La polémica por la conferencia de la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, en la que planteó la necesidad de un “cambio cultural” que incluso podría implicar desplazamientos más largos para ir al médico anta la escasez de plantilla en el Servicio Vasco de Salud (Osakidetza) ha generado el rechazo de toda la oposición en el Parlamento Vasco y de todos los sindicatos sanitarios pero también, como segunda derivada, un enfrentamiento del PNV con su socio de Gobierno, el PSE-EE. En la línea del argumentario empleado por PP+Cs, el líder socialista Eneko Andueza ha sugerido en Radio Popular que las elevadas exigencia de euskera son una dificultad añadida para las contrataciones. Y ello ha motivado una inusual réplica no de la titular de Salud sino del consejero competente en política lingüística, Bingen Zupiria, en la que asegura a modo de “puntualizaciones” que Andueza exhibe “falta de conocimiento” y que sus palabras “podrían causar una grave alarma donde no hay motivos para ello”.
“Si hay un déficit de médicos de familia y de otras especialidades creo que los requisitos tendrán que adecuarse para posibilitar que los médicos puedan incorporarse. No podemos pretender que todos los médicos en Euskadi para cubrir las plazas que existan tengan el PL4 y determinados perfiles van a imposibilitarlo muy mucho”, ha señalado Andueza. El PL4 es el equivalente al C2, el nivel máximo de certificación de nivel en el marco europeo.
Zupiria, en cambio, asegura que de las “+/- 27.000 plazas que componen a día de hoy la plantilla de Osakidetza” [sic] solamente se pide PL4 a “unos 20”, que son “alrededor de cinco traductores y 15 técnicos de euskera”. Es el 0,07%, según estos datos. “En los casos de los profesionales (absolutamente todos puestos de medicina, enfermería, celador, auxiliares de enfermería, fisioterapeutas, …) que deben acreditar un perfil lingüístico para acceder a la plaza, el nivel exigido es el B2 (PL2). Esto supone que no se pide ni se valora en ningún puesto del área sanitaria el C1 (EGA) ni el C2 (PL4). Aún así, hay miles de facultativos con el perfil C1 acreditado, a los que esta acreditación no les aporta mayor puntuación ni valoración”, ha detallado Zupiria.
Y añade: “El régimen de perfiles lingüísticos de Osakidetza no genera conflictos de orden laboral entre los profesionales, pues se trata de un proceso de normalización que ha estado guiado por el principio de progresividad. Las afirmaciones del señor Andueza pueden generar preocupación donde, ciertamente, no la hay ni la ha habido. En cuanto al conocimiento del euskera en las plazas para las que es exigido, se han aplicado criterios de: realidad sociolingüística (se pide euskera en las zonas sociolingüísticas con mayor cantidad de vascoparlantes y la exigencia es mucho menor en las que no se da) y tipo de atención sanitaria (se pide euskera en servicios y unidades de atención donde la comunicación oral es más alta -atención primaria- y en los servicios de atención infantil, entre otros). En definitiva, la parte del PNV del Gobierno de coalición de Iñigo Urkullu insiste en que ”no ha quedado plaza alguna de servicios sanitarios de atención a pacientes sin proveer como consecuencia de la exigencia de euskera“. De hecho, ”en los casos en los que se exige euskera y no hay personas con PL acreditado, se contrata sistemáticamente personal sin conocimiento acreditado“.
Este asunto, en todo caso, se suma a otras polémicas cada vez más recurrentes entre PNV y PSE-EE. La pasada semana Andueza protestó por el hecho de Urkullu recuperara propuestas soberanistas para Euskadi en su viaje oficial a Córcega. Andueza accedió al cargo a finales de 2021 y ha creado con Idoia Mendia en los socialistas una bicefalia similar a la que tiene el PNV con Andoni Ortuzar y el propio lehendakari. En este tiempo a los habituales mensajes nacionalistas de crítica a Pedro Sánchez le están acompañando cuestionamientos desde el PSE-EE a sus socios, aunque en ningún momento se ha llegado a poner en cuestión la estabilidad del gabinete compartido.
En cuanto al euskera, tampoco es la primera polémica con los socialistas. Hace unas semanas, la teniente de alcalde en Vitoria, Maider Etxeberria, lamentó la “turra” con el idioma a raíz de unas declaraciones de Joseba Egibar, líder nacionalista en Gipuzkoa y portavoz parlamentario. Y, en 2016, la ahora vicelehendakari Idoia Mendia llevó en su campaña como candidata unos polémicos vídeos sobre el euskera. El exjefe de gabinete de Patxi López cuando era lehendakari y luego alto cargo en la coalición, Andoni Unzalu, llegó a definir la política lingüística como las “concertinas” vascas para limitar el acceso a no vascoparlantes a la función pública.
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