El delegado del Gobierno de España en Euskadi, el socialista Denis Itxaso, ha presentado este jueves en Vitoria el desglose de partidas de los presupuestos generales del Estado que afectan a Euskadi. Ha mostrado su desazón por el hecho de que se vean estas cuentas exclusivamente a la luz de las inversiones y, en concreto, del calendario para las obras de la 'Y vasca' de alta velocidad, pero las principales reflexiones que ha lanzado han llegado precisamente en ese capítulo. La primera es que el Ejecutivo se mantiene firme en el deseo de que el proyecto esté concluido en 2026 y la segunda es que se da por hecho que los primeros trenes AVE llegarán a paradas “provisionales” en Vitoria y Bilbao mientras que en Donostia en 2022 se darán avances sustanciales en la reforma de la estación de Atotxa.
El gasto territorializado de las inversiones previstas en 2022 asciende a 568,8 millones de euros, 489,6 en gasto directo y otros 79,2 abonados indirectamente con un descuento en el Cupo, que es la aportación que abona Euskadi al Estado por los servicios que presta en la comunidad autónoma. Son 196,89 millones en Gipuzkoa, 182,79 en Bizkaia y 109,89. Itxaso ha recalcado que son “millones de euros” y no solamente euros. “Me faltan muchas emes”, ha bromeado sobre las cifras de la presentación de Power Point que le ha acompañado en la comparecencia ante los medios de comunicación. De ese dinero, el 59% son las previsiones de inversiones en la alta velocidad. Aquí incluye la 'Y vasca' en sí misma, los denominados corredores TEN-T -nodos de transporte estratégicos para la Unión Europea que reciben fondos comunitarios-, el descuento de más de 70 millones por el dinero que adelanta el Gobierno vasco en el ramal guipuzcoano de este mismo proyecto y también los “estudios” para la conexión hacia Madrid vía Burgos y Valladolid.
Como adelantó este periódico, las cuentas prevén también ya la conexión hacia Navarra con un coste total de casi 300 millones -aunque no en 2022- y adscriben ese gasto a la provincia de Álava cuando políticamente aún no se ha definido si se prioriza la conexión Vitoria-Pamplona a la Ezkio/Itsaso-Pamplona. “Hasta donde yo sé, no está tomada la decisión. Esa partida no presupone que se haya tomado una decisión. Pero, en fin, es hasta donde yo sé”, ha respondido Itxaso sobre este punto. En similares términos se ha expresado su homólogo navarro, José Luis Arasti: “En principio esa decisión todavía no está tomada. Es verdad que hay unas partidas que afectan al tramo de Vitoria, pero esa decisión todavía no está tomada y se deberá tomar conjuntamente entre el Gobierno central y los Ejecutivos navarro y vasco”.
Lo que sí ha dejado claro Itxaso es que los retrasos en la definición de los accesos del AVE a Bilbao y a Vitoria son un hecho. Ni hay partidas presupuestarias ni está planificado cómo serán los soterramientos que demandan los respectivos alcaldes, Juan María Aburto y Gorka Urtaran, ambos del PNV. “No es esperable ni realista pensar que se va a ejecutar en 2022”, ha admitido Itxaso. Así las cosas, la fecha de 2026 “deja fuera esa integración” que implica no solamente el corredor ferroviario sino grandes cambios urbanísticos y se plantea un modelo provisional que, en todo caso, no se concreta tampoco. Lo que sí ha certificado Itxaso es que las “garantías” que piden las instituciones locales de que la provisionalidad no supondrá dejar de trabajar en un plan definitivo serán concedidas. El Gobierno de España “se compromete al 50%” del coste total de ambas operaciones. En Álava ya está claro cómo se repartirán las cargas Gobierno vasco, diputación y ayuntamiento pero en Bizkaia la institución foral que dirige Unai Rementeria no se ha expresado aún con claridad.
Eso sí, es previsible que los números, fechas y proyectos varíen fruto de las negociaciones que emprenderá un Gobierno en minoría como es el de Pedro Sánchez con los socios vascos y especialmente con el PNV, que ha situado el desarrollo de la alta velocidad como una de sus prioridades. “Obviamente el Gobierno busca apoyos”, ha señalado Itxaso, aunque ha asegurado que la propuesta es “un ejercicio de realismo” con fondos que se consideran ejecutables “realmente”.
Al margen de la alta velocidad, el Estado prevé también fondos para la red convencional y dinero para compensar el déficit que representa el servicio, que no se cubren con los billetes que se venden. Habrá igualmente 46,5 millones para el puerto de Santurtzi y 18 millones para Pasaia. La red de aeropuertos recibirá unos 7 millones para obras, se destinarán 15 millones para la plataforma logística de Júndiz, en Vitoria, o 3 millones para las marismas de Orio. El Estado seguirá costeando las obras de construcción de la nueva cárcel de Zubieta, en Gipuzkoa, a pesar de que desde el 1 de octubre la gestión de Prisiones compete ya al Gobierno vasco. El acuerdo incluía una permuta cuando esté lista Zubieta: el Gobierno central recuperará el viejo edificio de Martutene.
Itxaso ha querido destacar que los presupuestos también contemplan programas generales que benefician a los vascos. Ha citado las políticas de vivienda, los bonos culturales (23.000 jóvenes), la revalorización de las pensiones o del IMV (hay 542.000 y 27.600 beneficiarios, respectivamente), el bono social térmico (51.000 hogares), las ayudas a la dependencia (87.000 afectados) o las becas educativas (2.000 estudiantes), la subida del SMI o los complementos de los ERTE. “Estas grandes bolsas de recursos van a jugar un papel muy importante”, ha concluido Itxaso, que ha aludido a la “oportunidad” que suponen unos presupuestos expansivos para afrontar la recuperación tras la crisis motivada por la COVID-19.