La ola de COVID-19 que vive Euskadi -la séptima y no la sexta como en otras zonas de España- está empezando a parecer un tsunami. La incidencia de 724,78 casos por cada 100.000 habitantes a 14 días -que no ha tocado techo ni se prevé que lo haga a corto plazo -ha dejado ya atrás los picos de agosto de 2020 y de las olas que siguieron a la Navidad y a la Semana Santa a comienzos de este año. En Gipuzkoa, por ejemplo, ya se ha superado la tasa más alta de toda la pandemia al alcanzar un valor de 1.177,17. Y de manera clara -a pesar de los mensajes públicos y de que no se han adoptado más restricciones que el pasaporte COVID- esta ola está dejando más presión hospitalaria que la ola anterior de verano, con 336 hospitalizados en general y 70 en UCI por 229 y 50 con un volumen de contagios similar a finales de julio. Eso sí, con los mismos valores y sin vacunas, hace un año había 566 ingresados y 106 en UCI. Con la letalidad ocurre lo mismo: más que en verano y mucho menos que el pasado año.
Del 29 de noviembre al 5 de diciembre se han notificado en Euskadi 9.158 casos positivos de coronavirus, un 48% más que la semana anterior. En 93 semanas de pandemia, es el tercer peor registro. Solamente los días en que caen las pruebas (en festivos se hacen casi la mitad por sistema) se aprecia un descenso de los contagios. Y es que la tasa de positividad (porcentaje de infectados en relación a los diagnósticos totales) no solamente permanece estable sino que está ya por encima del 13%. El umbral que la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera crítico ya es el 5%. Son ya siete días seguidos por encima del millar de casos diarios y todo apunta a que habrá un nuevo máximo diario próximamente. Hasta ahora es de 1.801 el 21 de julio.
Más del 70% fuera del rastreo
Todos los indicadores muestran que la ola ni ha tocado techo ni tiene esa cumbre próxima después de nueve semanas de crecimiento. El R0 sigue muy claramente por encima de 1, lo que implica que cada caso genera más de un infectado y que la cadena sigue expandiéndose. La media es de 1,23 pero en Bizkaia y Álava es algo superior incluso. Además, con los datos de la última semana la proyección es que el siguiente lunes la tasa de incidencia marque unos 900 en Euskadi y casi 1.500 en Gipuzkoa. Además, sigue cayendo el porcentaje de casos detectados por la red de rastreo. Son apenas un 27% por el 32% de hace una semana, lo que indica que el 73% de los positivos se escapan del radar. El máximo deseable es del 50% para considerar controlada una ola. La tasa de incidencia entre escolares de Primaria (de 6 a 12 años, todavía no vacunables) supera ya los 2.000 puntos, cinco veces más que en los estudiantes de Secundaria ya protegidos. Con todo, los contagios suben en todas las franjas de edad sin excepciones con ritmos de entre el 26% y el 62% semanal.
¿Cómo se refleja esto en los hospitales? Son 336 las personas que permanecen hospitalizadas con COVID-19 en la actualidad por 207 de hace dos semanas y 278 de hace una semana. Justo antes del puente se apreció un volumen importante de altas en planta, previsiblemente para atender una mayor demanda de ingresos en los días festivos. La media diaria es de 43 y entre el 29 de noviembre y el 5 de diciembre fueron al hospital 307 personas, un 11% más que la semana anterior. En la semana 74 de la pandemia (finales de julio) se llegó a un máximo de 10.321 contagios y los ingresos fueron 304. Un 45,7% de los que dan positivo ya tienen síntomas en el momento de la recogida de muestras. El 64% de los ingresados tienen de 60 años en adelante pero la pasada semana ingresaron cinco menores de 18 años y 28 jóvenes hasta 40 años. No hay datos desglosados para conocer la situación particular de Gipuzkoa.
En cuanto a la mortalidad, Osakidetza ha notificado 25 decesos de personas con COVID-19 del 26 de noviembre al 2 de diciembre frente a 21, 11, 12, 14 y 12 de las semanas anteriores. Eso sí, entiende que en seis casos el Sars-Cov-2 no ha sido la causa directa del 'exitus letalis'. En los últimos días dos personas quincuagenarias han perdido la vida, seis sexagenarios, tres septuagenarios, diez octogenarios y cuatro nonagenarios o centenarios. Son ya 4.885 los muertos totales en la pandemia y para los más mayores, de manera invariable, sigue teniendo una letalidad del 25% en caso de contagio. ¿Es más o menos que en otras olas? En la semana con más volumen de casos de julio hubo 15 decesos totales pero sí hay una diferencia apreciable con respecto a 2020: hace justamente un año se notificaron 101 defunciones en solamente siete días.
elDiario.es/Euskadi
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