido que llegará en abril a una zona en la que espera tener un resultado positivo. Como ellos, miles de vascos han pedido justicia para las víctimas este sábado en numerosos puntos. También demandan que se investiguen hasta el final las causas de un suceso que se ha convertido en una de las mayores crisis medioambientales de Euskadi.

En la pequeña localidad de Zalla, con poco más de 8.000 habitantes y situada a 24 kilómetros de Bilbao, resuena el nombre de Joaquín Beltrán por cada esquina. Su nombre se lee en carteles colocados en ventanas y balcones, en la plaza del pueblo y es coreado cada jueves desde que desapareció en Zaldibar entre una montaña de escombros hace un año junto con su compañero Alberto Sololuze. Desde entonces, su familia y vecinos se reúnen cada semana con un único sueño: que por fin lo encuentren también como ocurrió con la segunda víctima, cuyos restos fueron localizados en agosto.

Este sábado decenas de vecinos han recorrido las calles del pueblo hasta la plaza Euskadi en honor y recuerdo de Joaquín y Alberto, pero también para exigir justicia. “Hoy no es un día fácil. Es un día al que nunca debimos llegar. Hoy se cumple un año del derrumbe del vertedero de Zaldibar (...) Pedimos que no cese la búsqueda de Joaquín y que se empleen los medios para encontrarlo. Seguiremos dando apoyo a las familias. Exigimos que se depuren todas las responsabilidades, tanto de la empresa privada Verter Recycling como de los responsables políticos que han permitido que se llegue a este punto. Pedimos al Gobierno vasco que la gestión de los vertederos sea pública y que no siga en manos privadas que buscan el beneficio económico propio por encima de la salud de los trabajadores y de la ciudadanía”, han señalado desde la plataforma Zaldibar Argitu.

Bajo una pancarta en la que se leía en euskera el mensaje “Un año, Joaquín y Alberto en el recuerdo. Seguiremos hasta esclarecer”, los familiares de Joaquín han encabezado la manifestación. “No podemos hablar, solo queremos que acabe esto e irnos a casa. Está siendo muy duro”, ha señalado una de las familiares de Joaquín a elDiario.es/Euskadi.

Más tarde, la familia ha rendido un homenaje a Joaquín en la misma plaza con unas palabras de “eterno agradecimiento” a los vecinos, que al igual que ellos “no se han olvidado de Joaquín”. “Con vuestro compromiso de no parar hasta encontrar a Joaquín, nos permitís mantener viva la posibilidad de descansar algún día”, ha expresado Marta Álvarez, la cuñada de Beltrán, en un acto en el que por primera vez han estado presentes sus hijos y su mujer.

En un emotivo discurso, Marta ha pedido “encarecidamente” en nombre de la familia “a los representantes institucionales, que esta misma mañana han dicho que van a completar la búsqueda”, que esas palabras “impliquen el compromiso de que el sellado del vertedero no se va a producir hasta que aparezca Joaquín”. “Por favor, no nos quitéis la esperanza de traer a Joaquín de vuelta a casa”, ha señalado.

En una esquina de la concentración Gorka Belasko, lápiz en mano, dibuja lo que va ocurriendo en un cuaderno negro. “Vengo a todas las manifestaciones que puedo y dibujo lo que veo en ellas. Es un momento único que congrega a personas de todo tipo y se ve la unión que lamentablemente ha surgido de un momento tan trágico como este”, ha explicado a este periódico este vecino de Zalla.

Belasko ha editado un pequeño libro con todos los dibujos que ha ido realizando de manifestaciones y concentraciones por Alberto y Joaquín. Uno de ellos, dibujado en una pancarta gigante, decora la plaza Euskadi junto al nombre de los dos trabajadores. Es su forma de rendir un homenaje que, como al resto de los vecinos de esa localidad, le gustaría dejar de hacer cuanto antes, una vez logren encontrar el cuerpo de Joaquín.

En Eibar, por el contrario, no hay dibujo. Lo que hay son dos siluetas negras apoyadas en dos sillas vacías que recuerdan a las dos víctimas por su nombre de pila en el centro de la plaza Unzaga, bajo el Ayuntamiento, el primero de España en el que se izó la bandera de la II República. Frente a ellas, un par de ramos de flores. Allí también se han movilizado en este aniversario centenares de personas con un formato compatible con las distancias que marca la pandemia de coronavirus. Algunos niños han levantado la mirada del móvil al paso de la protesta para gritar también “Argitu!” ('esclarecimiento', en euskara).

En una pequeña mesa, miembros de la plataforma Zaldibar Argitu recaudaban fondos. Quieren personarse como acusación en los procesos penales abiertos contra Verter Recycling, la empresa gestora del vertedero. “Es imprescindible depurar responsabilidades. Zaldibar Argitu se personará como acusación popular en la causa que investiga el desastre del vertedero en favor del interés general y para que la voz de los ciudadanos esté en el juicio”, se podía leer en los pasquines que se repartían a los asistentes. Son dos las causas abiertas, una por el posible “homicidio imprudente” –los gestores de la empresa ya han abonado una fianza– y la otra por los delitos medioambientales. Ambas están en fase inicial.

La planta está en Zaldibar, en Bizkaia, pero la carretera de subida hasta la montaña se encuentra literalmente a dos pasos del final de Eibar y de Gipuzkoa. El dueño de Verter Recyling, José Ignacio Barinaga, es eibarrés y el entonces consejero de Medio Ambiente, el socialista Iñaki Arriola, fue alcalde de la localidad. Esta ciudad también sufrió la contaminación de dioxinas y furanos que provocaban los incendios que durante días siguieron al derrumbe. En la manifestación, algunos de los presentes han singularizado sus críticas al Gobierno vasco en la persona de Arriola, ya no responsable de Medio Ambiente pero ahora aún como consejero de Vivienda y Transportes y cuya dimisión han demandado. Los movilizaciones se han repetido en la vecina Ermua, ya en Bizkaia, y también en la propia Zaldibar. También ha habido homenajes a Alberto en su localidad de residencia, Markina.

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