El Gobierno vasco y nueve entidades financieras han firmado este lunes el acuerdo para constituir la Alianza Financiera Vasca con la que se pretende que Euskadi disponga de fondos suficientes para impulsar el tejido industrial y tecnológico vasco desde la “colaboración público-privada”. De entrada, el Gobierno vasco dotará a esta alianza con 1.000 millones de euros a través de Instituto Vasco de Finanzas (IVF). Con esta aportación inicial se espera movilizar 3.000 millones de capital y ahorro privado, “alcanzando una potencia financiera de 4.000 millones de euros durante la presente legislatura”, según ha señalado el lehendakari Imanol Pradales, que ha presidido el acto.
Junto al Gobierno vasco han firmado el protocolo de acuerdo nueve entidades financieras, BBVA, Laboral Kutxa, Kutxabank, las fundaciones BBK, Kutxa y Vital, BasqueFik y Elkargi, en un acto celebrado en el edificio de la Bolsa de Bilbao ante diferentes representantes del mundo empresarial y financiero vasco para escenificar que ante el escenario de incertidumbre internacional Euskadi “asume responsabilidades, suma fuerzas y activa todas las capacidades a nuestro alcance”. “Ante la incertidumbre y el proteccionismo global, un Gobierno tiene la responsabilidad de buscar soluciones para proteger su economía interna”, ha señalado Pradales.
El lehendakari ha considerado que el Gobierno es el que tiene que “dar un paso adelante” y “dar ejemplo”, para lo que ya ha iniciado los trámites para dotar al IVF de 1.000 millones de euros de capacidad financiera adicional para lo que se va a aprobar y remitir al Parlamento Vasco un proyecto de ley de modificación de los Presupuestos de 2025 para autorizar un incremento del endeudamiento a largo plazo. “Estos recursos se dedicarán exclusivamente a la realización de inversiones financieras ligadas a la transformación económica de Euskadi, particularmente las destinadas al sector tecnológico e industrial y a las infraestructuras científicas y energéticas que requiere dicha transformación”, ha manifestado.
Con esta aportación inicial se pretende movilizar al menos otros 3.000 millones de euros de capacidad de inversión privada y llegar a los 4.000 millones de euros. La idea es poder participar en operaciones similares a la que se ha dado en Talgo, empresa en la que el Gobierno vasco entra junto a Sidenor y las fundaciones BBK y Vital. Es decir, que este dinero se destinará a “acompañar operaciones de arraigo empresarial en Euskadi, aprovechar oportunidades de crecimiento empresarial, a través de operaciones de inversión, ampliación o adquisición, o a crear instrumentos y vehículos mixtos para la atracción de capital exterior e impulso a proyectos estratégicos”.
Pradales ha señalado, no obstante, que se trata de “un primer paso, pero no será el único”. En este sentido, ha recordado que está en marcha “una revisión de la normativa reguladora de las EPSV vascas con el objetivo de que parte de sus recursos puedan jugar un rol mucho más activo y relevante en la transformación de la economía vasca y en la atracción de capital externo a Euskadi”. Las EPSV contaban a cierre del mes de enero con un patrimonio de 30.800 millones de euros. Por otra parte, ha señalado que el Instituto Vasco de Finanzas “está analizando la puesta en marcha, este mismo año, de nuevos vehículos e instrumentos público-privados que se puedan sumar a los existentes y a las capacidades de quienes hoy iniciamos este camino”.
El protocolo suscrito este lunes, capitaneado por los consejeros de Hacienda y Finanzas, Noël D'Anjou, y de Industria, Transición Energética y Sostenibilidad, Mikel Jáuregi, las partes expresan su voluntad, entre otros objetivos, de “impulsar el mantenimiento del arraigo y el crecimiento del tejido industrial, empresarial y tecnológico vasco, consolidar Euskadi como Territorio atractivo para la inversión, y mejorar el diálogo público-privado para fortalecer la innovación y la competitividad industrial”. “En definitiva, la nueva Alianza Financiera Vasca busca activar las capacidades financieras propias para contribuir a situar a Euskadi como punta de lanza de la reindustrialización de Europa”, ha dicho Pradales, que ha recordado que esta nueva alianza “no parte de cero”. En este sentido, ha recordado “la solvencia acreditada” de las cuentas públicas vascas “reconocida a nivel internacional”, como se demuestra con la reciente emisión del Gobierno vasco de deuda pública en bonos sostenibles por 7.000 millones de euros, “que ha obtenido una demanda ocho veces superior a la oferta y colocada mayoritariamente entre inversores internacionales”.
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