Iñaki Oyarzabal de Miguel (Vitoria, 1966) repite como candidato del PP para las elecciones forales de Álava y repite entrevista con este periódico. El encuentro tiene lugar en la sede vitoriana del partido. Si cuatro años atrás el titular que dejó fue de “tender la mano” al PNV (y al PSE-EE) para posibles acuerdos, ahora su discurso es muy crítico con los nacionalistas a raíz de la sentencia definitiva del 'caso De Miguel' de corrupción que llevará a la cárcel a tres exdirigentes del PNV en Álava y a otros excargos. “Clientelismo”, “amiguetes” o “comisiones” son algunas expresiones que jalonan la conversación. “La gente que entra aquí en política para medrar sabe dónde tiene que ir, que es al PNV. Hay muchísimas personas que seguramente sin ser nacionalistas están en el PNV porque se ha establecido un sistema clientelar en el que creen que pueden medrar. Eso es terrible. Han constituido una especie de nacionalismo de amiguetes que ha enrarecido la política en Álava. La prueba es que tienen a medio partido encausado en una trama de corrupción”, afirma. ¿No es algo incoherente con los casos de su propio partido? “Durante un tiempo parece que pasó eso mismo” en el PP de Valencia, admite. Por lo demás, tras haber rescatado a Alfonso Alonso, se ve confiado de una victoria en Vitoria, aunque para ello entiende que los votos que puedan lograr sin representación Ciudadanos o Vox deberían convertirse en papeletas 'populares'. También cree que crecerá el partido en el conjunto de Euskadi aunque su presencia en Bizkaia y en Gipuzkoa empiece a ser mínima. Alonso fue apartado del como candidato y presidente del PP vasco hace tres años. Le relevó Carlos Iturgaiz pero no se ha celebrado ningún congreso. Oyarzabal adelanta que no parece que Iturgaiz vaya a repetir en 2024 como candidato a lehendakari.
El PP en Gipuzkoa tiene ahora mismo un escaño. Una encuesta mostraba también que en Bizkaia podría quedarse también en un solo escaño. ¿El PP vasco va camino de convertirse en el PP de Álava?
El PP vasco tiene unas expectativas mucho mejores que las que reflejan las encuestas. La sensación que tenemos es que el PP, en este momento, va a crecer. Va a crecer en Gipuzkoa, va a crecer en Bizkaia y en Álava puede dar la sorpresa. Aquí aspiramos a tener una buena representación en la Diputación y aspiramos a ganar en Vitoria. Salimos a ganar. No somos tan raros los vascos: el cambio de ciclo que se está viendo a nivel nacional también va a llegar aquí.
El PP gobernó en Vitoria y en Álava de 1999 a 2007 y de 2011 a 2015. Decía ahora que se ven con opciones. ¿Qué datos manejan? Porque el resto de encuestas sitúan al PP como cuarta fuerza en Vitoria.
La última encuesta nos daba prácticamente a los cuatro primeros partidos con una diferencia de dos puntos entre el primero y el cuarto. La cosa está muy igualada. Vitoria es la única capital en la que realmente hay partido y cualquiera de esas fuerzas puede ganar [PNV, PSE-EE, EH Bildu y PP]. Nosotros tenemos encuestas que, efectivamente, nos dan la oportunidad de ganar. Además, hay encuestas mucho más trabajadas desde hace meses para unas elecciones generales que colocan al PP como primera fuerza en Vitoria. Estamos tratando para que, en estas elecciones municipales, esa mayoría social que un día nos dio el triunfo en Álava y en Vitoria se vuelva a unir para defender un cambio. Estamos tratando de presentar un proyecto de cambio sensato, transversal, que por encima de las ideologías trate de unir a toda esa mayoría de vitorianos que independientemente de que hayan votado antes al PNV o al PSE-EE o a otros partidos coinciden en que hace falta un cambio. Si somos capaces de unir a esa mayoría, ese cambio es posible. Tenemos la opción clara de dar la sorpresa en Vitoria y de poder ganar.
¿Y hay ‘efecto Feijóo’ o ya se ha pinchado esa subida inicial a las encuestas?
Las encuestas de cara al cambio en España están ahí. Claro que hay un ‘efecto Feijóo’. Detectamos desde hace meses una sensación de final de ciclo, sobre todo en Álava. Han sido ocho años de gobiernos del PNV y PSE-EE en los que hemos retrocedido. Todo el mundo, independientemente de su color político, coincide en que Vitoria se ha ido quedando parada, que no hay proyecto de ciudad. No tienen proyectos a medio y largo plazo. Este territorio se queda atrás. El 28 de mayo, en Álava, tenemos que elegir entre el más de lo mismo que representan PNV y PSE-EE o la alternativa clara y sensata, con experiencia de Gobierno, que representa al PP. Eso lo sabe mucha gente que nos dejó de votar: ahora nos están diciendo por la calle que van a volver a votar al PP. El PP va a defender Vitoria y Álava, porque tenemos un proyecto para devolverle a este territorio proyección nacional e internacional. El Gobierno vasco y el PNV nos han dejado fuera en los últimos años de los principales proyectos de inversiones. Lo que pase el 28 de mayo en Álava va a determinar seguramente los próximos diez o quince años, por lo que mucha gente sabe que cuatro años de más de lo mismo van a hacer que nos quedemos muy atrás.
En su hipótesis de que fueran la primera fuerza en Vitoria, eso no implicaría gobernar. Está el precedente de 2015. Porque, ¿con quién pactarían?
Siempre que hemos gobernado lo hemos hecho en minoría. Y siempre ha gobernado la lista más votada en Vitoria salvo en 2015, cuando ganó el PP y se unieron los demás para impedir que gobernase Javier Maroto. Creo que en este caso no se dan las circunstancias y sería muy difícil de justificar para los demás partidos que si el PP es la lista más votada se tengan que unir todos, al día siguiente y en un despacho, para torcer de nuevo la voluntad popular. Eso es muy difícil de explicar hoy en Vitoria. Si hay un vuelco y el PP consigue ser primera fuerza en Vitoria, eso nos daría legitimidad para liderar las instituciones.
Pero, ¿cómo gobernarían?
Lo podríamos hacer como lo hemos hecho siempre, con la mano tendida al diálogo y al acuerdo. Lo hemos hecho llegando a acuerdos con el PNV o en ocasiones con el PSE-EE. Dando estabilidad a las instituciones. En los momentos financieramente más complicados pusimos a esta ciudad en marcha y esta ciudad cobró peso y protagonismo en un momento muy difícil. Eso se ha perdido en los últimos ocho años con claridad. El PNV ha defraudado las expectativas, ha incumplido todos los compromisos. Ha metido en un cajón todas sus promesas y realmente no hemos visto en el Ayuntamiento y en la Diputación instituciones que nos defiendan frente a un Gobierno vasco que nos ha dejado al lado.
¿Se puede ganar en Vitoria con una candidata no muy conocida?
De las candidatas, es la más conocida. Lo pienso sinceramente. Se ha movido mucho en los últimos meses. Y creo que la que está defraudando es la candidata del PNV, Beatriz Artolazabal.
Si somos capaces de unir a esa mayoría, ese cambio es posible. Tenemos la opción clara de dar la sorpresa en Vitoria y de poder ganar
La oposición al BEI es una de las grandes banderas del PP en Vitoria. Sin embargo, los datos de usuarios de este sistema de transporte son bastante positivos.
¡Sólo faltaba que fuese vacío! ¡Ha costado 76 millones de euros! Con eso se podía haber cambiado tres veces la flota completa de los autobuses en Vitoria. El BEI, que ha sido la única inversión del Gobierno vasco en Vitoria en los últimos ocho años, ha destrozado el tráfico en la ciudad. Ha supuesto no sólo talar 600 árboles sino que ha traído un caos en la movilidad de la ciudad. Por eso, creo que la propuesta de que ese carril exclusivo vuelva a ser un carril abierto a todo el mundo, que sólo la defiende Ainhoa Domaica y el PP, tiene mucho respaldo popular.
Mencionaba que ha sido la única inversión del Gobierno vasco en Álava. ¿Sigue calando en Álava el discurso del agravio territorial?
Es que es real. Es así vayamos al ámbito que vayamos. Fíjese: no ha habido ninguna inversión en infraestructuras culturales del Gobierno vasco en Álava desde hace casi veinte años. Desde el Artium no ha habido ninguna. En San Sebastián y en Bilbao podríamos enumerar unas cuantas. Y nos dejan fuera de todos los programas de reactivación económica. Por ejemplo, la Spri en Álava, en los últimos ocho años, ha presupuestado 9 millones de euros, mientras en Bizkaia son más de 60 y en Gipuzkoa, casi 80. Y de los 9 de Álava han ejecutado cero. ¿Ésa es la apuesta industrial que hace el Gobierno vasco en Álava? Y, además, se ha pactado un plan general [de ordenación urbana] con Podemos [por Elkarrekin] que ha puesto palos en las ruedas para la ampliación de Mercedes-Benz o para las grandes parcelas que necesitan las empresas para instalarse aquí. Lo solucionaremos desde el PP.
Han rescatado a Alfonso Alonso en esta campaña electoral.
La verdad es que genera muchísima ilusión y confianza el que Alfonso Alonso, después de tres años, reaparezca para apoyar a Ainhoa Domaica y para apoyar el cambio en Vitoria. No lo ha querido hacer antes, pero creo que ahora se ha convencido también del momento político que vive Álava. Él quiere dar mucha importancia a lo que para nuestra ciudad supone el 28 de mayo y por eso él, que se había apartado, que está en la empresa privada, que tiene la intención de seguir en su actividad profesional, ha decidido dar un paso y volver a su casa. Aunque nunca se ha ido de Vitoria. Pedirá un voto a los vitorianos para tratar de unir a esa mayoría social que le dio el respaldo a él. Cree que es el momento para volver a llamar a esa mayoría social. Muchos dejaron de confiar en el PP. Confiaron en otras siglas o se han quedado en su casa. Pero que piensen en lo importante que es unirse en este momento y darle al PP una victoria el 28 de mayo. Alfonso viene a apoyar el cambio Vitoria y viene a explicar lo importante que es el 28 de mayo para apoyar también desde todas las ciudades el cambio en España.
¿A Javier Maroto no le esperan?
Forma parte de la dirección del partido. Tenemos contacto permanente con él. Pero lo trascendente, la auténtica novedad en esta campaña y que va a ilusionar a muchísimos vitorianos, es que Alfonso, que se había apartado de la actividad política, vuelva para hacer un llamamiento a esa mayoría social de vitorianos. A Alfonso en Vitoria y en Álava se le quiere. La gente le quiere, confía en él y recuerda muy bien lo que ha supuesto Alfonso para este territorio.
Por cierto, tres años después de la salida de Alonso, ¿se sabe algo sobre el congreso del PP vasco?
Se sabe que se situará en el horizonte previo a las elecciones vascas. Son en la primavera de 2024. Unos meses antes iremos a un congreso del PP vasco.
¿Carlos Iturgaiz sería un buen candidato?
Ahora estamos centrados en estas elecciones. Pero Carlos Iturgaiz ya en algún momento ha dicho que él no aspira a repetir como candidato a lehendakari. Lo importante es que las decisiones sobre el futuro del PP vasco las va a tomar el PP vasco. Las vamos a tomar desde aquí. Pero ahora estamos centrados en las elecciones de mayo. Y luego, a la vuelta de la esquina, tenemos las generales. Hay tiempo para construir un proyecto para afrontar las elecciones vascas.
El PP vasco tiene dos alcaldías, que son Baños de Ebro y Navaridas, de 200 habitantes cada una, más o menos. ¿Qué ha ocurrido en los últimos años para que se llegue a ese nivel tan escaso de representación?
En el momento de mayor fuerza del PP en Álava, gobernando todas las instituciones aquí y con mayoría absoluta en Madrid, teníamos seis alcaldías. Siempre hemos tenido muchas dificultades porque el PNV pactará las alcaldías con [EH] Bildu con tal de que no gobierne el PP. El problema es que el PP necesita mayorías absolutas para tener las alcaldías. Hemos ganado en muchos otros ayuntamientos, también en el año 2019.
En Labastida y en Laguardia.
En esta ocasión aspiramos a ganar en Laguardia y en Labastida por mayoría absoluta para conseguir esas alcaldías. Pero tenemos la impresión, por lo que nos cuentan nuestros concejales, de que vamos a poder ganar en otros municipios. Dependerá de esos pactos en los despachos del día después si tenemos más alcaldías o no.
Precisamente en Labastida, el que es ahora candidato de nuevo, Daniel García, propuso una coalición a EH Bildu para ser alcalde.
No le propuso una coalición. Simplemente propuso presentarse como lista más votada porque estaba a muy poco de tener la mayoría absoluta. Lo que planteó es que lo lógico era que se le respetase como la lista más votada y que, al menos, se abstuvieran. Intentó que el PNV y [EH] Bildu no pactarán en su contra. Pero lo hicieron.
Ahora estamos centrados en estas elecciones. Pero Carlos Iturgaiz ya en algún momento ha dicho que él no aspira a repetir como candidato a lehendakari
Cierra en Bilbao la lista Isabel Díaz Ayuso. En Durango lo hace Miguel Ángel Rodríguez, quien en un acto dijo que en Euskadi hay un ambiente “irrespirable” y que “no hay libertad”. ¿Qué opinión le merecen estas palabras? ¿Les ayudan en campaña?
Esas declaraciones se hicieron en un contexto determinado y en un lugar determinado donde él respalda una candidatura. Creo que puso el foco en una realidad: en muchos rincones del País Vasco, en muchos pueblos, todavía persiste el miedo a significarse políticamente en una lista del PP. Teniendo votos –porque tenemos votos– no conseguimos que nadie se atreva a ir en una lista del PP. Si no eres nacionalista, en determinados rincones de Euskadi todavía, lamentablemente, la gente no tiene esa libertad para expresarse públicamente y para significarse públicamente. Como han reconocido también otros partidos como PNV y PSOE, aquí queda un recorrido. A esta sociedad todavía le queda un recorrido democrático para garantizar la libertad de todo el mundo en todos los rincones del País Vasco. [EH] Bildu, en esta ocasión, incorpora en sus candidaturas a 40 terroristas. Independientemente de que hayan cumplido o no las penas, siete de ellos tienen delitos de sangre. Creo que Miguel Ángel quiso poner el foco ahí. Que [EH] Bildu decida hacer esto en estas elecciones supone una anomalía democrática. Será legal, pero no parece muy sano.
¿Va a volver a intervenir en la campaña vasca?
No.
Concurren en solitario a las elecciones. En las autonómicas de 2020 fueron en coalición con Ciudadanos. ¿Fue un fracaso?
Se evidenció que no fue útil esa coalición. El PP vasco tiene entidad propia, personalidad propia. Y una historia en el País Vasco que tiene que defender y que no necesita de coaliciones. Tenemos muy claro el espacio que ocupamos. Y tenemos que ensancharlo. Lo que hemos hecho es tratar de unir a todo ese votante que había en su día confiado en Ciudadanos o que puede confiar en otras fuerzas políticas para que se unan al PP, para que entiendan que en el País Vasco dividir el voto es hacerle un favor a los nacionalistas. Todos los votos que en el 28 de mayo no vayan al PP en el País Vasco le están haciendo un favor a Sánchez. En el caso de Vitoria, le están haciendo un favor al PNV. Tenemos que hacer un llamamiento a concentrar el voto, a darle utilidad en circunscripciones como la nuestra. Votar a opciones que tienen muy difícil obtener resultados supone la pérdida de una oportunidad.
¿Temen fugas de votos a Vox?
Me sirve lo mismo que le he dicho para Ciudadanos. La gente que en su día votó a Vox es muy consciente de que el voto a Vox aquí le dio un escaño a [EH] Bildu [en las últimas generales]. El voto a Vox en el País Vasco y en Álava sólo beneficia a Sánchez y a sus socios. Si ellos quieren un cambio en Álava, la única manera es concentrar el voto en el PP. Ahora que tenemos en Vitoria a un puñado de votos la discusión de esa victoria, sería una temeridad dividir el voto.
¿Ve a Vox como un socio potencial, como ha ocurrido en Castilla y León, o como un enemigo del sistema? Santiago Abascal fue miembro del PP en Álava.
Soy plenamente consciente de las cosas que compartimos y de las muchas cosas que nos separan. No hay debate en relación con si van a ser socios porque, sinceramente, creo que Vox en el País Vasco no va a tener representación. En otros territorios puede ser más comprensible atender a lo que dicen las urnas, pero aquí nos estamos jugando el cambio en Vitoria con una alternativa en solitario, que es la del PP. Vox no decide aquí gobiernos. Es un debate en el que nos quieren meter otros.
Pocos como usted han criticado más al PNV por la corrupción en el ‘caso De Miguel’.
Seguramente porque hay algún miedo reverencial a criticar al PNV en el País Vasco en relación con los casos de corrupción. Pero son gravísimos. No podemos dejar de denunciar todo lo que ha ocurrido. El ‘caso De Miguel’ es la demostración palpable de que se hicieron muy mal las cosas y de que se construyó toda una trama corrupta desde el partido que implica a buena parte de los dirigentes en Álava. Era una trama que buscaba comisiones. Generaron una red de empresas que iban a recibir inmediatamente contratos de las administraciones para colocar a cargos afiliados o familiares del PNV. Eso, que ha quedado demostrado, era muy grave. La sentencia del Tribunal Supremo lo que destapa es esa red clientelar. Por ejemplo, las cuadrillas alavesas [comarcas] se sometieron a la trama corrupta en la toma de decisiones y se han convertido en chiringuitos al servicio del PNV. Eso ha quedado demostrado también. Es un escándalo que el PNV haya protegido a los corruptos durante estos años. Les ha sostenido con sueldos públicos. Se les ha dado prebendas. A la mujer de uno de los cabecillas la han hecho diputada y a otros les han ascendido. El PNV no ha asumido ningún proceso de regeneración interna. El PNV sigue con los mismos tic. Hay que dejar atrás una política clientelar que ha primado el amiguismo y los contratos a dedo. Al final, ese clientelismo ahuyenta el talento y, desde luego, genera desconfianza.
¿Este tipo de mensajes no pueden dificultar futuros pactos con el PNV?
Cualquier acuerdo con nosotros tiene que pasar por un cambio de actitud. Hay que abrir las ventanas, levantar alfombras y buscar una gestión mucho más transparente. Creo que el PNV ha iniciado desde hace ya muchos años una huida hacia adelante, donde su política es el intervencionismo en todos los ámbitos de la sociedad. Nosotros aspiramos a una sociedad mucho más abierta, donde a nadie se le pida el carné y donde no se generen redes clientelares. Eso es básico para cualquier entendimiento futuro con el PNV.
A un lector de fuera le podría extrañar que salgan desde el PP este tipo de mensajes teniendo en cuenta los casos conocidos en su partido.
El PP, cuando ha tenido casos, los ha tenido muy lejos de aquí. Y los ha pagado caros. En muchas comunidades el PP ya ha hecho un ejercicio de regeneración interna y, además, previo paso por la oposición en muchos casos. El problema es que el PNV no ha hecho ese proceso de regeneración porque se creen los amos de la barraca y creen que van a seguir gobernando eternamente con la ayuda del PSE-EE. El PP ha gobernado aquí doce años y no hemos tenido ningún caso y, cuando han tratado de meternos en algún lío, se ha dilucidado ante los tribunales que no había nada.
Bueno, está el tema de la sede de Bilbao.
No ha ido más allá en ningún caso, que yo sepa.
Quisiera una apreciación sobre una frase que dijo usted en un pleno de las Juntas Generales en el que debatía con el diputado general del PNV, con Ramiro González. Dijo que si hubiese querido medrar en Valencia se haría del PP y que si hubiese querido medrar aquí lo haría al PNV. ¿Qué quiso decir?
Efectivamente, fueron debates muy gruesos en relación con los casos de corrupción del PNV en Álava. Le traté de explicar –porque había salido en la prensa que en las propias bases del PNV recriminan que ha calado esa idea del amiguismo– que yo entré en política en el PP en momentos muy difíciles y para defender unas ideas. La gente que entra aquí en política para medrar sabe dónde tiene que ir, que es al PNV. Eso es lo que nos diferencia. Hay muchísimas personas que seguramente sin ser nacionalistas están en el PNV porque se ha establecido un sistema clientelar en el que creen que pueden medrar. Eso es terrible. Han constituido una especie de nacionalismo de amiguetes que ha enrarecido la política en Álava. La prueba es que tienen a medio partido encausado en una trama de corrupción.
Y eso pasaba también en el PP de Valencia…
Durante un tiempo parece que pasó. Lo puse como un ejemplo lejano.
Nosotros aspiramos a una sociedad mucho más abierta, donde a nadie se le pida el carné y donde no se generen redes clientelares. Eso es básico para cualquier entendimiento futuro con el PNV
El PNV apuesta aquí por que la conexión de alta velocidad entra la ‘Y vasca’ y Pamplona sea por Vitoria pero en Gipuzkoa quieren que se haga por Ezkio/Itsaso.
Ni siquiera aquí defienden la línea Vitoria-Pamplona. El PNV ha demostrado en Álava con este tema, que es estratégico, que se ha convertido en Álava en un partido invotable. Es el proyecto estratégico más importante que tiene Álava para los próximos 50 años, es la decisión que va a marcar si Álava puede mantener la apuesta logística y se convierte en el punto de conexión de los ejes ferroviarios atlántico y mediterráneo. Pero si el PNV se la lleva a Gipuzkoa, Vitoria se quedará fuera de las principales conexiones. Todo el tráfico que llegue de Europa, de Francia, y el tráfico que vaya de San Sebastián y Bilbao hacia el Mediterráneo ya no pasará por Vitoria. La conectividad de la capital del País Vasco está en este momento en juego. Y el PNV tiene una apuesta: dejar fuera a Vitoria fuera de juego. Apuestan por Ezkio/Itsaso, por un apeadero en mitad de la nada simplemente porque eso acerca Pamplona y San Sebastián en diez minutos. Sólo por eso apuestan por algo que cuesta tres veces más y que tiene un mayor impacto medioambiental. Le pregunté el otro día al diputado general en un debate por esto y no me quiso responder. Dijo que esto es una cosa del Gobierno central. Se pone de perfil. No responden porque el PNV ya ha tomado una decisión.
Ningún partido está exento de contradicciones. El PP en Pamplona, por ejemplo, también defiende Ezkio/Itsaso. Y Navarra Suma lo ha defendido.
Todos tenemos contradicciones, pero UPN, que apostó por ello, se va a quedar sola.
Con Carlos García Adanero…
Bueno, ningún presidente del Gobierno en su sano juicio apostaría por otra decisión que no sea la de Vitoria. Si le ponen todos los informes técnicos encima de la mesa y todos los informes económicos que dicen que la opción de Vitoria cuesta tres veces menos… El trabajo del PP en Álava ha sido convencer a nuestros compañeros del País Vasco y a la dirección nacional. Y lo vamos a seguir haciendo cuando lleguemos al Gobierno para que la apuesta clara sea la que ya marcó el Gobierno de [Mariano] Rajoy. Con Íñigo de la Serna a la cabeza ya fijó en 2018 que la conexión tenía que ser por Vitoria. Por eso ha venido estos días De la Serna aquí.
Por hablar de algunas cuestiones locales. Han propuesto, por ejemplo, acabar con el sistema Ticket Bai. ¿Por qué?
Nos parece que es un sistema que genera muchos problemas, especialmente a los autónomos y a los comerciantes. Y, sobre todo, es discriminatorio. La gente no sabe que sólo se aplica al pequeño comercio. Hasta que no se diluciden los recursos que hay ante los tribunales y no se implante en el resto de comunidades nos supone una discriminación. Pedimos, además, la devolución de la inversión realizada por parte de los pequeños establecimientos.
¿Están satisfechos de que no se esté aplicando en Euskadi el impuesto de grandes fortunas?
Hemos hecho un planteamiento fiscal muy claro pero el PNV -con los socios de Sánchez- no ha querido abordar ningún tipo de reforma fiscal. De lo único que hablan es de subir los impuestos. Los alaveses pagamos 300 millones de euros más de impuestos que el año pasado. Ha llegado el momento de hablar no de las grandes fortunas sino de cómo se resuelve el problema de las clases medias y de las clases trabajadoras que tienen dificultades para llegar a fin de mes. En quien tiene que enfocarse la política fiscal es en las familias que lo están pasando mal. Nuestro planteamiento fiscal, como el que estamos haciendo en toda España, es rebajar los impuestos a las familias con rentas medias y rentas bajas. Adaptemos nuestra política fiscal con deducciones por hijos o por mayores a cargo. Con nuestra capacidad fiscal, con el concierto económico, que es la competencia plena en recaudación y que es de la Diputación, podemos hacer este territorio más atractivo para la inversión y para retener el talento. Que no se vayan a montar un negocio a otro lado. ¿Por qué no lo utilizamos? ¿Por qué lo que estamos haciendo es exprimir cada vez más los bolsillos de los alaveses? Hoy las arcas de la Diputación están llenas y los bolsillos de los alaveses se vacían. Pero resulta que no hay ningún proyecto importante en marcha. No se trata de recaudar más; se trata de gestionar mejor. Este territorio tiene dificultades, es un territorio pequeño. Está detectado que hay gente que se va. Hay muchos jóvenes preparados que se marchan porque tienen mayores oportunidades fuera, en Bilbao o en Madrid. Ésos son nuestros competidores. ¿Por qué no utilizamos la herramienta que nos permite la fiscalidad para que vengan empresas?
Ha llegado el momento de hablar de cómo se resuelve el problema de las clases medias y de las clases trabajadoras que tienen dificultades para llegar a fin de mes. En quien tiene que enfocarse la política fiscal es en las familias que lo están pasando mal
Han propuesto un planetario para Vitoria. ¿Qué es?
Forma parte de un impulso con proyectos tractores para volver a recuperar la marca ‘green’ de Vitoria. Para volvernos a colocar en el mapa, Vitoria necesita proyectos. No podemos resignarnos a que los proyectos importantes estén en Bilbao. No queremos que ésta sea una ciudad-dormitorio. Esto sería en un lugar emblemático en las proximidades de los humedales de Salburua, en parcelas que tiene el Ayuntamiento. Fuera de la zona protegida, por supuesto. El detalle sería: zona museística de ciencias naturales, el planetario, un parque de las ciencias con un parque animalia, con zonas de ocio para los más jóvenes y para la familia, que puede tener un cine-fórum o zonas de hostelería y ocio. Coloquemos a Vitoria otra vez en el mapa. Recuperemos esa marca ‘green’. Volvamos a poner a Vitoria y Álava con proyección nacional e internacional.