Las Haciendas vascas plantean una cuarta deflactación que deberá encontrar apoyos políticos para salir adelante
Las tres Haciendas vascas, de acuerdo con el Gobierno autonómico, han anunciado para 2024 se intención de aplicar una deflactación del 2,5% en el IRPF, que es detrás del IVA el impuesto más recaudador. Este mecanismo es una fórmula para que las subidas salariales en contextos de inflación no impliquen un salto de tramo en el pago de esta figura, que se liquida cada primavera. Desde que se inició la crisis de precios derivada de la guerra en Ucrania se han producido ya tres deflactaciones anteriores, dos en 2022 (del 5,5% en total) y otra este 2023 (2%). Eso sí, ya en la última de ellas el PSE-EE, socio del PNV en todas las instituciones, torció el morro, al igual que la oposición de izquierdas. La medida tiene que ser ratificada en las correspondientes Juntas Generales pero, tras las elecciones forales, la coalición de nacionalistas y socialistas solamente tiene mayoría absoluta en Bizkaia, mientras que en Álava y Gipuzkoa deberían contar con apoyos externos y solamente el PP es partidario de este tipo de medidas.
La decisión se ha tomado en el Consejo Vasco de Finanzas, un órgano que sienta al Ejecutivo de Iñigo Urkullu con las tres diputaciones y con Eudel, la asociación de municipios vascos. Este foro se tiene que reunir por ley antes del 15 de octubre para fijar una doble previsión de recaudación fiscal, la del cierre del ejercicio en curso y la del siguiente. Este segundo dato es la referencia para el techo de gasto con el que, desde ya, todas las instituciones empezarán a confeccionar sus respectivos presupuestos. La cifra prevista es de 19.000 millones de euros para 2024, un dato de récord y ya con el efecto moderador de la deflactación, que reduce en la suma el peso de los impuestos directos y progresivos frente a los indirectos y lineales (el IVA, fundamentalmente). Supondrá (de concretarse) 100 millones de euros, según los datos que se manejan. Por el contrario, el impacto del nuevo impuesto de Grandes Fortunas -para el que se propone en Euskadi una aplicación más suave que en el resto de España- se considera “mínimo” y, en todo caso, complementario al del ya vigente de Patrimonio.
Los 19.000 millones son 898 más que el cierre estimado de 2023, 18.102 millones. El Gobierno vasco, que copa el 70% del gasto del entramado institucional y el grueso de las competencias, superará previsiblemente los 15.000 millones, los números más altos de la historia. Cuando Urkullu llegó a Ajuria Enea en 2012, su primera propuesta fue de 9.300 millones de euros. El hombre de los números de Urkullu, Pedro Azpiazu, ha dado por buena esa cifra, aunque no se pronunciará hasta que se presente el proyecto el 24 de octubre. Bizkaia y Gipuzkoa harán su propuesta también a finales de octubre y Álava el 14 de noviembre. Sobre la otra medida fiscal contra la crisis inflacionista, la deducción de 200 euros para rentas inferiores a 35.000 euros, no se prorroga en 2024 pero aún en la próxima campaña de la renta se liquidará la correspondiente al segundo de los ejercicios en que se implantó, 2023. Al menos en Gipuzkoa, tiene un impacto mayor que la deflactación, un 33% concretamente.
Un Consejo Vasco de Finanzas feminizado
El Consejo Vasco de Finanzas ha ofrecido en esta ocasión una fotografía mucho más feminizada. Se han estrenado en la mesa dos diputadas generales, la de Gipuzkoa, Eider Mendoza, y la de Bizkaia, Elixabete Etxanobe, las primeras en la historia, y por Eudel ha intervenido Esther Apraiz, alcaldesa de Derio, que ha relevado al exregidor de Vitoria, Gorka Urtaran. Continúan de la etapa anterior el consejero vasco de Economía y Hacienda, Pedro Azpiazu, y el diputado general de Álava, Ramiro González. Todos son miembros del PNV.
Azpiazu ha dibujado un escenario de buenas previsiones macroeconómicas. Se prevé un crecimiento del 1,7% en 2023 y del 2,1% en 2024. Se crearán “del orden de 13.000 empleos este año y 16.000 el próximo”, ha añadido. Ello se traduciría en una tasa “por debajo del 7%”. El titular de Economía y Hacienda ha afirmado que son “previsiones que vienen avaladas por la Airef”. Sin embargo, no ha ocultado que a las incertidumbres de la pandemia y de la guerra en Ucrania se une ahora el posible efecto de otro conflicto bélico en Oriente Medio. También González, Etxanobe y Mendoza han aludido a la “prudencia” en sus perspectivas económicas. “La coyuntura actual puede verse alterada por situaciones imprevistas”, ha sintetizado el alavés.
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