Es la primera vez que Sara Rodríguez, de Madrid, pasea por la Gran Vía bilbaína. Recorre las tiendas, come algún que otro “pintxo” por el Casco Antiguo y, cómo no, no se pierde su visita al Museo Guggenheim. Tras recorrer Bilbao hay una cosa que le ha llamado la atención más que el no lograr descifrar lo que esconden las palabras en euskera: la gran cantidad de turistas extranjeros que se ha encontrado durante su estancia.
Y es que, en particular este verano Euskadi ha llamado la atención de ciudadanos de otros países por grandes acontecimientos como el rodaje de la nueva película de Woody Allen en la playa de la Concha y diferentes lugares de San Sebastián en julio; el Europride, la fiesta del Orgullo más importante a nivel europeo o la visita casi obligada a San Juan de Gaztelugatxe después de haber sido escenario de la famosa serie Juego de Tronos. Todas estas citas encuentran detractores entre ciertas partes de la población vasca, que critican que Euskadi está siendo, en los últimos años, foco del turismo masivo alejado del conocido como turismo de calidad y que el aumento de los alojamientos turísticos como Airbnb está incrementando el precio de los alquileres de los pisos de las zonas centro en las ciudades vascas.
Para evitar situaciones en las que la población vasca vea el turismo como algo negativo, la consejera de Turismo, Comercio y Turismo del Gobierno vasco Sonia Pérez Ezquerra (PSE-EE) ha indicado que es importante Euskadi cuente con “un turismo sostenible en todas sus vertientes, no solo en la económica y medio ambiental, sino también en la social”. Es decir, en la percepción que tiene la población en cuanto al turismo y en cuanto a los beneficios de riqueza y empleo que este genera. Ha destacado que “con los datos en la mano, Euskadi no cuenta con un turismo de intensidad alta, ni un turismo masificado. Otra cosa es que en momentos puntuales se pueda tener esa percepción”. Para sostener esos argumentos se ha basado en los datos de EUROSTAT que sitúan a Euskadi “muy por debajo de la media de España” en intensidad turística, en el puesto 16 de 19 con una intensidad del 3,56. La media española es de 10,1 y la europea de 6,1.
“Las ciudades no pueden cambiar para ni por el turista”
“En esos momentos puntuales tampoco se puede decir que sea el turista extranjero ni tan siquiera turista de otras comunidades. Muchas veces somos los excursionistas y dentro de Euskadi. Lógicamente hay que trabajar para que esta percepción sea positiva para la población local. Las ciudades no pueden cambiar para el turista ni por el turista. Lo que entendemos en el Gobierno vasco y todas las instituciones que trabajamos en estas estrategias de sostenibilidad es que el turista tiene que disfrutar de nuestra cultura, de nuestras tradiciones y convertirse en un ciudadano temporal siendo responsable”, ha afirmado Pérez durante la presentación en Bilbao del balance de turismo del verano y de los 8 primeros meses de 2019 en Euskadi.
Acerca de los datos que han presentado este miércoles, Pérez ha destacado que el sector del turismo en Euskadi supone un 6,1% del PIB, 103.000 empleos anuales, un 10% del total, y “crece por encima de la economía”. Entre enero y agosto 2,5 millones de personas han visitado Euskadi, un 3,1% más que durante el mismo periodo de 2018. Por territorios, el 46,5% de los turistas que acuden a Euskadi pernoctan
en Bizkaia, un 40% en Gipuzkoa y un 13,5% en Álava. En cuanto al crecimiento en los meses de enero a junio, con respecto al año anterior, el turismo ha tenido un repunte de un 4.2% frente al 0,9% de subida que se ha registrado en los meses de julio y agosto, lo que, según han indicado “confirma el efecto desestacionalizador que se aprecia en los últimos 3 años”.