Imanol Pradales, candidato del PNV: “EH Bildu parece que está subida a la ola, pero el PNV es estabilidad y gestión”
El 21 de abril es el cuadragésimo noveno cumpleaños de Imanol Pradales Gil (Santurtzi, 1975), el candidato del PNV en las elecciones vascas. Desconocido hasta noviembre de 2023 para el público en general, particularmente fuera de Bizkaia, donde sí ha ocupado un relevante cargo institucional desde 2015 en la Diputación, fue el elegido para el difícil reto de sustituir a Iñigo Urkullu después de un largo ciclo de 12 años en Ajuria Enea y otros tres en la oposición. Fue siempre la primera opción, según cuenta él mismo. Desde entonces se ha sometido a un maratón intensivo para darse a conocer. Lo mismo sube el monte Serantes que se viste de Freddie Mercury o aparece en la grada del Baskonia o en la puerta de Anoeta. Sus jefes están sorprendidos del kilometraje del coche que le han puesto para recorrer Euskadi, aunque todavía quede carretera hasta la meta.
Cuenta en la entrevista, de 49 minutos y unos segundos y celebrada en Sabin Etxea, el cuartel general del partido en Bilbao, que está “orgulloso” de la responsabilidad. Pero no niega tampoco cierto vértigo. El 21 de abril, quizás por vez primera desde 1986 en unas autonómicas, el PNV se juega la hegemonía política en Euskadi. Admite Pradales que EH Bildu está subida en una “ola” favorable, aunque confía en volver a ganar. Las tres elecciones de 2023 dejaron desgastada la marca y empujaron al PNV a buscar la renovación, la “fuerza nueva”, como ha rezado el lema empleado durante semanas. En el discurso hay autocrítica –“no todo lo hemos hecho bien, ni mucho menos”– pero mucha más confianza en la victoria al entender que la sociedad verá que enfrente no hay “capacidad de gestión” ni tampoco todavía una “condena explícita de la violencia terrorista de ETA” y sí una estrategia de “huelgas” y desgaste.
Sobresale la biografía de Pradales que, de muy niño, fue alumno de Urkullu en una ikastola de la Margen Izquierda de Bizkaia. Es bilingüe y ha realizado algunas intervenciones también en inglés. Estos días el lehendakari ha encontrado sus notas y eran brillantes, aparentemente. También ha sido remero –él prefiere “bogador”– en La Sotera y profesor universitario. Tiene algunas publicaciones que firmó como veinteañero sobre empleo y juventud y ha colaborado con el 'think tank' del PNV en algunos momentos. El influyente dirigente Joseba Aurrekoetxea, delfín en la sombra de Andoni Ortuzar, aparece como uno de sus grandes valedores internos. De familia humilde y con apellidos castellanos –como han querido destacar algunos medios de comunicación–, ha militado en el nacionalismo desde que tiene conciencia política. Se muestra vasco y solamente vasco pero apela a “respetar” los símbolos de España.
Usted es seguidor del Athletic Club. Este sábado se juega la final de Copa en Sevilla. Hay quien dice que esto va a condicionar de manera importante el arranque de la campaña.
No creo que vaya a condicionar el arranque de la campaña. Pero sí creo que en Bizkaia la campaña va a empezar un poquito más tarde. Creo que la gente en Bizkaia está más hoy con el fútbol que con la política. Pero es una impresión; no es que tenga ningún estudio sociológico que lo avale.
No sería la primera vez que en un partido de ese tipo se abuchea el himno de España. ¿Qué le parece?
Hay que respetar siempre los sentimientos y los símbolos.
Es la Copa del Rey. ¿Qué le parece la figura del jefe del Estado?
Es una figura anacrónica. En más de una ocasión lo hemos dicho. En un Estado moderno tiene que pronunciarse la ciudadanía. Respetamos la figura, pero nos parece anacrónica.
Para España, ¿monarquía, república o siendo nacionalista vasco es algo que no es prioritario?
Que haya monarquía o república en el Estado es algo que, en todo caso, se podría someter a referendo popular. Veríamos lo que ocurriría.
¿Qué representa España para Imanol Pradales?
Es un estado en el que en estos momentos estamos los vascos. Hay muchos vínculos de carácter cultural, de carácter económico y de carácter social. Lo que tiene que haber es una buena convivencia y un buen respeto entre los sentimientos de identidad nacional distintos que existen en el Estado. Nosotros siempre hemos reivindicado respeto hacia los sentimientos identitarios de los diferentes pueblos y naciones que conforman el Estado español.
¿Euskadi, Euzkadi o Euskal Herria?
‘Euzkadi’, con zeta, fue el neologismo que creó Sabino Arana. Luego ha tenido una evolución natural y estamos en el ‘Euskadi’, que creo que está reconocido. El concepto de Euskadi es un concepto político. El concepto de Euskal Herria es un concepto cultural fundamentalmente. Como abertzale, el concepto que engloba los siete territorios vascos desde el punto de vista político es el concepto de Euskadi, que ha evolucionado hacia la ese.
¿Vitoria es la capital de Euskadi?
Sí, es la capital administrativa de la comunidad autónoma de Euskadi. En estos momentos no hay ninguna duda.
Una de sus propuestas es lograr “más y mejor autogobierno”. ¿Qué significa exactamente?
Significa que, después de casi 45 años desde que se aprobó el Estatuto de Gernika, hemos aprendido que a veces lo pactado no se respeta. Se han ido cercenando las competencias exclusivas que tiene que tiene este país. No es de recibo y, por lo tanto, toca cerrar esa carpeta. El nuevo estatus de autogobierno al que pueda aspirar este país tiene que blindar algunas cosas. Hablamos de un sistema de garantías. En estos momentos, hay un Tribunal Constitucional que es de parte. Se debería generar algún mecanismo pactado entre el Estado y Euskadi para que hubiera un tribunal que no fuera de parte. Que las interpretaciones no sean arbitrarias. Reclamamos el concepto de la bilateralidad, como con el Concierto Económico. Ahí el Estado y las instituciones vascas se sientan en una mesa que es paritaria y en la que se toman decisiones que son pactadas entre ambas partes. Y tiene que haber un acuerdo entre las partes para que esos esas decisiones vayan adelante. Y, cuando hay un problema de interpretación de elementos de carácter tributario o fiscal, existe una Comisión Arbitral que es también paritaria. Tenemos una gran oportunidad de mejorar el autogobierno y extender ese modelo de Concierto Económico hacia el conjunto de las competencias.
¿Está pensando también en un referéndum de autodeterminación?
Creo que la hoja de ruta la hemos explicado abiertamente. Primero tiene que haber un consenso amplio en Euskadi sobre ese nuevo estatus de autogobierno y tiene que pactarse posteriormente en las Cortes Generales. Por lo tanto, tiene que haber un acuerdo no sólo en Euskadi sino también con el Estado. Y, después, tiene que haber un referendo popular. Ésa es nuestra hoja de ruta.
Lo que describe es el camino ordinario de una reforma del Estatuto. Le preguntaba por un referéndum.
Lo que estamos diciendo también con ese “más y mejor autogobierno” es que queremos que haya un reconocimiento nacional de Euskadi. Es algo que no nos parece descabellado teniendo en cuenta que ya en el Estatut de 2006, con el presidente [José Luis Rodríguez] Zapatero, lograba en el preámbulo un reconocimiento nacional de Catalunya. También es un elemento importante el ejercicio de la capacidad de decisión que le corresponde al pueblo vasco. Por cierto, viene recogida en el Estatuto de Gernika. Ésos son los elementos que nos gustaría incorporar en el nuevo estatus de autogobierno. Somos conscientes de que algunas cuestiones son complejas, de que hay que negociarlas y buscar consensos y equilibrios, pero es nuestro punto de partida para abordar una negociación estatutaria.
Por cierto, han exhibido cierto malestar por la propuesta que ha salido de Catalunya en relación a un posible Concierto Económico “solidario”, dando a entender que no lo es el sistema vasco. ¿Cómo explicaría a alguien de fuera que el sistema sí es solidario?
Nos pareció que había un desconocimiento grande por parte de ERC y del ‘president’ [Pere] Aragonès y de su consejera de Economía. Incidieron especialmente en que el Concierto a la catalana sería solidario e insinuaban que el vasco no lo era. Y la verdad es que los datos hablan por sí mismos. Nosotros somos el 4,63% de la población del Estado y desde el año 1980 pagamos el 6,24% de las cargas del Estado en Euskadi. Es decir, estamos financiando una parte mucho más importante de la que le correspondería en términos de población. Otro tanto si lo que hacemos es compararlo con el PIB. En estos momentos es del 5,96% aproximadamente de la economía española. Pagamos también el 6,24% de la deuda pública que emite el Estado y hay, además, un fondo de compensación interterritorial, del que igualmente pagamos el 6,24%. Además, ese fondo no repercute posteriormente en Euskadi porque no recibimos dineros. El que se nos acuse de insolidarios es injusto y, por otro lado, demuestra un desconocimiento del mecanismo del Concierto vasco.
¿La posibilidad de incorporar a Navarra en ese marco autonómico es algo que el PNV tiene en cartera?
Está recogido en la Constitución española. Navarra sí que tiene el ‘derecho de autodeterminación’ recogido en la propia Constitución desde el año 1978. Es un mecanismo que está previsto constitucionalmente.
No encuentras médicos de atención primaria como si fueran setas de otoño cuando llueve. Es complicado y el sistema da de sí lo que puede dar de sí
¿Habría que activarlo?
Los navarros tendrán que decidir si quieren activarlo o no y, cuando la voluntad popular de los navarros y las navarras lo decida, bienvenido sea.
Prácticamente todas las encuestas pronostican una pugna muy cerrada entre el PNV y EH Bildu. ¿Cómo ha llegado el PNV a esta situación?
Las encuestas son encuestas. La única que vale es la del 21 de abril. Estoy convencido de que el PNV va a volver a ganar las elecciones. Es cierto que vamos aparentemente a una dura pugna entre dos modelos. Vamos a confrontar en la campaña electoral. Pero el modelo que ha demostrado capacidad de crear estructuras institucionales como Osakidetza, EiTB y la Ertzaintza o las políticas públicas de protección social o industrialización es el del PNV. Ése es el modelo que denota experiencia y capacidad de gestión. No todo lo hemos hecho bien, ni mucho menos. Hay ámbitos de mejora siempre. Pero es un modelo solvente y con capacidad de gobernar este país de manera integradora y plural. El otro modelo es el de [EH] Bildu, que parece que está subido a la ola. Todavía no sabemos cuál es su contenido en términos de modelo de país, de modelo de gestión o de capacidad de gobernabilidad. Me da la sensación de que hay grandes palabras pero muy pocas concreciones y mucho vacío en ese discurso. La sociedad vasca va a tener que decidir si confía nuevamente en el PNV o si confía en la alternativa de [EH] Bildu; si confía en la estabilidad, en la gestión y en la capacidad de gobernar para todos y todas del PNV o si confía en un modelo incierto con una agenda vacía de contenidos.
¿Cree que EH Bildu ha hecho todos los deberes en relación al pasado de ETA?
No. Tiene pendiente todavía el reconocimiento del daño injusto causado y una condena explícita de la violencia terrorista de ETA. Tiene pendiente, por lo tanto, la gran asignatura ética.
Incluso con una derrota en escaños, ¿seguir en el Gobierno está asegurado porque el PSE-EE ha comprometido que no apoyaría a un lehendakari de EH Bildu?
El señor [Pedro] Sánchez, que es quien manda en el PSOE y presidente de Gobierno español, es un hombre que cambia continuamente de opinión. En relación con lo que vaya a hacer el PSE-EE, ver para creer, como Santo Tomás. Primero vamos a ver qué resultados obtenemos el 21 de abril a la noche. No doy por hecho nada en estos momentos.
Catalunya también celebra elecciones en mayo. Y en junio están las europeas. ¿Pueden condicionar esos posibles acuerdos?
No estoy en la cabeza de Sánchez. Lo que sí creo es que para evitar tentaciones necesitamos un gran resultado por parte del PNV y por eso estamos haciendo un llamamiento a la movilización. Creemos que el ejercicio democrático más sano es una gran movilización y una gran participación. Si la sociedad vasca quiere que gobierne el PNV porque cree que tiene capacidad de gobernar, lo que tiene que hacer es votar PNV.
¿Qué opinión le merece Eneko Andueza? ¿Es un socio fiable?
Apenas le conozco como persona. He escuchado lo que ha dicho Eneko pero, insisto, el que manda es Sánchez. Estamos satisfechos con cómo han funcionado hasta la fecha los Gobiernos de coalición con el PSE-EE y seguimos manteniendo acuerdos en los ámbitos forales y municipales. Hemos apoyado la investidura de Sánchez para que sea presidente y estamos acordando en el Congreso. Somos un partido serio. Somos de fiar. Cumplimos la palabra dada y queremos pensar que el resto va a hacer lo mismo.
Mencionaba antes el tema de la participación. ¿Considera el PNV que su desgaste en los últimos procesos electorales viene exclusivamente de la desmovilización o cree que también ha habido trasvase de voto hacia otras opciones por problemas de gestión?
Lo que dicen los sociólogos y los expertos en estas cosas es que el PNV, fundamentalmente, ha tenido un problema de abstención en las últimas elecciones municipales y forales y no tanto de transferencias de voto. La clave está, fundamentalmente, en la capacidad de volver a seducir a esas personas que se quedaron en casa y que optaron por no ir a votar. Estamos intentando volver a seducir a esas personas que confiaron en el PNV en otras ocasiones para que vuelvan a confiar nuevamente en nosotros.
¿Qué ha cambiado en la vida de Imanol Pradales desde que conoció que iba a ser el candidato a lehendakari?
Tengo una vida mucho más intensa, claro. Pero sigo viviendo donde vivía y sigo estando con los amigos como estaba antes, aunque muy poco tiempo. Intento que el poco tiempo que tengo sea para mi familia, que es lo más importante. A partir de ahí, tengo una enorme intensidad de actos, de entrevistas o de escuchar a muchos colectivos. Había tenido una responsabilidad en la Diputación de Bizkaia en el ámbito de la promoción económica, de las infraestructuras y conocía determinados ámbitos desde el punto de vista de la gestión pública, pero hay otros muchos en los que no había estado.
¿Prevé usted problemas de conciliación con sus nuevas responsabilidades?
Me gustaría conciliar y lo intentaré. Pero, al final, si uno está en una responsabilidad como la de ser lehendakari, a veces la conciliación no es sencilla. Pero, insisto, intentaré proteger lo que pueda –todo lo que pueda– el ámbito familiar, que es fundamental en mi vida.
¿Cómo y cuándo se enteró de que Iñigo Urkullu no iba a continuar y que el PNV había pensado en usted?
El 24 de noviembre. Era un viernes cuando saltó la liebre. Estaba tan estupefacto como muchas personas. Tampoco tuve mucho tiempo de pensar nada porque recibí una llamada esa misma tarde del presidente del PNV [Andoni Ortuzar] y se me hizo el planteamiento y tuve que dar una respuesta muy rápida. Fueron horas intensas.
¿Tuvo vértigo o temor? ¿Cuál fue su sentimiento?
Siempre hay vértigo. Lo que más me preocupaba y me sigue preocupando es el ámbito familiar. ¿Hasta qué punto puedes proteger tu ámbito familiar de un foco público que te va a perseguir de manera continuada, en todo momento y en todo lugar? Al final es una presión no sólo para ti sino también para tu entorno más cercano. Y, obviamente, vértigo por la responsabilidad. Había vivido una situación similar cuando me llamó hace muchos años José Luis Bilbao para ser diputado de Promoción Económica. Tenía 36 años recién cumplidos y también me dieron apenas 24 horas para tomar la decisión. Pero no tiene nada que ver con ser el candidato a lehendakari del PNV, con todos los respetos a ser un diputado foral en una institución como la Diputación Foral de Bizkaia.
¿Y qué razones le dio Andoni Ortuzar para hacer esa llamada? ¿Por qué Imanol Pradales?
Bueno, lo ha contado él. Ellos hicieron en la ejecutiva un retrato-robot. Definieron el perfil que estaban buscando. Entendieron que mi perfil era el que encajaba. Y me hicieron la propuesta. Me dieron muy poco tiempo para tomar la decisión porque si era negativa tenían que buscar otro perfil. Valoraron varios.
Dijo sí.
Uno tiene un compromiso con el partido. Vive el partido, siente el partido y tomé una decisión de la que no sé si me arrepentiré. Pero, en fin, hoy estoy orgulloso de haberla tomado.
Habla de varios perfiles. ¿Le han explicado si fue la primera opción, si recibió la primera llamada?
Sí, sí, sí, sí.
Me imagino que el PNV es consciente de que el estado de salud de la Sanidad pública es un elemento de preocupación en la sociedad. Las encuestas así lo atestiguan.
El primer día como candidato establecí que la prioridad máxima en términos de gestión de políticas públicas iba a ser Osakidetza. ¿Por qué? Efectivamente hay una percepción social. Siendo un buen sistema de salud, se ha producido el tensionamiento de la pandemia y que hay una gran presión asistencial por el envejecimiento de la población en una Osakidetza que, en términos de estructura y de organización, no ha tenido grandes grandes modificaciones desde que se creó a finales de la década de 1980 y principios de la de 1990. La clientela ha cambiado mucho, por decirlo de alguna manera, porque la sociedad ha envejecido, porque la presión asistencial es muy superior y además con un elemento que fue extraordinario, la pandemia.
¿Y qué medidas proponen?
Hay dos ámbitos en los que trabajar a corto plazo y de manera urgente, la atención primaria y las listas de espera. A corto plazo hay que establecer un plan de choque. Pero en el medio y largo plazo tenemos que ir repensando el sistema. Por ejemplo, hay que pensar en una hospitalización de crónicos específica. Requieren una demanda que le exige mucho al sistema durante mucho tiempo. Eso impide, por ejemplo, liberar camas en los hospitales para atender el día a día. Le tenemos que dar una vuelta a lo que es la Osakidetza actual.
¿De derechas o de izquierdas? El PNV es un partido que siempre ha puesto en sus políticas a la persona en el centro. Lo de las derechas y las izquierdas no deja de ser un etiquetaje
¿Cómo valora tener un consultorio sin médico, como ha ocurrido sobre todo en períodos vacacionales como puede ser la Semana Santa? ¿Y el cierre de algunos PAC y otros servicios?
Tiene que ver con la capacidad de reorganizar o no servicios. Obviamente, quizás tenemos que ser capaces de explicarle a la población mejor el porqué de algunas decisiones. Y luego hay un tema que le ocurre a Osakidetza pero también al conjunto de los sistemas: hay un problema de profesionales. Nos faltan médicos y, sobre todo, nos faltan médicos de atención primaria. No se puede formar a médicos de atención primaria de un día para otro. No encuentras médicos de atención primaria como si fueran setas de otoño cuando llueve. Es complicado y el sistema da de sí lo que puede dar de sí.
Del cero al diez, ¿cómo valoraría la gestión de Gotzone Sagardui al frente de Salud?
A la consejera Sagardui le han tocado unos años muy complicados. También a la consejera [Nekane] Murga. Es realmente complejo el responder a un impacto y a un ‘shock’ como la pandemia. Ya no nos acordamos, pero Osakidetza tuvo la capacidad de reinventarse en semanas para crear UCI en gimnasios, como en Cruces.
Eso lo hizo Murga.
Sí. A Gotzone Sagardui le tocó el ir saliendo de la fase pandémica y el volver a ir poniendo a Osakidetza nuevamente en las posiciones que todos tenemos en la cabeza como la joya del autogobierno vasco. Todavía estábamos en pandemia cuando llegó al cargo. El Labi todavía se reunía entonces. Si miramos un poco la evolución de algunos datos, vemos que es muy positiva. Las listas de espera quirúrgicas han pasado en doce meses del entorno de los 90 días de media al entorno de los 60. Se ha recuperado mucha presencialidad respecto a lo que teníamos todavía hace año y medio. No se trata de poner notas. Creo que hay que ver el esfuerzo que ha hecho todo el Gobierno y no sólo consejera.
Reformularé la pregunta. ¿Cuenta con ella para el próximo Gobierno?
Todavía no soy lehendakari… Esas cosas a partir del día 22.
¿Y con alguno de los consejeros actuales de Urkullu?
Ni siquiera me he planteado esas cuestiones. Estoy centrado en la campaña con el objetivo de que el 21 saquemos un gran resultado. A partir del 22 empezaremos a pensar en la gobernabilidad del país y en los equipo.
¿Imanol Pradales tiene seguro médico privado?
No.
¿Le preocupa que el 50% del alumnado esté matriculado en centros de titularidad privada? Es el dato más alto en España.
Ha habido una tradición histórica en Euskadi. Concertada y pública han convivido históricamente bien. La ley de Educación que se aprobó en el Parlamento Vasco en diciembre viene a refrendar que ambos sistemas son parte de la educación pública en este país, el concertado y la escuela pública pura y dura. Es una riqueza que tiene este país.
Han lanzado algunos mensajes en las últimas semanas sobre inseguridad y también una propuesta para expulsar a los ‘okupas’ en 48 horas. ¿Esto puede ser un intento de captar votos más a la derecha?
No. Es simplemente ser consciente de cuál es la realidad que vivimos. En este país existen algunos núcleos urbanos en algunas capitales –algunas zonas, algunas calles– en los que hay percepción social de inseguridad. Y, por lo tanto, hay que combatirla. Primero, con más presencia policial en las calles y, segundo, con tolerancia cero ante el delincuente. El que la hace la va a pagar y no puede quedar ni media duda. Euskadi sigue siendo un país seguro. Afortunadamente tenemos indicadores desde el punto de vista de seguridad ciudadana que son de los mejores en el Estado, si no los mejores, pero hay que atajar cuanto antes cuando se producen algunos focos de inseguridad ciudadana. Desde el punto de vista de los ‘okupas’, el PNV en el Congreso incorporó una serie de enmiendas porque nos parece que se producen situaciones que no son de recibo. Entendemos que si una persona ocupa la vivienda de otro, hay que desocuparle en 48 horas. Hoy la legislación no lo permite y queremos que se modifique.
Ésta es una pregunta clásica. ¿Es el PNV un partido de derechas?
El PNV es un partido que siempre ha puesto en sus políticas a la persona en el centro. Lo de las derechas y las izquierdas no deja de ser un etiquetaje que está muy bien, pero lo que hay que hacer es analizar cuáles son las políticas que desarrolla cada partido. El PNV, a principios de la década de 1990, puso en marcha la RGI [renta de garantías de ingresos], que es la política de protección social más progresista y primera del Estado. El PNV siempre ha dicho -y creo que es lo acertado- que en este país hay que crear riqueza para luego poder hacer una redistribución. Riqueza y generación de bienestar y cohesión social son las dos caras de la misma moneda. Si no creamos riqueza, acabaremos repartiendo miseria. Hoy tenemos una sociedad que tiene el mejor índice de Gini del Estado. Tenemos unas tasas de pobreza que son las más pequeñas en el Estado. Tenemos unas tasas de desempleo que son de las más pequeñas. Y eso es porque ha habido unas políticas públicas acertadas. El PNV es un partido que pone a la persona en el centro.
¿Está el PNV cómodo apoyando a un Gobierno central en el que han estado fuerzas como Podemos y que ahora tiene a Sumar o Izquierda Unida?
Pactamos con los Gobiernos de Madrid de turno aquellos elementos que entendemos que son de interés para Euskadi. El presidente es ahora Sánchez. Antes lo fue [Mariano] Rajoy. Antes lo fue Zapatero. Antes lo fue [José María] Aznar y antes lo fue Felipe González. Con todos ellos ha acordado el PNV y siempre pensando en el bien de Euskadi.
El PNV ha manifestado que la ley estatal de Vivienda es un “ataque sin precedentes” al autogobierno vasco. Lo han llegado a comparar con la abolición foral de 1839.
Es un ataque al autogobierno, sin duda. Un intento de invasión competencial también. Hemos recorrido una serie de artículos que nos parecían flagrantes. Aquí la pregunta fundamental es si la ley de Vivienda española está sirviendo o no para resolver el problema del aumento de los precios de alquiler. Y la realidad es tozuda. Han salido varios informes esta semana pasada. El precio del alquiler se está disparando. Hay menos oferta que nunca en el mercado. La ley de Vivienda española está siendo una malísima ley para las personas que en Euskadi quieren alquilar una vivienda porque hay menos y es más cara. Y, por cierto, mucha de la vivienda acaba siendo turística de estancias cortas.
El PNV en Navarra, a través de Geroa Bai, ha acordado aplicar esta ley en su acuerdo de Gobierno con el PSN y Contigo/Zurekin. Es una contradicción.
Formamos parte de una coalición en la que tenemos un peso que es el que es y hay un acuerdo global de Gobierno. Nuestra posición en relación con la ley de Vivienda ha sido muy clara en el Congreso y en Euskadi.
En el Gobierno vasco, es el PSE-EE el que dirige las políticas de Vivienda. De cara a una próxima legislatura, ¿les retirarían esa cartera?
Obviamente, en una negociación para un nuevo Gobierno de coalición con el PSE-EE, el tema de la vivienda lo vamos a poner encima de la mesa y vamos a defender nuestra posición. Obviamente.
¿Eso es un sí?
Yo no he dicho eso. He dicho que nosotros vamos a plantear que tenemos una política de vivienda propia y diferenciada. Si hay un acuerdo de Gobierno, tendremos que llegar a un consenso.
¿Cree el PNV que hay demasiadas huelgas en Euskadi?
No lo cree el PNV: es una cuestión estadística. Somos apenas un 5% de la población. Y teníamos el 50% de las huelgas del Estado. Esta misma semana he leído que hemos mejorado. Ya ‘sólo’ somos el 40%. No parece que sea muy normal que siendo apenas el 5% de la población el 40% de las huelgas se produzcan en Euskadi. Además, muchas de ellas se dan en el entorno de las instituciones públicas. Eso sí que llama especialmente la atención. No, no es normal que tengamos esos índices y creo que no es bueno para el país.
El rey es una figura anacrónica. Tendría que pronunciarse la ciudadanía
¿Cree que hay una estrategia deliberada de desgastar al partido gobernante, en este caso al PNV?
Lo que sí hay es una estrategia sindical de generar conflictividad en el ámbito público y parapúblico de manera muy relevante.
¿Eso está al servicio de EH Bildu?
Si uno genera un clima de tensión social, de conflictividad… Al final, ¿quién está haciendo un discurso en el sentido de que esto es decadente y todo va mal? Se puede nutrir de ese malestar social, ¿no?
Andoni Ortuzar ha comentado en alguna ocasión que él mantiene la afiliación a ELA. ¿Imanol Pradales está afiliado?
Ni a ELA ni a ningún otro.
Usted ha participado en foros internos del partido como Entzunez Eraikiz. Del último salió una frase que me gustaría comentar: “El PNV debe contrarrestar cierta imagen de amiguismo que ha podido calar tras tantos años de gestión”.
Recogimos las opiniones de cientos de personas, de expertos de todo tipo y condición. Ésa es una percepción que se trasladó al partido, como se trasladaron otras muchas de otro tenor también. Nosotros la recogimos y, además, la hicimos pública. Sí, es una percepción que pueden tener algunas personas. Hay que saber que existe en la sociedad.
¿Su peor momento en política fue cuando tuvo que comparecer por tener acciones de Sacyr en 2015?
Fue desagradable. Di las explicaciones oportunas en las Juntas Generales, que era donde tocaba.
Si se convierte en lehendakari, ¿ha valorado si tomará posesión “humillado ante Dios” como Juan José Ibarretxe o José Antonio Ardanza, “humilde ante Dios” como Urkullu o sin referencias a dios, como Patxi López?
No he valorado nada. Soy muy respetuoso con los tiempos. Lo primero es esperar a que se pronuncie la sociedad y a partir de ahí llegará el momento de pensar en muchas cosas. Confío plenamente en que el PNV vuelva a ganar las elecciones y yo sea lehendakari. Pero todo eso a partir del 22 de abril.
Navarra sí que tiene el ‘derecho de autodeterminación’ recogido en la propia Constitución desde el año 1978
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