El Gobierno vasco publicará esta semana el proyecto de plan de gestión del lobo, dos años después de arrancar los trámites con la recepción de aportaciones de particulares, colectivos ecologistas, ganaderos y diputaciones forales tras incluirlo en el catálogo vasco de especies protegidas en el año 2020. El Departamento de Industria, Transición Energética y Sostenibilidad ha confirmado que el proyecto de plan de gestión del lobo “se encuentra elaborado” y que el consejero Mikel Jauregi firmó el pasado 5 de septiembre la orden “por la que se aprueba con carácter previo el proyecto de orden para aprobar el plan de gestión del lobo (canis lupus) en Euskadi”, según señala en una respuesta parlamentaria por escrito a instancia de la parlamentaria del PP Ana Morales.
Fuentes del departamento han señado que este plan se publicará esta misma semana, por lo que será a partir de ese momento cuando arrancarán los trámites de audiencia e información pública del proyecto de plan de gestión para que se realicen las alegaciones pertinentes al mismo e incluirlas si procede en el plan definitivo. Con este plan el Gobierno trata de conciliar la protección de la especie y la ganadería. Y no es una tarea fácil.
De hecho, se va a aprobar en un momento en el que se han incrementado las quejas de los ganaderos por ataques de lobos a sus explotaciones y, por otro lado, es patente el malestar entre los ecologistas porque el anterior Ejecutivo de Iñigo Urkullu se comprometiera con los ganaderos a apoyar que el Gobierno central rebaje el nivel de protección del lobo, uniéndose a otras comunidades autónomas que también han pedido que se rebaje esta protección, como Aragón o La Rioja. El lobo es una especie protegida en Euskadi desde 2020, un año y medio antes de que lo hiciera el Gobierno central. No obstante, el plan de gestión del lobo no hará referencias a este nivel de protección de la especie, que es intocable mientras el Gobierno central lo mantenga en el nivel actual que se extiende a todo el territorio nacional, aunque el Congreso ya está tramitando una proposición de ley que podría modificarlo o dejarlo en manos de las comunidades autónomas.
Este plan de gestión intentará poner medidas para cuidar la especie y, a la vez minimizar los daños a la ganadería. “Estamos expectantes ante lo que contenga este plan”, señala Andrés Illana, portavoz de Grupo Lobo en Euskadi e integrante de Ekologistak Martxan, que asegura no saben nada de ese documento después de que la anterior consejería dirigida por Arantxa Tapia “ni siquiera contestara a nuestras alegaciones”. “No sabemos si habrán incluido alguna de nuestras propuestas o no”, señala. Además lamenta el tiempo que se está tomando el Ejecutivo para desarrollar este plan, teniendo en cuenta que es una especie protegida en Euskadi desde hace cuatro años.
Las aportaciones que se realizaron desde los grupos ecologistas de forma previa a que se realizara el borrador se orientaron, sobre todo, a que se ataje la caza furtiva de esta especie que consideran que es un hecho y constituye un peligro para su mantenimiento en Euskadi. Por su parte, desde sindicatos ganaderos como UAGA hacen hincapié en el sobrecoste que asume el sector por “la imposición de la presencia del lobo en sus explotaciones”.
Este pasado mes de agosto tras denunciar varios ataques de lobos a explotaciones, desde UAGA estimaban que la presencia del lobo supone cerca de 2 millones de euros por la totalidad de UGM (unidades de ganado mayor) solicitantes de uso de pastos en los comunales que se han tenido en cuenta en el estudio (Sierras de Gibijo, Bajerro, Salvada, Gorbea y Badaia). Esto supone una media de 350 euros por unidad de ganado mayor, siendo el caprino es el sector más afectado, con 468 euros de media.
Por su parte, los ecologistas insisten que hay caza furtiva de esta especie, pese a su protección, y demandan un mayor cuidado a las escasas manadas que existen en estos momentos en Euskadi, y que muestra la situación precaria de la especie. A finales de 2023 Euskadi tenía registradas dos manadas de lobos entre Álava y Bizkaia que estarían compuestas por entre 9 y 11 individuos aunque podría haber también lobos solitarios no cuantificados.
Para llevar a cabo el plan de gestión del lobo que se conocerá esta semana, se realizó una consulta pública previa entre el 8 y el 28 de noviembre de 2023. “En este trámite se recibieron varias aportaciones tanto de particulares con explotaciones ganaderas, como de las asociaciones ecologistas, como Ekologistak Martxan y la Asociación para la Conservación y Estudio del Lobo Ibérico, Ascel”, según señala el consejero en su respuesta a la parlamentaria del PP. Además, antes de la consulta pública previa formal, en diciembre de 2022 se llevó a cabo un proceso de participación social con los agentes sociales (sindicatos agrarios y grupos conservacionistas) y administraciones relacionadas con el tema, “fruto del cual a principios de 2023 se recibieron las aportaciones que dichos agentes quisieron formular”.
No obstante, matiza el consejero que la “instancia adecuada para la aportación formal de alegaciones por parte de los interesados en la elaboración del plan de gestión, es la del trámite de audiencia e información pública al que como ya se ha señalado antes se dará inicio inminentemente”. En cuanto a las aportaciones de las diputaciones forales, señala el departamento que entre julio de 2020 y julio de 2022 se intercambiaron borradores de documentos técnicos tanto del diagnóstico como del propio plan de gestión y adicionalmente se realizaron reuniones específicas con las áreas de medio ambiente y de ganadería de las Diputaciones Forales. En consecuencia, “no se solicitaron informes oficiales, ni se ha recibido informe oficial alguno por parte de las Diputaciones Forales”, sino que los órganos forales “han realizado sus aportaciones en el marco de unos borradores o documentos de trabajo en los que han ido añadiendo comentarios”.
El Gobierno vassco se marca con este plan de gestión de lobo, entre otras cuestiones, “adoptar las medidas necesarias para que la población de lobo alcance un estado de conservación favorable; asegurar la coexistencia entre el lobo y la ganadería extensiva, promoviendo la implantación de medidas de prevención de ataques, de ayuda a la gestión de las explotaciones ganaderas afectadas por el lobo, y de compensación de los daños ocasionados; propiciar la participación de todos los sectores implicados en la gestión del lobo y en su coexistencia con la actividad ganadera; prevenir y perseguir eficazmente la mortalidad no natural de ejemplares de la especie, en particular el furtivismo y el uso de venenos, trampas y otros procedimientos que pueden perjudicar también a la conservación de otras especies y del patrimonio natural en general; y desarrollar los mecanismos necesarios para el seguimiento y el estudio de las poblaciones de lobo.