Economista

Jan Eeckhout, economista: “La mujer es la que está pagando el coste más alto de esta situación de bajos salarios”

Belén Ferreras

19 de febrero de 2023 21:47 h

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Jan Eeckout (Aalst, Bélgica, 1970) pone negro sobre blanco lo que muchos piensan: empresas exitosas, con grandes beneficios, que “amenazan la economía” en lugar de impulsarla porque esas ganancias que tienen no se trasladan a sus trabajadores, con los efectos perniciosos que eso supone para el conjunto del sistema económico. Economista e investigador, expone con el respaldo de los datos, la estadística y las gráficas una cruda realidad: en una época de avances tecnológicos, los salarios se estancan para la mayoría mientras el poder se acumula en unas pocas empresas que ejercen el monopolio del mercado con capacidad para fijar salarios a la baja y elevar precios, generando desigualdad, y descontento social y polarización. En su libro 'La paradoja del beneficio' aporta como solución que los organismos de la competencia endurezcan las condiciones para estas empresas. De lo contrario, dice, se irá a una sociedad cada vez más polarizada, con trabajadores desmotivados que, en la medida en que puedan hacerlo -“porque hay que comer”-, abandonarán un mercado de trabajo que no les es rentable. “Más competencia es mejor para todos: para el consumidor porque paga menos, mejor para el trabajador porque su salario va a subir, y mejor para la empresa pequeña”, señala. Jan Eeckout ha dejado sus reflexiones en el congreso WorkinLand Summit que se ha celebrado en Bilbao para analizar el futuro del empleo, y cómo hacer que ese empleo sea digno y justo.

Usted es de los que desmonta mitos. Por ejemplo, eso de que si las empresas van bien y tienen beneficios, la economía y el empleo va bien. Al contrario, afirma que cuanto más gana una empresa menos se reparte a los trabajadores y es peor para el empleo.

Sí, es una paradoja. Aunque una cosa es que la empresa tenga beneficios en condiciones normales. Eso está bien porque es el objetivo de una empresa. Pero si tiene beneficios porque ha conseguido anular la competencia, porque es un monopolista, eso tiene un coste muy grande para la economía. Por eso es una paradoja, porque lo que parece tan bueno, el hecho de que esas empresas vayan bien, y que tengan cotizaciones en Bolsa elevadas, no es tan bueno y tan positivo. Y no solo es malo para el mercado laboral, ya que estas empresas monopolistas no trasladan sus beneficios a los salarios, sino también para que haya pequeñas empresas innovadoras, porque están avasalladas por las grandes.

¿Y cómo se explica que la empresa tenga más beneficios y no se traslade a los salarios?

Pues porque nada le obliga al propietario de la empresa a hacerlo, y entonces dice, si me lo puedo quedar para mí, por qué voy a pagar más. Si al trabajador se le consigue contratar a un salario bajo, ¿por qué pagar más? Igual si es una cooperativa quizá sería distinto. Pero la empresa monopolista dice: si me puedo quedar con el dinero, si nadie me obliga a dárselo al trabajador, para qué dárselo. Y además, es algo que le exige el accionista, que le dice al empresario que su objetivo es conseguir que el beneficio sea el más alto posible.

Hay gente de un lado con ferraris y yates y del otro, gente que no pueden llegar a final de mes y esto es que hay que evitar

Se refiere a empresas que tienen el monopolio de mercado, pero eso es lo que se está viendo ahora a la hora de que los empresarios trasladen a los salarios el incremento de la inflación, incluso en empresas con muchos beneficios.

Ese es un problema distinto. Obviamente, si suben los precios y no suben los salarios es como si te bajaran el sueldo. Y estamos ya en una situación ya lo bastante precaria, en el sentido de que los salarios de la gente con menos cualificación ya tienen salarios que son bajos y que no han subido en muchos años. Si además, por la inflación, ni si quiera les mantenemos el salario real, porque su salario real está bajado si los precio suben, es algo que tiene un efecto muy negativo sobre el trabajador. Pero ese es un problema desgraciadamente adicional al tema del monopolio del mercado, porque la subida de la inflación es una cosa que no solo afecta a las empresas grandes y potentes, porque esas logran subir sus precios sin subir los salarios. Es un problema que está afectando también a las que no son tan potentes.

¿El hecho de que estos beneficios no se traslade a los trabajadores es perjudicial para la economía en general? ¿No genera trabajadores cada vez más desmotivados y menos implicados en su empresa?

Sí. Lo que vemos es que cada vez hay más gente que ni va a trabajar. Si los salarios son bajos, si tienes que contratar un canguro para cuidar de los niños, por ejemplo, igual prefiero quedarme yo en casa y no tener que pagar eso porque por el salario que me pagan no merece la pena. También hay una desmotivación. Y eso lo vemos en que la participación, el porcentaje de gente que puede trabajar y realmente trabaja está bajando mucho.

Ser empresario monopolista es el chollo del siglo, gano más y pago menos a los trabajadores

Es decir, cree que cada vez hay más trabajadores que abandonan el mercado de trabajo por los bajos sueldos.

Claro, obviamente la gente necesita el dinero para comer, pero esto se da sobre todo en gente que vive en pareja. Normalmente trabajarían los dos, pero si la mujer tiene un trabajo bien remunerado, por ejemplo, y el marido va justito en el sueldo, pues igual dice, en vez de ir a trabajar y pagar el canguro me quedo en casa y lo hago yo.

Esto afectará más que nada a las mujeres, a las que se les sigue atribuyendo el papel de cuidadoras en mayor medida que a los hombres.

Pues sí. Esta es también un poco la desgracia, porque afecta al final a la brecha de género. La mujer es la que está pagando el coste más alto de esta situación de bajos salarios.

Y, ¿cómo forzar a estas empresas a que repartan la riqueza con los trabajadores? ¿Hay alguna forma de hacerlo sin alterar las reglas del libre mercado?

Bueno, no se puede intervenir las reglas del libre mercado. O sí. Porque el mercado libre no existe porque las empresas tienen intereses para que su mercado sea un monopolio. Y si un empresario quiere tener más beneficios va a ganar más siendo monopolista que si está operando en un mercado competitivo. Y por eso hay una responsabilidad de los reguladores y de los políticos como última responsabilidad de asegurar que tengamos más competencia entre empresas. Y hay formas de conseguirlo, hay instituciones para eso, las agencias de competencia, que realmente su objetivo tiene que ser asegurar que haya más competencia y que a estas empresas dominantes, que no se encuentran con competidores, les cambiamos las condiciones. Con una intervención promocionando la competencia en el mercado, podemos resolver muchos problemas de otros mercados, como el laboral o el de las pequeñas empresas. Aunque parezca contradictorio, más competencia es mejor para todos: para el consumidor porque paga menos, mejor para el trabajador porque su salario va a subir, y mejor para la empresa pequeña innovadora porque tiene un hueco en esta economía. Entonces, más competencia es mejor para todos: para el consumidor porque paga menos, mejor para el trabajador porque su salario va a subir, y mejor para la empresa pequeña

¿En esto están todos los países más o menos igual?

Desgraciadamente hoy en día es un problema global. Yo hablo desde un teléfono Apple, el tuyo igual es un Samsung, pero será también un producto global. He llegado a mi hotel utilizando la aplicación de Google Maps, y voy a comunicarme por Instagram o por Twitter. Son productos globales. Y la desgracia que tenemos es que decimos que Instagram es gratis, pero el precio cero no existe. Los anuncios que veo en Instagram, suponen que el anunciante tiene que pagar más de lo que pagaría por ese anuncio en un mercado competitivo, y eso al final lo acaba pagando el consumidor, al que le costarán más esas zapatillas de deporte que se están anunciando.

El mercado libre no existe porque las empresas tienen intereses para que su mercado sea un monopolio

¿Qué es lo que se ha hecho mal desde las administraciones para permitir llegar a este punto de monopolio?

No tenemos que buscar ninguna culpa. Es un cambio tecnológico. Eso no significa que no tengamos que hacer nada. El cambio tecnológico ha dado lugar a situaciones de monopolio de manera natural, porque la tecnología digital genera un mercado enorme con inversores muy grandes para producir a coste bajo. Pero claro, eso solo es para uno. Pero sabemos que hay muchas intervenciones que podemos hacer para contrarrestar eso. Y dado que la tecnología nueva está, que la queremos, que queremos abrazarla y utilizarla, a la vez tenemos que intentar introducir competencia para estos productos y estos mercados. Y ahí tenemos una responsabilidad. Si lo podemos conseguir, podremos resolver el resto de los problemas a la vez.

Habla de endurecer las normas de la competencia, ¿la fiscalidad sobre esos beneficios empresariales pueda ser otra forma también de forzar el reparto de la riqueza con los trabajadores?

Sin duda la fiscalidad puede redistribuir e incentivar a que haya más competencia, pero al final la fiscalidad no puede conseguir del todo que haya competencia de la manera más eficiente. Ahí necesitamos la intervención de las autoridades procompetivivas. Es decir, la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia en España, la Comisión Europea, y a fin de cuentas necesitamos una intervención mundial porque es un problema global. La fiscalidad puede ayudar porque redistribuye, pero no arreglar el problema de fondo que es conseguir que haya más competencia.

Para los bancos, como para las empresas energéticas, es mejor tener una regulación bien montada de manera que haya competencia, que regular sus beneficios a posteriori

Esta falta de competencia se da en empresas tecnológicas, pero ahora hay mucha polémica con los enormes beneficios de los bancos y se polemiza con si debe forzárseles de alguna manera a contribuir a la sociedad, por ejemplo, topando la subida de las hipotecas ante el alza de los tipos de interés, o imponiéndoles unas tasas. ¿A usted qué le parece?

Bueno, los bancos como las empresas dominantes, se aprovechan de una situación, en este caso de la banca de la subida de la inflación. Lo que pasa es que, lo mismo que con las empresas energéticas, es mejor tener una regulación bien montada de manera que haya competencia, que regular después a posteriori, cuando se ven que tienen muchos beneficios. Y entonces ellos dicen ¿ahora que hemos hecho todo bien me lo vas a quitar? Hay ejemplos de esto por ejemplo en Noruega, tienen una forma mucho más útil para tratar estos casos de antemano. Nosotros estamos ahora aquí viendo que la guerra en Ucrania cambia los beneficios y ahora les imponemos tasas. Esto los noruegos lo han hecho hace 50 años. Yo creo que hay que buscar una solución a largo plazo. No podemos ser tan reactivos y cortoplacistas, de que pasa hoy esto y mañana vamos a tener una reacción. Hay que buscar soluciones más duraderas.

La subida del salario mínimo o la fiscalidad pueden tener efectos redistributivos positivos, pero a largo plazo necesitamos sí o sí que haya más competencia

En ese reparto de la riqueza necesario, ¿considera que la subida del salario mínimo, que tanto ha enfadado a los empresarios españoles, contribuye a caminar hacia un mejor reparto de la riqueza?

Sí claro, porque la situación es tan extrema, con esos salarios que no han crecido en tanto tiempo, que desde luego va a ayudar. Son formas que pueden ayudar a redistribuir. Pero al final, la única solución es conseguir más competencia, es lo que permite tener una solución a largo plazo. La subida del salario mínimo lo mismo que lo que hablamos antes de la fiscalidad, puede tener efectos redistributivos positivos, pero quiero insistir en que a largo plazo hay que atajar el problema de la falta de competencia. Por lo tanto necesitamos sí o sí que haya más competencia. Y esto va hacer las otras intervenciones casi irrelevantes, porque van a subir los salarios por encima del salario mínimo, porque si hay más competencia hay más presión para redistribuir más beneficios hacia los salarios. Habrá más empresas, más demanda de trabajadores y suben los salarios. Este es el motivo principal.

¿Si no se genera esa competencia se camina hacia una sociedad en la que los trabajadores estén cada vez más en precario?

Si pudiéramos fomentar la competencia en los mercados tendría automáticamente efectos secundarios positivos sobre los salarios, porque la brecha entre la productividad y el salario se cerraría y subirían los salarios. De la misma manera tendría efecto sobre las pequeñas empresas. Lo que quiero decir es que con la competencia podemos generar efectos colaterales positivos con mucha envergadura. Y esta es un poco la prescripción política por la que abogo.

Esta teoría no les gustará mucho a los empresarios, no tendrá muchos seguidores en este ámbito.

No. Porque cuando yo soy empresario a mí me encanta tener el monopolio porque así gano mucho dinero. El monopolio es el chollo del siglo, porque hago mucho dinero, pago menos a los trabajadores y lo que quiero es que no me lo toquen.

Usted defiende que la educación es importante para evitar la desigualdad salarial, pero se están produciendo cada vez más casos de jóvenes con estudios superiores que a penas superan el salario mínimo.

Tenemos dos cosas distintas. De alguna manera todos los salarios bajan, los más bajos e incluso los salarios cualificados. Y a la vez, una cosa que parece contradictoria, y es que la brecha entre los que tienen más y menos educación, también está aumentando. Significa que algunos con educación se quedan con un salario casi inexistente, pero que hay otros que generan salarios enormes. Hay mucha desigualdad también dentro de los diferentes tipos de trabajadores. Y esta desigualdad genera polarización. Porque uno de los grandes problemas que tenemos con el poder del mercado y el efecto que eso tiene sobre el mercado laboral es que se genera una polarización económica. Hay unos que tienen mucho y otros que tienen poco. Y esa polarización económica se traduce en polarización social y política. Vemos que la gente está cada vez mas desencantada, vota por un Brexit, se va al Capitolio en Estados Unidos pensando que tiene que hacer una revolución…. Hay una interferencia política, pero hay un desencanto con el sistema, y ese desencanto se basa en que hay una polarización económica, y eso es lo que hay que evitar. Hay una desigualdad en las rentas y también en el patrimonio, porque se va acumulando. Y el patrimonio se queda en manos de algunos pocos, porque cuando las rentas son desiguales los patrimonios también los son. Y esto es lo que genera aún más polarización porque hay gente de un lado con Ferrari y yates y del otro, gente que no pueden llegar a final de mes y esto es lo más importante y lo que hay que evitar.

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