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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

La urgencia del Gobierno vasco para que los vertederos cercanos a Zaldibar acojan sus residuos tensiona a las tres provincias

La situación de las empresas vascas es delicada tras el derrumbe de Zaldibar, puesto que siguen produciendo residuos industriales que el vertedero vizcaíno solía acoger, y, por lo tanto, necesitan una alternativa para deshacerse de ellos. Así lo ha alertado la portavoz de la Diputación de Gipuzkoa, Eider Mendoza, que ha puesto sobre la mesa la opción de parar la producción de esas empresas si no se les ofrece una solución al problema.

En Euskadi existen cuatro vertederos públicos que podrían hacerse cargo de los residuos que se encuentran en Zaldibar y de aquellos que seguiría acogiendo, de no haber sido por el derrumbe que hace 20 días sepultó a dos trabajadores del vertedero. Se trata de las instalaciones Jata-Lemoiz y Artigas en Bizkaia, que son propiedad de la Diputación vizcaína; del vertedero de Epele, en Gipuzkoa, cuya dueña es la Mancomunidad de Debagoiena, y Gardelegi, propiedad d el Ayuntamiento de Vitoria.

El Gobierno vasco ha sido claro con los propietarios de estos vertederos: en un plazo máximo de dos días deberán remitir un “compromiso fehaciente” para acoger parte de los residuos que hasta ahora se trasladaban a Zaldibar y concreten la capacidad que tienen para la recepción inmediata de los desechos. Según el departamento de Medio Ambiente del Ejecutivo vasco, realizando una serie de adaptaciones, Jata-Lemoiz y Artigas podrían acoger 550.000 toneladas de residuos; Epele, tras su puesta en marcha, 350.000 toneladas; y Gardelegi, un millón de metro cúbicos de residuos.

Bizkaia y Gipuzkoa dicen “no” por ahora

La primera en pronunciarse ha sido la Diputación Foral de Bizkaia, y ha sido para señalar que los vertederos vizcaínos “no pueden acoger en el corto plazo los residuos industriales que se llevaban a Zaldibar”, puesto que los vertederos forales disponen de autorización ambiental para la recogida exclusiva de residuos sólidos urbanos, “no para los industriales”. Además, ha incidido en que la celda de vertedero foral de Artigas está “prácticamente colmatada”, por lo que “va a obligar a reabrir el vertedero de Jata y realizar obras de adecuación en este último depósito para recibir los residuos domiciliarios que se gestionan en Bizkaia”.

A pesar de que en un primer momento la Diputación de Gipuzkoa propuso la reapertura de Epele (desde 2018 el vertedero no acoge más residuos) como una salida para los residuos industriales de las empresas, la Mancomunidad de Debagoiena -propietaria del vertedero- ha desmentido esa afirmación y ha señalado en un comunicado que, por el momento, no se ha mostrado “dispuesta” a la reapertura del mismo para la recogida de residuos industriales. En su lugar, la presidenta de la Mancomunidad, Maite Antón ha indicado que se trata de una decisión que se debe estudiar y que la tomarán “en las próximas semanas”. Para ello, ha señalado que los técnicos están realizando “los estudios técnicos y económicos necesarios”.

Vitoria, la única con datos pese al rechazo de la oposición

El único que ha proporcionado por ahora los datos concretos de la cantidad de residuos que puede asumir es el Ayuntamiento de Vitoria, que ha declarado que el vertedero municipal de Gardelegi en la capital alavesa, podría llegar a admitir la entrada de 23.000 toneladas de residuos de Zaldibar catalogados como 'No Peligrosos', según el informe técnico que ha redactado el Departamento de Territorio y Acción por el Clima.

En dicho informe, se establece que en la actualidad existen alrededor de 23.000 toneladas de residuos catalogados como 'No Peligrosos' generados en el Territorio Histórico de Álava, que no estaban entrando en el vertedero alavés y que, “a priori”, podrían ser admisibles en el vertedero público municipal. Esta cantidad supondría un 23% más de la basura anual que ahora está recibiendo y un 3% de la capacidad restante del vertedero.

Este ofrecimiento ha generado el rechazo de la oposición en el Ayuntamiento de Vitoria. EH Bildu ha señalado que “Vitoria-Gasteiz no va a pagar las consecuencias de la mala gestión del vertdero de Zaldibar” y que no ofrecerán Gardelegi “para acoger residuos que contaminen nuestros suelos y puedan resultar perjudiciales para la salud pública. No vamos a permitir que la mala praxis de un vertedero privado se acabe pagando en un vertedero público”. El PP ha lamentado que “el Gobierno de Gorka Urtaran ha salido rápido a hacer un ofrecimiento sin garantías, sin saber ni si Gardelegi cumple los requisitos ni si puede garantizar la seguridad”, haciendo referencia a que desde la semana pasada el Ayuntamiento se ofreció a la posibilidad. Por su parte, desde Equo han destacado que “la situación actual del vertedero de Gardelegui, con grietas y filtraciones, hace imposible admitir unos residuos peligrosos. No hay capacidad técnica ni de infraestructura para ello”.

Es por ello que, e l concejal de Acción por el Clima, César Fernández de Landa, ha querido recalcar una serie de condiciones para la aceptación de los residuos: que sean admisibles en el vertedero según las condiciones de aceptación marcadas en la AAI; que cumplan los requisitos establecidos en el reglamento de explotación del vertedero y que no incluya ningún residuo peligroso, ni siquiera el fibrocemento con fibras de amianto, en ninguna de sus presentaciones, “puesto que el vertedero de Gardelegui ni tiene autorización para recepcionarlo ni contempla solicitarlo”.

A pesar de la disparidad en las provincias, la viceconsejera de Medio Ambiente, Elena Moreno, ha sido tajante al recordar tanto a los vertederos públicos como a los privados de Euskadi que “la administración ambiental podrá tomar, mediante resolución motivada, las medidas de urgencia que sean precisas para que dichas infraestructuras reciban los mencionados residuos en caso de que fuera necesario”, lo que supondría una “ejecución forzosa”.

Nueva maquinaria para encontrar a los desaparecidos

Por otro lado, este miércoles se cumplen 20 días desde la desaparición de Alberto y Joaquín tras el derrumbe y las labores de búsqueda de estos dos trabajadores se han retomado en las zona donde se encontró el coche de uno de ellos. Para ello, este martes se ha contado con la incorporación de una maquinaria construida especialmente para realizar las labores de búsqueda, un peine con cinco cuchillas que criba la tierra.

“La situación sigue siendo grave, pero está controlada”

El lehendakari, Iñigo Urkullu, ha liderado la reunión de la Mesa Interinstitucional de seguimiento del derrumbamiento que ha tenido lugar a última hora de este martes 25. En ella han participado además de la Diputación Foral de Bizkaia, los Departamentos de Medio Ambiente, Planificación Territorial y Vivienda; Seguridad; Salud; Trabajo y Justicia, así como Josu Erkoreka en su calidad de portavoz del y los alcaldes de Zaldibar, Ermua, Eibar, Mallabia y Elgeta, localidades afectadas.

Tras la reunión, la valoración de los trabajos realizados es “positiva”. Han recalcado que “la situación sigue siendo grave, pero está controlada”, en lo que a salud pública y seguridad de las personas que trabajan en el vertedero respecta y han destacado que la fase actual en la que se encuentran es la de “concentración de todos los esfuerzos en la búsqueda de las personas desaparecidas”.

“La salud pública de las personas del entorno está controlada y monitorizada permanentemente. La calidad del aire, del agua y de los alimentos producidos en la zona es correcta y se sigue monitorizando a través de la recogida de muestras que son posteriormente analizadas en laboratorios de referencia”, han detallado.

La posibilidad de reactivación de algún foco del incendio, como ocurrió el pasado jueves, sigue existiendo, no obstante, desde la Mesa Interinstitucional han señalado que se ha puesto en marcha un “operativo especifico” que garantiza actuaciones preventivas para “reducir al máximo dicho riesgo” y, en el caso de que se produjera algún foco, las medidas a adoptar “permitirían su extinción en unas horas”.

En cuanto a la seguridad de los trabajadores que están realizando las labores de rescate de Alberto y Joaquín, han determinado que gracias a “un protocolo de alerta temprana y monitorización” de los posibles movimientos del terreno, se daría una “señal de prealerta y se activarían los mecanismos de seguridad necesarios” con el objetivo de minimizar los riesgos de posibles accidentes.