“La habitación oscura' me ha permitido ver un poco de luz en este tiempo confuso”

La habitación oscura es un espacio cerrado ideado por un grupo de amigos que en un principio la utilizan como un juego sexual trasgresor, a medida de que se van haciendo adultos, seguirán volviendo a ella, pero como refugio de su individualidad y en busca de la colectividad. Con este argumento Isaac Rosa (Sevilla, 1974) buscaba que su última novela 'La habitación oscura' (Seix Barral), aunque resulte paradójico, le permitiera “ver un poco de luz en este tiempo confuso que estamos viviendo”.

Esta novela, aunque no se encuentra dentro del género realista, Rosa la considera como una evolución del realismo, ya que mira la realidad “desde otro lado, desde un punto que no solemos mirar, con extrañeza”. Así, se trata el tema de la situación actual, porque para el autor “escribir sobre esto que llaman crisis es lo normal”, como alguien “que quiere intervenir en su tiempo”. “Hoy lo que resulta extraño no es escribir una novela sobre la crisis, sino escribir sin ser capaz de no ver lo que se tiene alrededor, esa realidad que nos está asediando”, apunta.

El autor de novelas como 'El país del miedo' o 'La mano invisible' se proponía con esta último trabajo “mirar a lo que está ocurriendo”, pero no solo al momento actual, sino a los años precedentes, a los 15 años anteriores, y así “ver un el recorrido que hemos llevado”, porque “parece que cuando pensamos en el tiempo pasado, en los años anteriores a la crisis, parece que eran otros los que estaban aquí”, pero “nosotros estábamos y tomamos decisiones que tenían consecuencias”.

“Oportunidad de intervención social”

Rosa puntualiza que no estaba interesado en hacer una novela de tipo testimonial o convencional “a la que hablar a los demás de consecuencias de los efectos directos de esto que llaman crisis”, ya que para eso está el periodismo, sino que quería ir un poco más allá y explorar las posibilidades que la narrativa tiene para interpretar y ser capaces de entender las complejidades, y al mismo tiempo aprovechar una “oportunidad de intervención social”.

Otro de los debates que se trata en 'La habitación oscura' es el de las tecnologías de control, sobretodo en el terreno laboral. De cómo los móviles pueden servir para controlarnos. Rosa ha querido poner una luz roja sobre este tema, porque esto “está ocurriendo ya”.

A pesar de todo esto, y aunque el mensaje de la novela pueda ser pesimista, el autor asegura que los personajes creen que en esta habitación encuentran el “nosotros” que buscan, el autor considera que la habitación oscura es “todo lo contrario a lo que necesitamos”, porque lo opuesto del individualismos no es el anonimato. Por ello, cree que hoy necesitamos “vernos la cara y hablarnos con luz del día”.