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El Gobierno de Pradales y EH Bildu llegan al día clave de los presupuestos sin acuerdo y a la vez sin querer romper

Nerea Kortajarena, de EH Bildu, en un acto político

Iker Rioja Andueza

Vitoria —

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El Gobierno de Imanol Pradales, que tiene mayoría absoluta y ninguna necesidad de pactar los presupuestos de 2025 con la oposición, ha llegado a las últimas horas antes de las votaciones de las enmiendas en comisión con una supuesta negociación abierta con EH Bildu, el gran rival del PNV en las urnas. “Si hubiese acuerdo sería anunciado pero tampoco hay desacuerdo”, explicaba una fuente pasadas las 20.00 horas como resumen del clima de desconcierto imperante en la tramitación de las primeras cuentas de la legislatura. Muchos observadores entienden que el único obstáculo para no ser más claros en el 'no' es no dar la imagen de ser el causante de la ruptura.

Las conversaciones las alentó precisamente EH Bildu al demandar allá por octubre un acuerdo “global” con PNV y PSE-EE que incluyera al Ejecutivo autonómico y a las tres diputaciones. En Álava y en Gipuzkoa nacionalistas y socialistas no tienen mayoría y precisan apoyos. Pradales despachó pronto esa propuesta. Dijo que era cara y que vulneraba la autonomía de cada ámbito institucional. Tan es así que PNV y PSE-EE han pactado con el PP en Gipuzkoa y con EH Bildu en Álava para sortear la minoría. ¿Y en el ámbito vasco? Las conversaciones fueron paralelas a otras con otras formaciones. Hubo un momento en que el hombre de los números, Noël d'Anjou, llegó a verbalizar que podría pactar igualmente a diestra y siniestra, sin decantarse por una u otra opción ideológica.

EH Bildu y la delegación del Gobierno, en la que se sumó el estrecho colaborador del lehendakari Mikel Iriondo, secretario general de la Presidencia, tuvieron seis reuniones hasta este martes. Ese día, EH Bildu no hizo como el resto de la oposición y no pidió la devolución de las cuentas con una enmienda de totalidad. Acto seguido, se celebró en el mismo Parlamento la séptima reunión. El Ejecutivo ha asegurado textualmente que había entregado a EH Bildu una última propuesta. La contraparte lo niega. De hecho, Nerea Kortajarena, la segunda de Pello Otxandiano, había anunciado una entrevista en Radio Euskadi para esta noche en la que iba a concretar posturas pero el titular que ha dejado es que la víspera del plazo final ha sido un día “desierto”, es decir, sin avances. Y ha añadido, como aparente contraposición, que Álava ha sido un ejemplo de “voluntad” para los acuerdos.

Y eso que EH Bildu ha reducido la negociación en Euskadi a dos únicos puntos. Por un lado, Vivienda, y con una propuesta menos onerosa que la inicial, de 350 millones de euros. Y, por otro lado, impulsar un SMI vasco más alto que el español por el nivel de vida más caro. Eso sí, es algo ya pactado con PNV y PSE-EE en 2022, la única ocasión en que las tres fuerzas han coincidido en unos presupuestos vascos. Nunca se llegó a desarrollar. Que la coalición haya dejado fuera exigencias en Osakidetza o en Emakunde, por ejemplo, le ha generado críticas, principalmente del sindicato ELA.

Kortajarena ha señalado que, a falta de acuerdo como tal, el Gobierno podría votar las dos propuestas de EH Bildu en la comisión de presupuestos. Sin embargo, la práctica habitual en estas negociaciones es que se voten transacciones compartidas por los firmantes de los pactos. A las 20.30 horas del miércoles no las había, aunque desde primerísima hora habrá parlamentarios de guardia para poder hacerlas, si fuese necesario. En todo caso, aunque no haya acuerdo alguno, sí habrá cambios. Como público este periódico, PNV y PSE-EE ya tienen preparadas sus propias autoenmiendas para introducir ajustes en las cuentas con relación al proyecto original.

Aseguran que parte de esas iniciativas están inspiradas en lo que han escuchado a la oposición en estas semanas de conversaciones. Son 15 millones en medidas económicas para planes como comprar furgonetas de la Ertzaintza o el segundo PAC de Vitoria, cerrado hace unos años. También, por cierto, hay un guiño al impulso a un SMI más alto a través de la negociación colectiva. Además, se plantean dos retoques legislativos para mejorar el programa de ayudas juveniles Emantzipa y hacer expropiaciones en casos de proyectos de utilidad pública. La comisión también votará dos ajustes simbólicos que sí están acordados, incluso con Sumar, que se opone frontalmente al Gobierno. Se trata de dinero para la causa saharaui y para la defensa de Pablo Ibar, preso en Estados Unidos.

Para rizar el rizo, hay interpretaciones parlamentarias que alientan a que, técnicamente, hasta el propio pleno final y habitualmente intrascendente de ratificación de los presupuestos habría margen para el acuerdo. Esa sesión está programada para el 20 de diciembre y cerrará el año político en Euskadi. Eso sí, EH Bildu ya avisó el martes que se daba 48 horas para resolver el enigma. No más. “Quizás el Gobierno se lo esté pensando. Mañana es un día importante”, ha ironizado Kortajarena sobre lo que puede suceder en una comisión que, además, se celebrará a la misma hora en la que el Gobierno para presentar sus planes de mejora de la atención primaria de Osakidetza de cara a 2024 y 2025.

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