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Del instituto a una final olímpica en París: Naia Laso roza las medallas en skate a los 15 años

Naia Laso, en la final de skate en los Juegos Olímpicos de París 2024.

Rodrigo Saiz

Pamplona —
6 de agosto de 2024 19:21 h

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La vizcaína de 15 años Naia Laso ha rozado en los Juegos Olímpicos las medallas en skate, en la modalidad de park. Una lesión lumbar le ha impedido desplegar todo su potencial en la final, celebrada en plena plaza de la Concordia, en la que competían las ocho mejores patinadoras del mundo. Ha finalizado séptima, lo que supone un diploma olímpico, pero a solamente seis puntos del metal. La que ha sido la representante más joven de las delegaciones vasca y española en París 2024 se consolida como una de las mayores promesas del skate mundial.

Natural de Bermeo, Laso descubrió el skate en unas vacaciones con su familia en Cantabria y comenzó a patinar con 7 años. Con 12 ya se proclamó campeona de España. Dos años después, con 14, quedó quinta clasificada en el campeonato del mundo. Con 15 años ha llegado a los Juegos Olímpicos como una de las aspirantes a medalla a pesar de que en mayo, a pocos meses de la cita, se rompió la clavícula en un entrenamiento.

El Basque Team, la entidad del Gobierno vasco que apoya a los deportistas de elite en sus participaciones internacionales, publicó una biografía de la adolescente. “Naia compagina el skate con sus estudios. Su asignatura favorita hasta ahora ha sido Biología, le llama mucho la atención el origen y la evolución del mundo que nos rodea”, cuentan sobre su cortísima edad.

¿Cómo empezó todo? “En unas vacaciones en Somo, Naia fue a dar un paseo con sus padres por la playa y les llamó la atención un skatepark construido allí, al lado de la playa. Había mucha gente patinando y Naia se quedó sorprendida al verla. Ese mismo día les dijo a sus padres que quería probar esa disciplina. Al regresar de aquellas vacaciones empezó a probar con una longboard de su hermano, una tabla más grande que ella. Inició a probarlo sentada. Al de poco tiempo, sus padres les compraron un skate para cada uno y empezaron a ir a unos cursillos de verano que había en el skatepark de Bermeo”.

La joven también ha sido esquiadora, ha ido a clases de natación y probado el surf. Pero ama el monodeslizador. Sus caras de decepción por no haber podido estar más cerca del podio eran muy evidentes durante la competición, en la que se ha ido al suelo en las dos primeras mangas. La deportista entiende que Euskadi no tiene aún infraestructuras para la práctica de su especialidad a nivel profesional. “Uno de sus hobbys es ver videos de sus skaters favoritos. Los skateparks que más le gustan en Euskadi son el skatepark de Sondika, el de Basauri, Uk skatepark indoor y Gure Txoko. Aunque esos sean los que más le gustan no son skateparks que sirvan para entrenar a nivel mundial. Le encantaría que hiciesen un skatepark cerca de su casa; un lugar dedicado al entrenamiento, un skatepark completo como los que se usan para disputar los campeonatos puntuables para los Juegos Olímpicos”, contaba el perfil elaborado por el Basque Team.

En la final, a la que se clasificó pese a sufrir un pinzamiento lumbar que le ha limitato en los movimientos, ha logrado una puntuación de 86,28 puntos sobre 100 gracias a una buena tercera manga. Ello la ha aupado al séptimo lugar, logrando así un diploma olímpico. El oro se lo ha llevado la australiana Arisa Trew, de 14 años. Plata ha sido la japonesa Cocona Hiraki, de 15 años, y bronce la británica Sky Brown, de 16 años. La mayor de sus rivales tenía 23 años. La más veterana de los vascos en París, la triple medallista Maialen Chorraut, le saca 26 años.

Laso aspiraba, de hecho, a ser una de las medallistas españolas más jovenes de la historia. La lista la encabeza precisamente otra vasca, la vitoriana Lorena Guréndez, que en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996 se colgó el oro en gimnasia rítmica en la modalidad de conjuntos como parte de una histórica generación, las “niñas de oro”. “Yo cambié una adolescencia típica por otra con cosas que para mí fueron mucho más positivas. Con 15 años viajé por el mundo y viví experiencias que de otra manera no hubiera vivido”, contaba a este periódico otra de aquellas adolescentes, Tania Lamarca.

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