En una sesión bajo el signo de la pandemia y con algunas bajas entre sus señorías por ser casos positivos o contactos de COVID-19 (al menos cinco, entre ellos los portavoces en la comisión de Salud de Elkarrekin Podemos-IU y PP+Cs, Jon Hernández y Laura Garrido), el Parlamento Vasco ha aprobado este jueves en su último pleno de 2021 la norma económica fundamental de 2022, los presupuestos. No ha habido ninguna sorpresa relevante en el debate, ya que el esquema venía prefijado de antemano. El Gobierno de Iñigo Urkullu, una coalición de PNV y PSE-EE, comparecía con mayoría absoluta y, además, con el acuerdo ya público con EH Bildu, que se ha abstenido “a cambio de mejoras representativas”. “No vamos a hacer la revolución con lo conseguido ni se van a dar grandes transformaciones, pero hemos conseguido que la respuesta que estos presupuestos ofrecen en determinados ámbitos sea mejor que la que ofrecía el proyecto original del Gobierno”, ha solemnizado la coalición mientras, a la vez, apoyaba también los presupuestos de Navarra en la votación que se daba a la misma hora en Pamplona y en un contexto en el que también tiene cerrada su postura sobre los de España.
“Hemos conseguido mover al elefante”, ha explicado la portavoz este jueves de la coalición abertzale, Nerea Kortajarena, que ha optado por usar un turno largo de 30 minutos para explicar lo que, a su juicio, es y no es realmente el pacto. Consiste en unos 250 millones en partidas concretas más algunos compromisos políticos. Sobre el punto en el que se alude a repensar desde la negociación colectiva el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) para ajustar al mayor nivel de vida en Euskadi que en el resto de España, EH Bildu estima que esa mejora podría ser del 20%. Serían casi 200 euros más a los 965 (en 14 pagas) anunciados por el Gobierno central. También ha destacado que se han adquirido los compromisos “más importantes de siempre” en torno a la I+D+I “dejando atrás objetivos difusos” y que habrá un “sistema propio” de control de precios del alquiler de viviendas. Igualmente, Kortajarena ha subrayado que habrá ayudas para garantizar el “bienestar energético” ante el “atraco” de las compañías (y también que se deja de hablar de “pobreza energética”).
Por otro lado, EH Bildu ha enfatizado que los 30 millones para “reforzar” la atención primaria son cruciales en un contexto de desbordamiento ante la nueva ola de la COVID-19. La coalición ha hecho equilibrios entre su tradicional postura de oposición frontal a la gestión de la pandemia y su rol como socio ocasional presupuestario. Han denunciado a la vez los recortes y el desmantelamiento de los equipos creados para atender los positivos e ingresos en otras fases desde 2020 -“¡vamos como pollos sin cabeza!”- pero han considerado que “la inversión de 30 millones” puede ser “el principio de un nuevo camino”. “Veremos”, ha dejado en el aire Kortajarena.
La coalición Elkarrekin Podemos-IU, por boca de Miren Gorrotxategi, ha señalado expresamente que EH Bildu no debería sumarse a un pacto de esta naturaleza con PNV y PSE-EE precisamente por los problemas en el Servicio Vasco de Salud (Osakidetza) y ha querido hacer ver sus aparentes contradicciones. “Déjenme ahora que me dirija brevemente a los compañeros de la bancada de la oposición, a los parlamentarios de EH Bildu. Se equivocan ustedes con este cálculo tacticista a corto plazo. No estamos ante otra ley de presupuestos. El cambio de rumbo decidido en esta administración debía llegar ahora. Y ustedes, lamentablemente, están amparando los recortes y las enormes limitaciones que incorpora esta ley. Resulta extremadamente grave porque el trabajo ímprobo de compañeras suyas como Rebeka Ubera, titular de la comisión de Salud, la dirección de su partido ha dejado en papel mojado. Resulta triste comprobar que ni siquiera han estudiado a fondo la ley. Y es que su apoyo a estas cuentas nada tiene que ver con las cuentas en sí, que son malas para la ciudadanía y el país, sino con la política del espectáculo y del pobre cálculo electoral. Déjenme decirles que se están deslizando por un sendero muy sinuoso. Y déjenme recordarles también que todo ha cambiado. No estamos en 2019. En definitiva, este presupuesto consolida la falta de inversión en Sanidad pública, las altas tasas de temporalidad, la sobrecarga sistemática de trabajo, la escasez de medios humanos y materiales, los recortes de las condiciones laborales, la privatización de servicios y la inacción ante el colapso de la atención primaria. No estaría muy desencaminada si dijera que el Gobierno vasco tiene como ejemplo a seguir la política sanitaria de la señora Ayuso”, ha espetado.
Desde la bancada de EH Bildu, Kortajarena ha replicado sutilmente que la ausencia de medidas y los problemas para articular una respuesta a la nueva ola supone “la confirmación de que hay una ley antipandemia que nunca ha servido para nada”. Era un dardo a Elkarrekin Podemos-IU, que pactó el contenido de esta ley con el Gobierno de PNV y PSE-EE antes del verano y que entonces sí defendía intensamente los pactos con el Ejecutivo de Urkullu. Además, se da la circunstancia de que a la misma hora la coalición de izquierdas sumaba sus votos a nacionalistas y socialistas por tercer año en el Ayuntamiento de Vitoria.
Las portavoces de PNV y PSE-EE, Itsaso Berrojalbiz y la exconsejera Sonia Pérez, se han felicitado por la aprobación de las cuentas. “Hoy es uno de esos días en el que una se sienta orgullosa por el trabajo realizado”, ha enfatizado la primera. Ambas han señalado que estos presupuestos priorizan el gasto en Salud. “Nos alegramos de haber llegado, a través del diálogo y la negociación, al acuerdo con el principal grupo de la oposición, EH Bildu, que refuerza aún más este proyecto presupuestaria”, ha señalado Pérez.
Desde la bancada de PP+Cs, Luis Gordillo ha denunciado que el Gobierno y su socio han rechazado 1.500 propuestas concretas. “No presentamos 30. No presentamos 200. No presentamos 300. Le presentamos hasta 1.500 enmiendas. Pensé yo que, bueno, de 1.500 a lo mejor por vergüenza, chico, una igual nos iban a admitir. Pero tampoco. De 1.500 enmiendas que hemos presentado ni una sola ha sido buena”, ha protestado Gordillo, que ha insistido en que la propuesta del Gobierno “en la práctica” supondrá una subida de impuestos. Mirando a Madrid, a Isabel Díaz Ayuso, ha insistido: “Hay comunidades que tienen muchas menos competencias fiscales que están aumentando la recaudación bajando los impuestos. ¡Tela!”. La ultraderecha de Vox ha afirmado que “sólo el apoyo de EH Bildu, aunque sea en forma de abstención, es razón de peso para recharzarlas”.
Tras la sesión, terminada con deseos de una feliz (y saludable) Navidad, todo el hemiciclo ha aplaudido al letrado Eduardo Mancisidor por su jubilación. Después, prueba de la nueva sintonía un grupo de representantes de EH Bildu se ha reunido de manera informal en los pasillos con el consejero de Economía y Hacienda, Pedro Azpiazu. Éste ha afirmado ante los periodistas que si la pandemia continúa condicionando la economía vasca el Gobierno “no va a escatimar en recursos para combatir la pandemia”. “El Gobierno va a emplear todos los recursos que hagan falta para hacer frente a la COVID-19, todos”, ha garantizado. De momento, tiene ya a su disposición 13.108 millones desde el 1 de enero.