El aeropuerto de Vitoria, ubicado en Foronda, languidecía hace diez años. Un ataúd en la desierta terminal era la metáfora de una situación límite que implicaba reducción horaria a 12 horas de operatividad, que no hubiera vuelos regulares de pasajeros, despidos de trabajadores y zozobra en la actividad carguera por la desaparición de las operaciones con productos perecederos y frescos. En julio de 2012 la estadística oficial de Aena, el operador estatal aeroportuario, cifró en solamente 731 los viajeros totales, 23 diarios, que es menos de la mitad de las plazas que tiene un autobús de línea normal. Una década después, el mismo dato en el mismo mes se ha multiplicado hasta 25.386, 818 cada jornada. Las instalaciones vuelven a estar operativas las 24 horas del día, la terminal ha sido reformada, hay ocho destinos de pasajeros y la logística sigue creciendo. “Seguiremos trabajando para mejorar estas cifras y reforzar la capacidad del aeropuerto”, ha afirmado con estos números en la mano el diputado general de Álava, Ramiro González, que estima que al cierre de año se superarán los 200.000 pasajeros, que sería de largo el mejor registro desde 2004.
Foronda fue inaugurado en 1980. La terminal se ubica al norte del casco urbano y, a diferencia de los aeródromos de Donostia o Bilbao, dentro del término municipal de Vitoria. Está bien comunicada por autovía (la de Altube) y autopista (la Vitoria-Eibar) y dispone de aparcamiento gratuito y transporte público. Ofrece también restauración. La ciudad ha tenido una larga tradición aviadora unida a figuras como la de Heraclio Alfaro Fournier y tuvo un campo de aviación en Lakua y, sobre todo, otro en Zalburu (actual Salburua, junto a Elorriaga).
Estas instalaciones llevaron el nombre del general golpista Emilio Mola, ya que el avión en el que se estrelló durante la Guerra Civil partió de la ciudad. De hecho, en aquellos años las pistas alavesas fueron base de las aviaciones aliadas de Francisco Franco enviadas tanto por la Italia de Benito Mussolini como por la Alemania de Adolf Hitler. De aquí partieron buena parte de los aparatos que bombardearon Gernika, por ejemplo. El General Mola fue inaugurado como José Martínez de Aragón en 1935 y ampliado al comienzo de la Guerra Civil, pero su actividad fue intermitente en las décadas siguientes. De hecho, la N-I atravesaba las pistas y complicaba las operaciones. Con Foronda, Vitoria contó con un aeropuerto de grandes prestaciones. Un informe elaborado precisamente en 2012 para el Gobierno vasco remarcaba que era de largo la mejor infraesructura aeroportuaria vasca por la longitud de sus pistas y la amplia llanada en la que se enclava. Loiu está encajonado entre montañas y el viento suele condicionar algunas maniobras y Hondarribia tiene una pista que acaba abruptamente en el mar y los aviones han de salir al espacio aéreo de Francia. Foronda es la única terminal con capacidad para disponer de vuelos intercontinentales y, de hecho, han aterrizado cargueros ucranianos Antonov, los más grandes del mundo.
Según González, Foronda presenta en la actualidad cifras “históricas”. “Confirman nuestra apuesta compartida por la Diputación Foral de Álava, el Gobierno vasco, el Ayuntamiento de Vitoria y la Cámara de Comercio de Álava”, abunda. En sus palabras hay una gran anomalía, ya que en el listado no figura el titular único del aeropuerto, que es el Estado a través de Aena. Tampoco forma parte de la sociedad de promoción creada en 1994 y que recibe el nombre de VIA, Vitoria International Airport. El Ejecutivo autonómico de Iñigo Urkullu defiende la transferencia de la gestión de los aeropuertos dentro de la lista de competencias pendientes del Estatuto de 1979. Sin embargo, aunque la comunidad autónoma tiene reconocida esa competencia el Estatuto también matiza que el Gobierno central podrá mantenerla si considera que son instalaciones de interés general. En Catalunya, por ejemplo, ello ha implicado la existencia de dos redes. Los principales aeropuertos -Josep Tarradellas Barcelona-El Prat, Reus, Girona-Costa Brava y Sabadell- los gestiona Aena y el ente autonómico aeroportuario se limita a las terminales de Lleida y Pirineos, de menor relevancia.
En la actualidad, el de Vitoria está consolidado como el cuarto aeropuerto de España en actividad carguera solamente por detrás de Adolfo Suárez Madrid-Barajas, Josep Tarradellas Barcelona-El Prat y Zaragoza. Ha llegado a ser el tercero de la red de Aena. En 2021 alcanzó su máximo con 72.529.181 kilogramos movidos. Los datos hasta julio adelantan un posible nuevo récord también en 2022. La cifra actual acumulada es ya un 24% superior a la de todo 2012. “Los magníficos datos consolidan su posición entre los grandes aeropuertos cargueros del Estado”, sostiene González. Tienen base en Vitoria grandes compañías como Fedex, UPS o DHL. “Ésta última tiene en Foronda su 'hub' aéreo para España y Portugal y terrestre para todo el norte de España y el suroeste de Francia. Realiza desde Vitoria más de 50 movimientos terrestres y 28 aéreos diarios de lunes a viernes”, remarca la Diputación. Algunos de los primeros cargamentos con vacunas contra la COVID-19 llegaron precisamente al aeródromo de Vitoria. Loiu no mueve ni el 1% de las mercancías de Foronda y en Hondarribia no hay actividad apreciable de este tipo.
En cuanto a pasajeros, Foronda tuvo un primer florecimiento hacia 2006 y 2007 con la llegada de Ryanair con subvenciones públicas. Pero la compañía de bajo coste con pabellón irlandés abandonó abruptamente Foronda en aquel momento y consolidó otras bases cercanas como Santander o Biarritz. De unos 170.000 viajeros en aquellos años llegó un desplome total hasta los 7.000 en 2013 ó 2014. También se fue el puente aéreo con Madrid. En 2014 se experimentó con un vuelo al JFK de Nueva York operado por Iberia. Viajaron 203 personas y la subvención pública fue de 200.000 euros, esto es, de 1.000 euros por usuario. Antes se presentó a bombo y platillo la llegada de una aerolínea nueva, Hellit, con conexiones a Badajoz y Barcelona. Pero también fracasó. Así que las instituciones públicas volvieron a jugar la carta de Ryanair, que ya en 2017 supuso una fuerte subida de pasajeros de 36.000 a 84.000. Ya en 2019, antes de la pandemia, se superó el registro histórico de 2007.
Pero en 2020 todo cambió. Una de las conexiones de Ryanair es la de Vitoria con Bérgamo, en la Lombardía italiana. Ambas capitales fueron puntos de llegada de la gran pandemia en el invierno de 2020. Los pasajeros cayeron a 43.757. 2021, todavía un año con muchas restricciones, dejó más de 125.000. En lo que va de año ya han sido casi 130.000, más de 25.000 solamente en julio. Aena -que no ha querido participar en este reportaje- tiene ocho destinos con salida o llegada a Vitoria. Binter vuela a Canarias y Ryanair a Elche, Málaga, Sevilla y Baleares en España y a Charleroi en la región belga de Valonia, a Bérgamo en el norte de Italia y a Colonia en Alemania. A finales de 2020 se aprobó una partida de casi 5 millones de euros en subvenciones a Ryanair -se indicó desde VIA que fue la única compañía que se presentó- lo que garantiza estas conexiones al menos hasta 2025, aunque se van ajustando frecuencias según las temporadas. La contrapartida de estas ayudas es promoción turística del territorio. Hondarribia tiene también ocho destinos (nacionales con excepción del vuelo a Londres) y Loiu se ha consolidado con una amplia oferta en el ámbito europeo.
“En el futuro habrá que retomar el proyecto de un vuelo transoceánico para Foronda”, señaló en una entrevista con este periódico en abril González, preguntado por su promesa electoral de 2019 de sondear una línea con Miami. el aeropuerto de Foronda ha aguantado muy bien la crisis producida en el mundo de la aviación como consecuencia de la pandemia. “Ha aguantado mejor que el resto de aeropuertos. Ahora, cuando la pandemia está quedando atrás, vemos que sigue aumentando el número de operaciones de carga y el número de toneladas. Y hemos tenido una Semana Santa extraordinaria en pasajeros con más destinos que nunca, tanto en líneas regulares como en vuelos chárter. Pero creo que todavía quedan potencialidades que aprovechar”, añadió entonces. En operaciones, que son cada avión que sale o llega a Foronda sea de pasajeros, de carga, chárter, de servicios o recreativo, hubo 12.681 en 2021, casi las mismas que en 2004. En 2022 también podría superarse el máximo en dos décadas.
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