La Guardia Civil enfada a la Ertzaintza por anunciar una investigación en Gipuzkoa en la que estaba trabajando la Policía vasca
La Guardia Civil ha dado a conocer este jueves la denominada 'operación Amonio', una investigación llevada a cabo por la unidad central operativa de Medio Ambiente del Seprona y que analiza la responsabilidad de cuatro personas de la incineradora de Gipuzkoa en un vertido ilegal de amoniaco en una regata del río Oria. Los hechos se produjeron en mayo y tuvieron una gran afección en la fauna. Este anuncio ha generado malestar en la Ertzaintza -la Policía con competencias exclusivas en Euskadi en investigación de delitos intracomunitarios- ya que sus agentes, tras haber recibido una denuncia, tenían también elaborado un atestado que había sido trasladado a un juzgado de Donostia, según han indicado a este periódico fuentes policiales.
Estas fuentes indican que se trata de una clara “invasión competencial” y que no es la primera vez que se produce tanto con la Guardia Civil como con la Policía Nacional. Según el Estatuto, las funciones de las Fuerzas de Seguridad del Estado en Euskadi la vigilancia de puertos y aeropuertos, el control de fronteras y de flujos migratorios, la expedición del DNI y de los pasaportes, el control de armas y explosivos y el denominado “resguardo fiscal” del Estado. Además, pueden actuar en investigaciones de carácter supracomunitario como el crimen organizado, el terrorismo u otras tramas. El resto de funciones corresponden a la Ertzaintza, que en el caso de los denominados delitos verdes cuenta con una unidad especializada -aunque ha recibido críticas por su escasa dotación-.
Según la información difundida por la Guardia Civil, el Seprona ha intervenido en coordinación con el delegado de Medio Ambiente de la Fiscalía de Gipuzkoa y las diligencias han pasado al juzgado de instrucción 5 de Donostia. El instituto armado se ha encargado de “confeccionar y coordinar los informes de los daños medioambientales” y asegura haber colaborado con organismos del Gobierno vasco como la Agencia Vasca del Agua e instituciones locales y forales.
La investigación ha concluido que durante cuatro días hubo un vertido de amoniaco a las aguas. Se calcula en 2.200.000 los litros contaminados y, al parecer, no era el primer episodio de estas características. Las sustancias tóxicas cayeron al agua en la limpieza de la manguera de un camión de la incineradora, una instalación que generó gran polémica y contestación social. La Guardia Civil apunta a que los técnicos no dieron importancia a los hechos que se han cobrado la vida de cientos de peces de especies como las anguilas, gobios, piscardos o lochas.
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