El Gobierno vasco negocia 'in extremis' con las empresas de transporte escolar para garantizar que haya servicio en todas las rutas de la escuela pública vasca, y no se repita la crisis del año pasado, cuando alrededor de 10.000 escolares se quedaron sin autobús durante dos semanas. El departamento de Educación manda un mensaje de “tranquilidad” a las familias, porque se lleva “negociando todo el verano” para que se pueda tener el servicio a tiempo y el acuerdo está cerca, dicen. Pero lo cierto es que faltan apenas diez días para el inicio del curso escolar el próximo 6 de septiembre y, como ocurrió el año pasado, muchas rutas están sin cubrir porque los contratos han quedado desiertos, por lo que el departamento está intentado negociar con las compañías nuevas condiciones.
En total se han quedado desiertos los contratos de 81 rutas de un total de 219 en Álava y Gipuzkoa. En concreto, en territorio alavés no ha habido propuestas para 39 de 128 rutas, mientras que en Gipuzkoa, han quedado desiertas 42 de 91. En Bizkaia todo el contrato ha quedado desestimado por el Órgano Administrativo de Recursos Contractuales vasco (OARC), que estimó parcialmente el recurso presentado por una empresa de transportes contra la licitación de transporte escolar en este territorio por las condiciones impuestas a los concurrentes, lo que ha obligado a Educación a rehacer en buena parte el camino planteado en la licitación. Es decir, el proceso, iniciado por el departamento que dirigía Jokin Bildarratz no ha empezado precisamente con buen pie, y la 'patata caliente' del transporte ha pasado de lleno a la nueva consejera, lo que supone todo una prueba de fuego a dos meses de estar en el cargo.
La nueva consejera de Educación, Begoña Pedrosa, ya ha pedido públicamente a las familias que “tengan tranquilidad”. “Estamos trabajando con las empresas del sector y podemos decir que estamos llegando a acuerdos para que este servicio se dé con toda seguridad, para principios de curso. Así que tranquilidad y a seguir trabajando”, señalaba al ser preguntada al respecto en un acto público. Sin embargo, desde el departamento de Educación no han querido dar datos sobre los contratos que ya pueden estar asegurados a la espera de poder anunciar un acuerdo global que garantice un inicio de curso tranquilo.
El conflicto de transporte escolar es ya un clásico del arranque del curso desde varios años. Hace dos, en 2022, se llegó a un acuerdo justo el día antes del arranque del curso con una subida de un 24,1% para ajustarlo al incremento de la inflación. El año pasado fue todavía peor. Las empresas decidieron de forma mayoritaria dejar desiertos los concursos por considerar que el importe ofertado por la administración no cubría sus gastos y el departamento de Educación denunció esta actitud ante la Autoridad Vasca de la Competencia (AVC) por pactar los precios, amenazó con hacerlo ante la Fiscalía -aunque no llegó a plantearse la denuncia- y dictó una orden de ejecución forzosa para que las empresas que prestaban el año anterior el servicio lo tuvieran que realizar. Las empresas recurrieron y se plantaron durante dos largas semanas, especialmente para las familias que tuvieron que buscar alternativas de transporte. Posteriormente se compensaron estos gastos por parte del Gobierno vasco.
El conflicto se cerró, pero está claro que en falso, porque este año se está repitiendo el problema, pese a que en el mes de marzo se presentó una propuesta para mejorar un 6% el pago por cada ruta de autobús en el curso 2024/2025.
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